Entre las muchas obras que la caridad o más bien la filantropía de los nazarenos ha creado destaca y mucho Anidi, la Asociación Nazarena para la Integración del Deficiente Intelectual, de tan fecunda y variada historia. Nace el 26 de septiembre de 1976 de manos del entonces coadjutor de Santa María Magdalena, luego párroco de Nuestra Señora del Rocío y arcipreste de la ciudad, don Salvador Andrade Holgado que convocó una reunión auspiciada por el entonces párroco de la misma iglesia mayor el tan recordado don Valeriano Carrero Carmona y promovida por José López González, el conocido José el del Quito. Se reunieron, pues, quince vecinos de la ciudad con el fin de fundar una asociación que dedicará su atención a los disminuidos psíquicos del pueblo puesto que era un problema que requería una pronta solución. Anteriormente se habían llevado a cabo muchas gestiones que no habían dado un resultado positivo.
Se pretendió integrar en la sociedad a este colectivo necesitado. Para ello se nombró una comisión gestora presidida por José López González, la cual se comprometió a darle forma a la asociación tanto en lo jurídico como en lo económico y social. Para ello se redactaron unos estatutos y el 27 de noviembre de 1976 se reunió una junta de socios al llegar a los cien a la que asistieron veinticuatro de ellos. Se decidió que la nueva asociación tendría los fines específicos de atender al deficiente mental en cualquiera de sus grados de incapacidad, promover su educación especial, protegerlos en sus limitaciones y tutelarlos en caso de orfandad o cualquier otra necesidad. Los estatutos son aprobados por el Gobierno Civil de la provincia el 9 de febrero de 1977. El 29 de mayo del mismo año se convoca de nuevo Asamblea General Extraordinaria de Socios y se constituye la primera junta rectora que preside José López González y de la que forman parte el primer vicepresidente Antonio Postigo Varela, el segundo vicepresidente José Arahal Salguero, el secretario Antonio Claraco Roig –que sería una de las almas de la nueva asociación a la que sirvió hasta su muerte-, vicesecretaria José Hidalgo Barrios, tesorero Francisco González García, interventor Eustaquio Santos González y vocales Francisco Gómez Carballido, Miguel Gil Pachón, José Rodríguez Varela, Juan Francisco Martín Rodríguez, Manuel García Madroñal, Antonio Velasco García y Eloy Falcón Muñoz, en su mayor parte personas conocidas pertenecientes a las viejas familias del Centro del pueblo o personas no nacidas en Dos Hermanas pero en ella establecida y casadas con gentes de Dos Hermanas como el caso del conocido Miguel Gil Pachón, presidente que fue también del Consejo de Hermandades y Cofradías o Francisco González García, el famoso Capitán González, hermano mayor que fue de Valme, cargo indisolublemente unido al empíreo de la sociedad nazarena, o del mismo Eustaquio Santos González, ferviente rociero pues perteneció a la junta de la hermandad del Rocío de la ciudad y fue también miembro del Consejo de Hermandades y Cofradías.
El primer problema era el económico pero pronto surgieron las ayudas para la nueva asociación. Carlos Delgado de Cos cedió un local en la calle Lamarque de Novoa para instalar la primera sede a la que cedió muebles Lola López Gómez. Lola de la Cuadra Irizar ofreció un local en la calle del Canónigo para impartir provisionalmente las primeras clases y Concha Ybarra Ybarra cedió unos terrenos en Barranco donde se edificaría el Centro de Ocupación Especial. Lo cierto es que el local cedido por Lola de la Cuadra no fue utilizado pues los directores del Fernán Caballero Mario Navarro Ojeda y del Valme Coronada Francisco Reina Montoro cedieron unas clases en sus centros para atender las primeras peticiones. Así pues, con once niños, empezaron las clases en octubre de 1977.
A su vez, no se utilizó el terreno de Barranco pues los niños pasaron a un colegio que no se usaba de La Corchuela que la Delegación sevillana de Educación cedió al ayuntamiento nazareno y que éste a su vez cedió a Anidi.
