Se cumplen 50 años de la primera cuadrilla con costaleros hermanos de una hermandad. Lo hizo Oración en el Huerto con el paso del Corpus
Me reúno en el bar de La Plazoleta con Rafael Plaza y los hermanos Álvaro y José María Pareja, protagonistas en 1974 de un acontecimiento cofrade que, como ellos mismos señalan, “fue poco reconocido en el mundo de las hermandades de Dos Hermanas”.
El pasado 13 de junio se cumplieron 50 años de la primera salida en Dos Hermanas de un paso llevado por costaleros no profesionales, es decir, hermanos de una hermandad y, por tanto, no remunerados. “Todos los pasos de la Semana Santa de Dos Hermanas”, recuerda Alvari, “eran sacados por hombres no vinculados a las hermandades. Lo hacían por el dinero que se les pagaba. El capataz era Curro Vicario, y de bregar con los costaleros se encargaba Hipólito Ruiz, tío de Rafael el de Los del Río, que trabajaba en el puerto de Sevilla y se traía gente corpulenta”.
Hagamos una cuadrilla
El año 1973 fue histórico en la hermandad de Oración en el Huerto, por la construcción de la Casa Hermandad. “Había mucha unión”, dice Rafael Plaza. “Un día nos dijimos: ¿y si hacemos una cuadrilla? El detonante fue el último Corpus, cuando vimos que algunos costaleros iban bebidos y hasta se orinaban debajo del paso”. La idea enseguida les ilusionó. Pensaron en un paso pequeño: el del Corpus. “Pedimos permiso a la Hermandad Sacramental, fuimos a por el paso a un almacén de Las Morerillas y empezamos los ensayos con hermanos y amigotes de Oración”.
Nadie sabía cuál sería el resultado de aquel atrevimiento. Iba a ser lo nunca visto en Dos Hermanas. José María no olvida los nervios de aquellos ensayos: “Como la Custodia lleva una campana, pusimos un palo con una campana encima. Rafael, con un caldero, tocaba al ritmo del tambor. Si la campana no sonaba, es que íbamos bien”.
Llegó el jueves 13 de junio. La gente se agolpaba en la puerta de Santa María Magdalena. 20 jóvenes inexpertos, de entre 13 y 26 años, rompían a llorar bajo el paso de la Custodia cuando, tras la salida, sonaba la Marcha Real. Los capataces, Álvaro y Rafael, se emocionan incluso hoy, medio siglo después: “Allí lloraba todo el mundo. Nadie esperaba lo bien que salió. Se hicieron las levantás y las arriás a pulso. No había costaleros de repuesto. Por respeto al Santísimo, hicimos el recorrido siempre de frente, sin reviraos, sin levantar los faldones y sin salir un costalero a tomar aire ni un solo momento”. Les pregunto qué hicieron tras la recogida: “¡Fuimos al Mantúa a por caracoles y lo celebramos en la Casa Hermandad!”.
Aquella singular procesión del Corpus de 1974 provocó una revolución en la Semana Santa de Dos Hermanas. Fue una semilla que enraizó. En 1975 repitieron sacando el Corpus y, en 1976, el paso de Cristo de Oración fue el primero en la historia de la Semana Santa en salir con costaleros hermanos. Le siguió, una horas después, el Gran Poder, y paulatinamente les imitaron el resto de hermandades.
Aquella cuadrilla de Oración en el Huerto sacó el Corpus durante 25 años, hasta que la Sacramental formó la suya propia. “También sacamos a Santa Ana y a la Virgen de Valme”. A Rafael Plaza se le viene una última anécdota: “En 1975, en el segundo aniversario de la coronación, cuando la Virgen de Valme pasa por la esquina de Alvarito, le pedí a Fulgencio Morón que, en vez de una marcha, si podía tocar unas sevillanas. Y bailamos a la Virgen de Valme con los cuatro palos de una sevillana. ¡Estábamos locos!”, exclaman. Y sonríen.