Nos referiremos hoy a un gran artista de la Dos Hermanas del siglo XX que todavía permanece en nuestro recuerdo. Se trata de Antonio Pera Ponce ‘Zarandilla’, nacido en la entonces villa en 1941, hijo de Ricardo Pera y Luisa Ponce, ambos naturales de Dos Hermanas. Por la madre pertenecía a la popular familia de los ‘Zarandillas’, larga y extensa y de la que muchos miembros viven todavía entre nosotros. Se crió en la calle 18 de julio y estudió en el colegio de Calvo Sotelo, conocido en Dos Hermanas como el Cementerio Viejo por elevarse donde el antiguo cementerio de San Sebastián. Muy pronto empezó a trabajar con el padre que desempeñaba el oficio de contratista de obras, actividad muy común en nuestra Dos Hermanas. Pero pronto también aprendió a bailar con el gran bailaor Enrique el Cojo que tenía su escuela en la calle Espíritu Santo de Sevilla y que fue maestro, entre otros muchos, de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, duquesa de Alba de Tormes, muy conocida no sólo por el lugar que ocupaba dentro de la nobleza española y su riqueza sino por su afición al Arte en muchas de sus numerosísimas facetas. Nuestro biografiado bailaba tanto flamenco como ballet. Cuando se pudo defender en su trabajo empezó muy temprano a viajar por el extranjero, visitando en Italia muchas ciudades, entre las que fue muy concretamente a Roma. Igualmente marchó a Francia. En ambos países dio cumplida muestra de su arte. A su vuelta a España, comenzó a dar clases particulares de baile. En Sevilla las impartía a los hijos de los famosos médicos Antonio y José del Pozo Machuca. En Alcalá de Guadaira lo hacía a los hijos del médico Isidoro Montaño -que era director del importante y conocido hospital de San Juan de Dios de los Hermanos de San Juan de Dios- y su esposa Mercedes, a los hijos del también médico Juan Ruiz y al hijo de su amigo Joaquín Caraballo y su esposa Dolores, el hoy famoso periodista Javier Caraballo -compañero de clase del autor de estas líneas en el Colegio de Nuestra Señora del Águila de los Padres Salesianos-, cuyo hermano Joaquín tocaba la guitarra. En Dos Hermanas, pueblo tan aficionado al flamenco como ya es sabido, creó un conocido ballet del que formaron parte Dolores y Pepi Vaquero -que hoy regentan sendas escuelas- . En su academia de la calle Reyes Católicos- situada donde hoy abren sus puertas los Talleres de los hermanos Jiménez-aprendieron a bailar también el médico Luis Alberto Jurado Lobo, Cecilia García de la conocidísima familia de transportistas de los García, a los hermanos Laura y Francisco Javier Frutos, a Mariló en Inmaculada Valle Rodríguez – de las cuales la primera da clases particulares lo mismo en Los Palacios que en Dos Hermanas que donde la llamen- etc.. En Sevilla semanalmente bailaba con su ballet en un barco sito en el puerto. También durante el verano bailaba a diario en el Restaurante Alfonso de la zona de La Palmera de la misma capital. En Sevilla de la misma manera enseñó a los nazarenos hermanos Chacón Noguera que vivían en la avenida antes citada. A su vez, teniendo ya su academia en Dos Hermanas, acudía a enseñar en Los Palacios y Villafranca donde daba clases a niños de varias familias. Por otro lado queremos citar que de su ballet formó parte una sobrina de su mujer, Chelo Muñoz Castilo. Casó con Encarnación Castillo Núñez, nacida el 15 de agosto de 1942, hija del palaciego Antonio Castillo Silvestre y de la nazarena Fernanda Núñez Claro, de la familia de los ‘Piñones’. La pareja se había conocido en la feria de nuestro pueblo y muy pronto empezaron su relación. Su esposa cuenta que empezaron a acudir a tomar copas con amigos y de momento empezaron a salir solos. La boda tuvo lugar el 8 de febrero de 1978 en el altar mayor de Santa María Magdalena. Después la pareja acudió al Sagrario para visitar a la Virgen de Valme. Presidió la ceremonia el entonces coadjutor de Santa María Magdalena don Salvador Andrade Holgado, luego párroco de Nuestra Señora del Rocío de nuestra ciudad. La boda se celebró en la Peña Bética de Alcalá de Guadaira y