El 2 de noviembre de 1978 se inauguró el primer curso escolar de educación especial acogiendo a cuarenta y dos alumnos nazarenos, alcalareños y de Bellavista. Más tarde, el 1 de marzo de 1982 tras una remodelación se creó en la segunda planta una residencia internado para treinta y siete jóvenes y niños de la provincia de Sevilla de lugares donde no existían centros de educación especial.
El 30 de julio de 1982 la asociación es declarada Entidad de Utilidad Pública por el Consejo de Ministros celebrado ese día. Luego la antigua Parroquia de Nuestro Padre Jesús de Pasión de La Corchuela que cedió el cardenal doctor don José María Bueno Monreal fue adaptada para centro para disminuidos psíquicos adultos tras una seria remodelación en la que se añadieron numerosas dependencias al primitivo templo.
Entre 1977 y 1984 Anidi vive una gran época en el campo educativo aunque se encuentra con problemas económicos por falta de subvenciones y no llegar la cuota de los socios a cubrir los gastos. De todas formas, el personal especializado imparte pedagogía terapéutica, reeducación del lenguaje, tratamiento fisioterapéutico, logopédico, psicológico a los que se suman deportes, excursiones, marchas, vacaciones en Mazagón y el Rocío, trabajos manuales, certámenes de dibujo y pintura, teatro, participación en la cabalgata de Reyes, preparación de los niños para su primera comunión, etc. etc.
Todo ello se truncó al tener que cerrar en 1991 el Centro de Educación Especial y el internado por la integración del disminuido psíquico en los centros normales de Educación General Básica. Habiendo, además, quedado obsoleto el centro de La Corchuela cedió el ayuntamiento de la ciudad un terreno para un nuevo centro en la barriada de Vistazul, iniciado en agosto de 1992 que comenzó a funcionar en octubre de 1994 con un proyecto de los arquitectos Daniel Conesa López y Rafael López García. La segunda fase con talleres de todo tipo –serigrafía, marquetería, artes gráficas, etc. y con jardines, zonas deportivas, almacenes quedaron terminadas en enero de 1997. Luego se construyó un edificio para Residencia y Unidad de Día. La residencia de adultos se situaría en la planta alta del edificio.
Esta muy resumida la historia de esta importantísima asociación que viene a llenar un vacío en la sociedad nazarena que la necesitaba verdaderamente. A lo largo de su historia Anidi ha sido una institución siempre presente en nuestra pequeña vida local. Muchos nazarenos pertenecen y han pertenecido a ella colaborando económicamente o de otra manera en sus numerosas actividades.
Hay que recordar de nuevo la figura de Antonio Claraco Roig, benemérito secretario de ella que se entregó hasta su muerte a su desarrollo y que fue para él una de las obras a la que dio su vida junto por ejemplo la Adoración Nocturna Masculina o la Hermandad Sacramental. También hay que referir que José López González fue sustituido en la presidencia por Juan Manuel Carrasco Monje.
Hoy la asociación sigue atendiendo a los disminuidos del pueblo entre los que se encuentran los de nuevas generaciones. Evidentemente la tarea del colectivo tiene que tener en cuenta a la persona con retraso mental, a sus familiares, a los profesionales y a las personas con puestos de responsabilidad política y administrativa en el sector público o de responsabilidad social en organizaciones no gubernamentales tan importantes en estos casos.
Desde aquí animamos a todos los nazarenos a colaborar con Anidi, entidad que en gran medida necesita desde siempre y cada vez más la aportación de todos y cada uno de los nazarenos. Los que nos encontramos con problemas en la enseñanza de la niñez y la juventud y que, en muchos casos, hemos tenido alumnos con estos problemas sabemos que hace falta la colaboración de todos para la promoción de estos niños y jóvenes que, como uno más aunque con sus muchas limitaciones y problemas, forman parte de nuestra sociedad.