Antonio Brincau ya ha entregado la ayuda humanitaria a Ucrania

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Antonio Brincau
Antonio Brincau, en el centro de la imagen con camiseta naranja, junto al grupo de polacos y ucranianos que les ayudaron a descargar el camión.

El camionero de Transportes Frigoríficos Nazarenos, Antonio Brincau, siente satisfacción tras haber hecho más de 4.000 kilómetros llevando ayuda solidaria

Pese a haber hecho unos 4.000 kilómetros desde Dos Hermanas hasta la ciudad de Przemyls, situada en Polonia en la frontera con Ucrania, Antonio Brincau se siente muy satisfecho.

Ni las horas al volante ni las más de cuatro horas ayudando a descargar toda la ayuda solidaria que portaba su camión han hecho mella en su estado de ánimo.

Además, Antonio Brincau, conductor del camión que Transportes Frigoríficos Nazarenos cedió para llevar ayuda humanitaria hasta Ucrania, dice estar sorprendido tras haber comprobado in situ la excelente organización.

«La verdad es que me he quedado muy, muy sorprendido por lo bien organizado que está todo. Esperaba un caos, multitud de gente por todos lados.., pero no. La ciudad funciona con total normalidad», asegura.

Buena organización

Una perfecta organización tanto en la recepción de las ayudas como en el recibimiento de refugiados ucranianos que llegan al país.

Según explica Antonio Brincau, llegó a la ciudad polaca antes de lo previsto inicialmente. Concretamente, el miércoles ya estaba allí. Más de cuatro horas tardaron en descargar toda la ayuda que llevaba el camión de Transportes Frigoríficos Nazarenos, fundamentalmente productos sanitarios. 

Un nutrido grupo de polacos y ucranianos se pusieron, junto a Antonio Brincau, manos a la obra para proceder a la descarga. Terminaron pasadas las 23 horas de la noche. 

A la mañana siguiente, un camión y varias furgonetas de Cruz Roja estaban cargando la mercancía para llevarla a diferentes puntos.

Pese a las dificultades del idioma, Antonio Brincau hace hincapié en que: «están muy agradecidos y yo muy satisfecho.

En cuanto a los refugiados, explica que hay campamentos de refugiados en los que se recepciona a las personas que van llegando. Se les ofrece primeros auxilios, comida, bebida y cubrir sus necesidades más básicas.

También hay un gran aparcamiento con 50 o 60 autobuses, según indica Antonio, que van rotando para sacar al máximo número de personas de allí.

Antonio Brincau ya viene de vuelta tras cumplir con esta misión solidaria.