A punto de cumplir 80 años, Quintano hace un repaso de su vida. Es historia viva del periodismo en Dos Hermanas, a pesar de no haber estudiado. Y muy querido: ser buena persona tiene su recompensa
Hijo de Joselillo de Diego (futbolista histórico del Dos Hermanas) y nieto de Diego “El Colo” y su famosa tienda/bar, José Luis Guitiérrez Quintano casi no necesita presentación. Desarrolló su vida laboral en la fábrica de vidrios VICASA, aunque su gran popularidad en la ciudad le viene dada por su vinculación con el fútbol y los medios de comunicación.
Quintano, pensaba entrevistarte más adelante, pero me dicen que estás regular de salud y…
Pues sí, querido, tras la pandemia colgué las botas, ya estoy retirado de todo. Has hecho bien en darte prisa porque voy a cumplir ya 80 tacos. Me han dado dos infartos y una angina de pecho; ya solo me dedico a hacer cuatro mandaos, llevar a mi nieto al cole y a mi mujer al médico.
¿Nadie se acuerda ya de ti?
Hombre, eso no, soy muy conocido en Dos Hermanas y tengo amigos por todas partes. En la puerta de la plaza no puedo pararme, porque todo el mundo me pregunta algo. Pero sí es verdad que, con todos los homenajes que he hecho yo, ningún club ha tenido un detalle conmigo.
No digas eso, que el Ayuntamiento ya te ha dado premios en dos galas del deporte…
Eso es verdad. Es que me he llevado 52 años en los medios de comunicación.
Vamos a empezar la entrevista por el final. ¿Cómo te gustaría que te recordaran?
Como una persona que ama a Dos Hermanas y el deporte. Yo hablaba por la radio sin entender una papa de algunos deportes, por ejemplo de voleibol. Preguntaba a uno y a otro y así iba aprendiendo. Una vez, en Sanlúcar, me preguntaron que dónde me había sacado el tíitulo de periodismo, que radiaba muy bien, pero la verdad es que nadie me ha enseñado. Mis maestros fueron García y De la Morena.
Estarás forrado, ¿no?
¡Ni un duro he metido en mi casa! Apenas he ganado nada, todo lo he hecho por pura pasión y robándole tiempo a los míos, ¡con el problema que yo tenía en casa! Mi padre, que en gloria esté, me decía que me lo pensara bien porque me iba a costar el matrimonio, y mi mujer, Desi, me decía que qué plan era ese, que entre el trabajo en la fábrica y el fútbol solo venía a casa para dormir.
¿Cual es ese problemilla que había en casa?
Yo tengo tres hijos: mi José Luis y mi Antonio, que son gemelos, y mi Ana Mari. Pero Antonio nació con parálisis cerebral, lo tuvieron que sacar con fórceps y lo dañaron. Ese hijo mío ha marcado nuestras vidas. Mi mujer es la que ha bregado con él en un 90%. Ella sí que merece un homenaje.
Pero también Antonio te salió futbolero, ¿no?
Sí, es muy bético. Tengo una anécdota muy graciosa que me pasó con él. En el estadio Manuel Utrilla, le dije al árbitro que si podía hacerse una foto con él, y accedió. Como él va en silla de ruedas, lo puse junto al banquillo. El público empezó a insultar al árbitro y mi niño repetía lo que decía la gente. Como estaba en el banquillo, el árbitro se enteraba de todo, paró el partido y tuve que quitarlo de allí.
¿Cómo empezó tu relación con el fútbol?
Con 7 años, cuando estaba en el Ave María, me encantaba jugar allí en el descampao que había enfrente del colegio. Mi primer equipo fue en el campeonato local con la Peña Sevillista, yo jugaba de extremo. Después fundamos el segundo equipo del Gasógeno. Una vez casado, en 1973 estrené un piso en El Chaparral, donde sigo viviendo, y fundé la A.D. Chaparral Balompié. Con el alcalde Benítez Rufo y Juan José Román fundamos la Liga Local de Fútbol. Se comenzó con 12 equipos y cuando llegó el PSOE y se fundó el Patronato, ya iba por 18 equipos. Yo me encargaba de los árbitros, he estado 32 años haciendo eso. Fui delegado de deportes del Club Social Juan Velasco. Y también me vinculé al baloncesto. Fui 12 años jefe de prensa y delegado del CB Valme.
¿Y cuando te metes a hacer de periodista?
Cuando cierra el Patronato, me llamó Pepe Santos y comencé retransmitiendo partidos en Radio Realidad. Entonces no había la tecnología de hoy en día, hacíamos las conexiones con walkie-talkies. Cuando íbamos a otros pueblos, como Montellano, Coripe… antes del partido buscábamos un bar que tuviera teléfono. En el descanso hacíamos una conexión y otra al terminar, para dar la crónica y el resultado. Después llegaron los primeros móviles, que eran grandes como piedras.
Comenzaste en la radio y continuaste en prensa…
Sí, con mi hijo José Luis empecé a colaborar con Estadio Deportivo haciendo las crónicas del Dos Hermanas, y después en El Correo de Andalucía, ABC… todo esto de gratis total. En medios locales he estado en El Periódico de Dos Hermanas, Televisión Dos Hermanas, Tele Alcalá, Radio Guadaira, Tele Orippo y en la revista del Dos Hermanas CF, con Paco Povea. Lo último han sido mis colaboraciones en La Semana y en El Nazareno.
¿Qué es lo más emocionante que has vivido?
El ascenso del Dos Hermanas a 2ª B ante el Málaga B.
¿Qué te ha dado el fútbol?
Grandes experiencias y amigos. Aunque también tendré mis detractores, que por cierto los tengo.
¿Me cuentas otra anécdota para terminar?
Cuando jugaba en el Gasógeno, en Montellano tuvimos que salir huyendo por mi culpa. Marqué un gol y me chuleé. Nos tuvimos que encerrar en un bar hasta las 4 de la tarde porque nos querían pegar.