Ángel Gil, vecino de Dos Hermanas, ha completado más de 300 kilómetros en seis etapas desde León hasta Santiago de Compostela
Ángel Gil, extremeño de nacimiento y nazareno de adopción, padece una enfermedad rara desde los siete años llamada Paraparesia Espástica Familiar o Síndrome de Strümpell-Lorrain.
Esto no le ha impedido embarcarse en una aventura «fascinante», según sus palabras, y no es otra que hacer el Camino de Santiago en una handbike (una especie de bicicleta a ras de suelo que se conduce con las manos), saliendo desde León.
Han sido más de 300 kilómetros recorridos por Ángel Gil, que tiene movilidad reducida, hasta llegar a Santiago de Compostela el pasado 18 de junio, pero no era la única.
Iba acompañado de una mujer con esclerosis múltiple secundaria progresiva, otra con atrofia muscular espinal, un vigués con parálisis cerebral y un doble amputado, que es jugador sevillano de BSR Vistazul.
Todos ellos han cumplido su sueño de llegar a Santiago de Compostela gracias a la ayuda inestimable y desinteresada de la Asociación Discamino, cuyo fin es que cualquier persona por muy discapacitante sea su situación tenga la oportunidad de hacerlo. Esta edición es la número 96 desde que comenzaron.
Ángel Gil ha sido el único que comenzó en la capital leonesa «al no estar seguro si estaba preparado para hacer la ruta que ellos hacían completa», pero el resto ha realizado el Camino desde Pamplona, con lo que «han hecho 500 kilómetros más que yo».
Seis etapas
El nazareno completó seis etapas (León-Astorga -49.2 kilómetros-; Astorga-Toral de los Vados -71,1 kms-; Toral de los Vados-Lusío -61,8 kms-; Lusío-Ventas Narón -58,8 kms-; Ventas Narón-Arzúa -42,0 kms-; y Arzúa-Santiago de Compostela -39,2 kms-).
La orografía del terreno lo ha llevado al límite de sus fuerzas física y mental. Explica que: «he subido puertos como el de Foncebadón, más conocido como la Cruz del Hierro, a 1.504 metros de altitud, o el temido O Cebreiro, a 1.330 metros de altura con 10 kms de subida ininterrumpida, por ejemplo».
También el equipo sufrió las inclemencias meteorológicas, ya que los últimos 19 kms lo hicieron bajo un impresionante aguacero (30 litros por metro cuadrado), que añade más épica a su hazaña.
«No habría podido conseguirlo sin el apoyo de unas excelentes personas que me han acompañado en todo momento para que no desfalleciera y dejara sin terminar cualquier etapa, velando siempre por las necesidades que requeríamos por nuestras limitaciones», afirma Ángel Gil.
Se da la circunstancia de que Discamino llegará a Dos Hermanas a finales de julio con otros peregrinos con diversidad funcional que iniciarán su aventura en Vigo y darán la vuelta a España durante tres meses para acabar en el mismo sitio donde comenzaron.