Pedro Sánchez fue 45 años Oficial Mayor del Ayuntamiento. Trabajó con cinco alcaldes. Su próximo libro será la “Historia de Dos Hermanas”
Aún no está inaugurada oficialmente, pero la calle Pedro Sánchez Núñez, junto al Mercadona de la calle Nuestra Señora del Carmen, ya está abierta al tráfico. Me cito con el que fue durante 45 años Oficial Mayor del Ayuntamiento en la calle que lleva su nombre.
¿Qué sientes al ver tu nombre en una calle tan céntrica?
Me siento muy agradecido y sorprendido. Incluso me provoca cierta inquietud.
¿En qué consistía el cargo de “Oficial Mayor del Ayuntamiento”?
Colaboraba en la gestión del secretario. Básicamente consistía en levantar acta de todas las sesiones y llevar el asesoramiento jurídico.
¿Y lo de “Cronista de la villa”?
Eso es un título puramente honorífico, no es un cargo que esté en el organigrama municipal. A todo lugar al que llego, lo primero que hago es investigar su historia, y eso fue lo que hice aquí.
¿Cuando llegaste aquí?
En 1969. Tenia entonces 25 años y no conocía absolutamente a nadie en Dos Hermanas. Me jubilé el 17 de octubre de 2014, el día que cumplí 70 años.
¿Cómo era aquella Dos Hermanas de 1969?
Dos Hermanas era un pueblo “pueblo”. Tenía 36.000 habitantes y la mayoría de las calles estaban sin asfaltar. En Semana Santa se aprobaban partidas para echar albero para que pudieran salir las procesiones. Ahora es una gran ciudad con los mejores servicios posibles, con la dificultad de que muchas personas llegadas de fuera no llegan a identificarse con la ciudad.
Aunque eres de Utrera, tú sí que te sientes muy identificado, ¿no? Eres “Hijo Predilecto de Dos Hermanas”.
Claro, me siento muy identificado y mantengo los vínculos. Tengo el “corazón partío” entre Utrera y Dos Hermanas. Pero siempre hay quien te recuerda que no eres “mejo” pata negra.
No te habrían asignado el nombre de esta calle ni el título de Hijo Predilecto si no hubieras hecho tanto por la cultura en Dos Hermanas. Has escrito varios libros sobre historia nazarena, pero sobre todo fuiste el impulsor de la Revista de Feria, que es un referente hoy en España. ¿Cómo empezó todo?
Esto lo hacía por amor al arte, porque me entretenía. Hasta 1973 se hacía una revistilla con anuncios para anunciar las fiestas. Yo propuse que merecía la pena que se realizara desde el Ayuntamiento, y la de 1974 fue la primera que dirigí yo. Fui tirando los tejos a gente importante para que escribiera en ella, y poco a poco se fue involucrando mucha gente y se fue formando un plantel de colaboradores. Creo que mucho de lo que se sabe hoy de Dos Hermanas es gracias a la Revista de Feria. Que haya gente que las coleccione debe significar algo.
¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de 45 años en el Ayuntamiento?
Lo mejor es el buen ambiente que hemos tenido siempre, muy positivo para la actividad municipal. ¿Lo peor? ¡No se me ocurre nada!
Has trabajado con cinco alcaldes. Hasta 1973 lo fue Antonio Muñoz Rivero. Dime cómo era.
Él quería por encima de todo darle prestigio a Dos Hermanas y en especial a la Virgen de Valme. De hecho con él se iniciaron los trámites para la Coronación Canónica. Llevó a pleno varias propuestas, como que se le diera a la Virgen el título de “Capitán General con mando en plaza”. La autoridad militar no lo aprobó, ya que la imagen «de por sí tiene un rango superior al de un capitán».
Hasta 1975 fue alcalde Manuel Rivero, primo del anterior.
Era un hombre bueno, muy del pueblo, vinculado a las hermandades de Santa Ana y del Rocío. Me invitó por cierto al Rocío; yo nunca había ido. Le gustaba hacer las cosas sobre la marcha. Una vez me dijo que habría que construir una escalinata en la puerta del Ayuntamiento para darle caché. Trabajó mucho por mejorar los barrios. En aquellos últimos años del régimen, eso no gustaba mucho a los de arriba.
¿Por eso designaron a Manuel Contreras de Soto?
Sí, él era un político del régimen. Llegó con su camisa azul. “Este Ayuntamiento es un desastre y no lleva una orientación buena. Los funcionarios deben colaborar, y al que no lo haga le caerá encima todo el peso de la ley”, eso dijo nada más llegar.
Háblame de Bénitez Rufo.
Era un hombre prudente, tenía buen trato y todos le tenían mucho aprecio. Conmigo tuvo detalles extraordinarios. Una vez le hicieron un homenaje al que asistieron curas y monjas, lo cual ya es significativo siendo él comunista. Y dijo: “Ustedes saben sobradamente que no soy practicante. Pero creo que estoy más cerca de los principios de la religión católica que muchos de los que se dicen católicos”.
Con Toscano has convivido nada menos que 31 años…
Con él he tenido una relación fraternal desde el primer momento. Siempre nos hemos entendido muy bien para que yo pudiera colaborar con eficacia en todos los proyectos que tenía.
¿Te sorprendió que su “sucesor” fuera Paquito Rodríguez?
No me sorprendió. Paquito tiene una grandísima experiencia, y va a ser fructífera para la ciudad. Tiene muy buen trato, y lo que más aprecio en él es que está siempre disponible.
Eres un alma inquieta. ¿A qué te dedicas ahora?
Me dedico a no perder el tiempo. Lo próximo será la publicación de la “Historia de Dos Hermanas”, un libro que he escrito junto a Antonio López Gutiérrez. Tendrá más de 500 páginas, con fotografías a todo color. Esperemos que esté publicado antes de fin de año.
Me acabo de dar cuenta de una paradoja. En tu libro sobre las calles de Dos Hermanas no aparece esta que lleva tu nombre.
Pues no, ya que el libro se publicó en 2004, y una nueva edición revisada y a color en 2020. Esta calle no existía.
Ha sido un placer, Don Pedro.
No me llames así. Me hace gracia, porque una vez me pusieron el “don” y me siguen llamando así por la calle.
Pedro está casado, tiene dos hijos, dos nietos y una eterna amante: la Historia. A ella se sigue entregando en cuerpo y alma.