Aparece el cuerpo sin vida de Ezequiel Saeta Valdelvira

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Ezequiel Saeta Valdelvira

La Guardia Civil encontró el cadáver de Ezequiel Saeta en una acequia a pocos metros del centro de mayores en el que residía

Una pareja de la Guardia Civil localizó el pasado sábado el cuerpo sin vida de Ezequiel Saeta Valdelvira, el anciano que había desaparecido el fin de semana anterior tras salir de la residencia donde vivía en el vecino municipio de Las Cabezas de San Juan.

Desde la asociación SOS Desaparecidos, que había activado una alerta por redes sociales para ayudar en su localización, confirmaron el hallazgo del cadáver.

El cuerpo de Ezequiel Saeta fue encontrado a poca distancia del lugar donde se le perdió la pista, a unos 500 metros aproximadamente, según explica su sobrino y portavoz de la familia, Miguel Lozano.

La Guardia Civil encontró sobre las diez de la mañana el cuerpo en la vereda de una acequia, en una zona conocida como Las Salinas. Todo apunta a que la víctima, que tenía 72 años, se desorientó al salir de la residencia, anduvo unos 500 metros a campo a través, en dirección a una fábrica de piensos cercana y sufrió un accidente al caer en una acequia de riego con una rampa bastante inclinada, nos cuenta Miguel.

El cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense donde se le práctico la perceptiva autopsia para determinar cuál fue la causa exacta de la muerte, aunque los restos mortales no presentaban signos de violencia.

«Parece que resbaló allí y cayó al fondo, donde había lodo. Según parece le dio un infarto, él tenía antecedentes coronarios. Nos queda el consuelo de que no estuvo perdido mucho tiempo, en condiciones lamentables, parece que fue rápido e inmediato», indica Miguel.

«Esa zona ya había sido rastreada en más de una ocasión pero el cuerpo estaba en una zona de cañas, eneas, sólo asomaba parte de una zapatilla», explica el portavoz de la familia.

«Es verdad que llevábamos toda la semana albergando la esperanza de encontrarlo con vida aunque con el paso de los días se nos hacía más difícil. Nosotros creemos en Dios y en la existencia de la vida eterna, fue la voluntad de Dios llevárselo el mismo día que desapareció y de una forma indolora, no sufrió. Estamos tristes por la pérdida pero contentos por él. Ya no va a tener que padecer esa enfermedad en la que la persona se va deteriorando ni vivir en la residencia», subraya Miguel.

Tras la práctica de la autopsia, el cuerpo de Ezequiel Saeta Valdelvira fue trasladado ayer domingo hasta el Tanatorio municipal de Dos Hermanas donde fue incinerado.