Antonio Morales es socio fundador del Centro Carnavalesco que cumple 30 años
Su rostro y su nombre, Antonio Morales Alcocer, son muy conocidos y populares en nuestra ciudad. Yesero de profesión trabajó en Cerámicas Bellavista y antes, en almacenes de aceitunas como el Arsenal, Las Cruces o Hijos de Ybarra. Combinaba la parte laboral son sus aficiones como el carnaval y los campanilleros. Antonio Morales fue miembro fundador y lleva más de tres décadas como director del coro de Ibarburu; además, fue fundador también del Centro Carnavalesco Ibarburu y su primer presidente – ahora ocupa el cargo de vicepresidente-.
Esta entidad, que va a celebrar su 30 aniversario, acaba de inaugurar una nueva sede en la que se encuentra una Escuela de Carnaval.
Antonio Morales charla con nosotros sobre su pasión carnavalesca.
¿Qué te parece que se haya inaugurado un centro carnavalesco como el que ha abierto sus puertas ahora?
Me parece algo magnífico y un sueño. Cuando yo estaba en la antigua comisión del Carnaval, ya se replanteo la idea de hacer una Escuela de carnaval, aunque más orientada al antiguo carnaval de Dos Hermanas, pero finalmente no se llevó a cabo.
Vamos a echar la memoria atrás, ¿Por qué decidís crear una peña carnavalesca?
Decidimos crear una peña con la idea de fomentar el carnaval en Dos Hermanas. Fue un consejo que me dio el famoso cuartetero de Cádiz José Peña Herrera «El Peña», cuando vino a actuar con nosotros y con «Los Bucheadores» al Auditorio. Me dijo «si queréis levantar el carnaval hacer peñas, cuantas más, mejor». Ya estaba la peña la Primera dirigida por mi amigo Tomás, en la barriada Julio Carrasco, pero el grupo de mi chirigota y yo decidimos fundar otra, con la ayuda de varios aficionados más, como mi primo García Morales. Y así se fundó el Centro Cultural Carnavalesco Ibarburu.
¿Quiénes lo componíais al principio?
En principio los antiguos componentes del coro Campanilleros de Ibarburu montamos una chirigota y de ahí salió la peña, con la ayuda de algunos aficionados que eran amigos nuestros. Antonio Morillas nos hizo los estatutos y José Sánchez, los trámites para su legalización. También tuvimos que recurrir a Jesús, de Las Portadas para que nos arreglara algún papel.
¿Cómo era el carnaval en aquella época?
El carnaval de aquella época era muy espontáneo, sin apenas escenarios, pero muy divertido y alegre, nos lo pasábamos bomba. No teníamos experiencia y no teníamos el nivel musical que se tiene ahora. Nos basábamos más en intentar hacer reír al público. A la guitarra ni siquiera le echábamos cuenta; el tono lo intentábamos coger con los pitos y no siempre lo conseguíamos; pero si el público se reía, objetivo conseguido.
¿Se puede decir que desde Ibarburu se impulsó el carnaval de Dos Hermanas?
Ibarburu no fue el impulsor del carnaval, pero sí que aportamos mucho. Barrios como el Chaparral, Vistazul, Julio Carrasco, Pablo Picasso y otros más desde las asociaciones de vecinos e Izquierda Unida fueron muy destacados en el carnaval. Pero gran parte de ellos se pararon y nosotros, a través de la peña, seguimos andando y con más fuerzas si cabía y si cabe.
¿De qué forma ha evolucionado esta fiesta?
La fiesta ha evolucionado en calidad de música y voces de las agrupaciones, pero hace falta más implicación de otros barrios para mejorar la cabalgata.
Aparte, teníais una chirigota que tú dirigías, y hacías las letras, ¿es complicado escribir coplas de carnaval?
Yo hice varias chirigotas como «Las niñas del Poyetón», «Los Pisotas», «Ole Manué con tu Mué», «Las Mayoré», «Los Mosquiteros mosqueao», «No me vea», «Dabadabadú» y «Mójame la raja», pero la primera en la que yo participé sin ser director fue, «Los bruto Arrefinaos». En todas hice letras, pero siempre recogía las idea del grupo, y en varias tuve la ayuda de mi colega y amigo, Pepe Montoro. Es muy complicado escribir para el carnaval sobre todo si no tienes una base musical buena, pero a pesar de todo me premiaron con el mejor pasodoble cuando existía Radio Realidad.
Habéis hecho, además, toda una institución de la famosa «tarviná», ¿cómo surgió esa idea?
La «tarviná» fue una idea muy especial. Nosotros queríamos hacer como en las peñas de Chipiona, esto es, repartir gratis degustación del plato típico del pueblo. Pero el plato típico de Dos Hermanas es el «Pavo en Caldereta» y eso era muy difícil de hacer. Mi amigo y miembro de mi junta directiva, Juan Parrado me apuntó que por qué no dábamos «tarvinas» y yo la acepté rápidamente.
¿Reunís a gente de muchos lugares en este día?
En la «tarviná» se reúnen todos los carnavaleros y cantan agrupaciones. Hubo una época en la que Dos Hermanas estaba cortita en agrupaciones, pero gracias a mis amigos, de Los Palacios, de Alcalá, y las comparsas del Puerto que venían a cantar gratis – sólo por estar con nosotros- llenábamos el sitio a más no poder. Tengo mucho que agradecer a los amigos de todos estos pueblos, al comparsista «El Loren» por las veces que lo he comprometido a venir a cantar a la peña sin cobrar nada cuando ellos cobraban por actuación un pastón.
¿Cuál sería tu mayor ilusión dentro del mundo del carnaval?
Además de que al presidente del C.C.C. Ibarburu le salga todo muy bien y se cumplan sus sueños – que son los míos- que en Dos Hermanas se consiga un carnaval propio, que lleve el sello del pueblo.