Ángel afirma que se ha encontrado a gente “maravillosa” por todos los lugares por los que ha pasado
Ángel Gil, jugador de BSR Vistazul y con movilidad reducida, se propuso un reto que, a buen seguro, lo iba a enriquecer: recorrer el Camino de Santiago en una ‘handbike’. Planeó hacer la ruta portuguesa, saliendo desde Tui, localidad pontevedresa muy cercana al país vecino.
Ángel Gil recorrió más de 120 kilómetros en seis etapas: Tui-O Porriño; O Porriño-Redondela; Redondela-Pontevedra; Pontevedra-Caldas de Reis; Caldas de Reis-Padrón; y Padrón-Santiago.
La gran novedad es que no lo ha hecho por carretera sino por las indicaciones del itinerario a pie, con lo que el trayecto ha sido mucho más complicado.
A pesar de que estaba en forma, reconoce el integrante del club nazareno de baloncesto en silla de ruedas, la orografía del terreno lo ha llevado al límite de sus fuerzas física y mental.
Ángel Gil responde a nuestras preguntas:
¿Qué es lo más difícil que te ha resultado del camino?
No saber a lo que me enfrentaba. Cada instante tenía un nuevo reto delante de mí. Hacer la ruta portuguesa del Camino de Santiago desde Tui por donde iba la gente a pie con una ‘handbike’ tiene un punto de locura. Podría haberlo hecho por carretera, pero no hubiera sido lo mismo. Con ilusión, la compañía de una persona muy especial para mí y la ayuda de muchos peregrinos he podido cumplir un sueño.
¿Y los peores momentos?
Cuando subía las pendientes y me patinaban las ruedas o cuando las bajaba y me tenían que sujetar por el gran porcentaje que tenían. En una ocasión, perdí el control de la ‘handbike’ y estuve a punto de caerme por un terraplén en un río. Recorrer más de 120 kilómetros en seis etapas me ha llevado al límite de mi resistencia física y mental, pero la sensación es indescriptible cuando llegas a Santiago de Compostela. Te das cuenta que todo ha merecido la pena.
¿Cómo animarías a otras personas con alguna discapacidad a que hiciera este Camino?
Primero, diciéndole que no lo hagan como yo. Deben planificarlo lo máximo posible y no ir tanto a la aventura porque se pueden encontrar sorpresas desagradables. También que se preparen físicamente algún tiempo antes y, sobre todo, que no tengan miedo. Si yo lo he conseguido lo puede hacer cualquiera. Además, existen algunas entidades como la Fundación También que organizan viajes preparados para este colectivo.
Ángel Gil nos cuenta que pese a las dificultades siempre ha encontrado fuerzas para seguir hasta el final y conseguir mi objetivo: “será la magia del Camino”, matiza.
Aún así, considera que sin la ayuda de otros peregrinos no hubiera conseguido este objetivo, puesto que “me han empujado cuando no podía subir una cuesta o me han frenado como han podido al bajarla debido a los altos porcentajes que tenían”.
Ángel afirma que se ha encontrado a gente “maravillosa” por todos los lugares por los que ha pasado y no descarta plasmar su experiencia “de alguna manera” para servir de ejemplo y que otras personas con discapacidad se atrevan a hacer lo mismo que él.