Es la cartera más conocida de la barriada de Las Ganchozas
Amalia Rojas Cerrada es natural de Dos Hermanas. Su padre, José, era de Prado del Rey (Cádiz) y su madre, Ana, de Los Palacios. Es la segunda de cinco hermanos. Estudió Bachiller.
Con 24 años comenzó a trabajar en Correos en el departamento de reparto y con 28 años consiguió aprobar las oposiciones. Y es que la profesión la lleva en la sangre.
En su familia, su tía Ana María, por parte de padre, fue cartera y ya está jubilada; y su hermana mayor, Mª Isabel, trabaja también en Correos, en la oficina.
Amalia Rojas asegura que le gusta mucho leer en papel, «nada de libro electrónico, me encanta ir a la playa con un buen libro. También me gusta mucho la restauración de muebles, lijar y pintar, me relaja mucho. Cada vez que tengo un hueco, un momentito… siempre tengo un proyecto entre manos. Y viajar, sobre todo turismo nacional, todos los años intentamos conocer una parte de España».
Amalia Rojas está casada y tiene una hija de 16 años. Cuenta con una importante peña de amigos y familiares.
Cada día se levanta con una sonrisa en los labios para coger su moto y comenzar a repartir la correspondencia a sus vecinos de Las Ganchozas, donde lleva ya más de 15 años. Y es que su trabajo, la apasiona.
¿Cuándo comienza a trabajar como cartera?
Empecé a trabajar en Dos Hermanas en el año 2000. Aprobé las oposiciones de 2003 y me dieron destino en 2004. Me tuve que ir a Madrid porque se acabaron las plazas de moto aquí en Sevilla y yo había pedido Sevilla y también puse Madrid porque tenía una buena combinación de transporte. Me fui para Madrid y en un concurso de traslado me dieron Sevilla y después ya me dieron Dos Hermanas.
¿Cuál es su zona de reparto habitual?
Mi zona de reparto es el barrio de Las Ganchozas, parte de la Avenida de España por donde está el IES Virgen de Valme. Estoy encantada.
Tras tantos años en este trabajo, ¿conoce a mucha gente?
Llevo más de 20 años en la empresa. Yo que soy muy sociable. Soy la típica cartera (risas) me llevo muy bien con todo el mundo y todo el mundo conmigo. Mucha amabilidad, la verdad es que muy bien. Quiero mucho a mis usuarios. Los llegas a apreciar con los años, son muy buenos conmigo y me llevo muy bien con ellos.
¿Alguna anécdota o recuerdo especial después de todos estos años?
No sé qué decirte porque me pasa de todo. Entro en mi barrio a repartir riéndome y salgo riéndome. Puedo contar con los dedos de una mano las veces que a lo mejor he tenido un percance con alguien, pero no de mi zona. Me sobran dedos.
Anécdotas todos los días. Una vez -cada vez que me acuerdo me harto de reír- estaba en la Avenida de España en una esquina, donde pasa mucha gente, iban pasando los coches y me pitaban, «adiós cartera, adiós cartera favorita», me decían. También los que iban por la acera me saludaban. Y un hombre, que llevaba un rato allí en un coche, se bajó del coche y me dice: «señorita perdóneme, una pregunta, ¿usted es famosa, usted canta, baila, le ha tocado dinero o algo? Es que no paran de saludarla y pitarle. A ver si es famosa y yo no la reconozco con el casco». Le contesté que era la cartera de la zona y que todo el mundo me conocía. «¡Pues vaya si es famosa!», me dijo.
También recuerdo a la gente que ya no está aquí. Es una zona de gente mayor y por desgracia se me van yendo. Se les coge mucho cariño, te acuerdas de ellos, de lo que te decían. Por otro lado, los motes, me decían correcaminos. Me gusta mucho mi trabajo pero cuando se van yendo la gente, que voy pasando por las casas y digo ay, no está Pepe, no está María, no está José, Dolores…
¿Es una profesión dura? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene?
Es dura porque estás expuesta a las inclemencias del tiempo, el sol, la lluvia, el viento, … con la moto. Pero te vas acostumbrando con los años y no se hace tan pesado, por lo menos para mí. A mí me da igual ya que llueva o no. Hombre es mejor que no llueva, no es lo mismo un día normal a que llueva y haga viento, pero tampoco, aquí llueve mucho. El sol, en verano, el calor que hace es horroroso, con la ropa, el casco, pero bueno… Para mí es coser y cantar. Si me lo compensaran con algo más de sueldo, pues mejor, no estaría mal que se revisaran nuestras retribuciones, porque estamos en la calle con todo lo que conlleva. No es un trabajo de pico y pala pero para hacerlo bien hay que darle muchas vueltas al coco. A mí me encanta estar en la calle. Yo no quiero estar en la oficina, prefiero la calle, el contacto y el día a día con la gente.
Entre las ventajas, el horario es lo mejor. Estoy de lunes a viernes de 7.00 a 14.30, ni sábados, domingos ni festivos; tus días de vacaciones, tus días de asuntos propios. La verdad que por este lado está muy bien.
Y los inconvenientes ir con la moto y estar expuesta a tener un accidente. También estar a la intemperie: frío, calor, lluvia, viento… No me veo con 60 o 65 años montada en una moto.
Personalmente me apasiona mi trabajo, entro riéndome y salgo riéndome, me fascina, disfruto con él muchísimo, me encanta. El día que deje de reírme me iré, pediré la baja (risas), es un trabajo muy bonito y muy agradecido. Que te den las gracias por hacer tú trabajo te conforta mucho. Tengo la suerte de trabajar en un sitio que me gusta mucho.
¿Qué diferencias hay en el servicio postal desde que entró hasta la actualidad?
La evolución ha sido genial. La verdad, en el año 2021 que estamos, ha evolucionado bastante desde que estábamos con los libros para el registro de certificados, también el lugar en el que estábamos ha ido progresando poquito a poco y a mejor. Estamos en una nave mucho más grande. En vez de todo en papel y por escrito tenemos una PDA, todo informatizado, todo es más fácil y ligero. Correos ha tenido mucho avance tecnológico; las motos eléctricas que antes eran de marcha, también. Va mejorando. Por otro lado, está desapareciendo la tarjeta postal, la carta ordinaria y los impresos también están disminuyendo. Ha aumentado la paquetería urgente y ordinaria.
¿Ha tenido que entregar alguna carta o paquete especial?
Sí, más ahora cuando llega el SEPES, las ayudas de la Junta de Andalucía,… pero lo que más gusta es la época de Navidad. Con los niños muero. Las tarjetas y las cartas que han escrito los niños, en los colegios. Me encanta entregarlas en mano para verles las caritas. Sí quiero decirle a los maestros que antes de enviarla que revisen la dirección. Desde aquí se lo pido. Es una pena que no lleguen las cartas.
¿Cómo ha sido la evolución de Dos Hermanas?
Pues antes era todo campo, empezaron a construir barrios, parques, rotondas, carreteras… y en 20 años ha tenido una evolución bestial. Ya pega prácticamente con Montequinto que era antes un barrio alejado y ahora está a la vuelta de la esquina.
Por otro lado, Dos Hermanas está cada vez mejor en infraestructuras, viviendas, carreteras, trabajo, acogiendo a empresas que crean empleo… La verdad es que ha sido muy rápido y la evolución ha sido muy buena.