a ella acudieron numerosos nazarenos y alcalareños. Encarnita nació en la calle San Sebastián y luego pasó a vivir a la calle Benavente de donde salió para casarse. Estudió en el Colegio de la Sagrada Familia de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl con Sor Presentación Tobar y Tobar, la famosa Sor Presentación. Perteneció también al coro que había formado esta hermana. El matrimonio no tuvo hijos. ‘Zarandilla’ bailaba absolutamente de todo. Por supuesto dominaba las sevillanas pero también los palos flamencos y lo mismo bailaba bulerías que alegrías. Fue en su género un artista totalmente completo que derramó su arte dentro y fuera de nuestro pueblo y dentro y fuera de nuestro país. También hay que referir que nuestro artista fue amigo de otros muchos entre los que citaremos a la gran Rocío Jurado, al gran Antonio Machín, a la conocidísima y simpar artista Pastora Pavón ‘Niña de los Peines’, a nuestros famosos e internacionales Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz Perdigones, ‘Los del Río’, a los guitarristas nazarenos ‘Azuquita’ y Luis Franco Basilides, etc. Se cuenta que el día de la coronación de nuestra singular y sin igual protectora Nuestra Señora de Valme, uno de los días más grandes que ha vivido Dos Hermanas y que permanece en la memoria de todos los que lo vivimos, trajo a muchos de sus amigos a tan importantísimo acontecimiento, grabado con letras de oro en nuestra procelosa historia. Su afición, según su esposa, era su trabajo, el baile, su baile. Vivía para él y se encontraba envuelto profundamente en su mundo, entregándose a él en cuerpo y alma. De todas formas, era muy aficionado a las antigüedades. Tenía muy buen gusto para adquirirlas y compró muchas a lo largo de su vida, las cuales conserva su esposa con esmero y cariño. En cuanto al mundo de las devociones y de la religiosidad, ese difícil y entrañable mundo del que siempre solemos preguntar cuando nos adentramos en la biografía de una persona, era religioso a su manera. Era muy devoto de Nuestra Señora de Valme y de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena a cuya hermandad pertenecía. Este último rasgo nos ha llamado mucho la atención pues se trata de la vinculación de un nazareno con una devoción foránea aunque, indudablemente, enormemente popular fuera de Sevilla por su singular belleza que logra un tirón devocional pocas veces igualable. Quizá, su vinculación con la Macarena, tenga que ver con este mundo de artistas al que pertenecía pues a la Esperanza de San Gil han estado unidos artistas de todo tipo sean bailaores, cantaores o torero o innumerables artistas plásicos de todo tipo como pintores, escultores, arquitectos, etc. También debemos citar que acudía al Valme a caballo, conservándose fotografías en que aparece montado en el noble bruto en nuestra romería más universal de las varias que tenemos. Es también tremendamente notable que le gustaba vestir muy bien. Tenía un físico indudablemente agitanado, muy propio de sus gente, y vestía también muchas veces de una manera muy gitana. Conservamos numerosas fotos con camisa de lunares y largo pelo bailando en algún espectáculo de los muchos que participó. Mas a su vez las tenemos vestido de una manera más lujosa y, evidentemente, era un hombre que cuidaba mucho su apariencia. Ahora bien, nuestro biografiado tuvo la suerte de los elegidos de los dioses y murió muy joven, para nuestros tiempos y para la época que murió pues falleció el 16 de septiembre de 1983 a los cuarenta y dos años de edad. Faltó así uno de los artistas flamencos más populares, conocidos e importantes de nuestra ciudad, tan tocada por el Arte. Sólo nos queda pedir desde estas páginas al Excelentísimo Ayuntamiento que dedique una calle a su memoria dado que no la tiene y creemos que es una falta en nuestro callejero. Muchos nazarenos que lo conocieron, trataron y contemplaron su devenir artístico así nos lo han pedido. Sería una muestra de reconocimiento a este gran artista que fue ‘Zarandilla’.
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