Apinazar: la miel hecha en Dos Hermanas se coloca en el podio de Andalucía

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Con más de 600 colmenas, “Apícola Nazarena” es el matrimonio formado por Mari Ángeles Ponce y José López. Ellos cuidan las abejas, extraen la miel, la envasan y la venden. En la imagen, José con su mono de trabajo junto a una colmena.

“Apícola Nazarena” ha recibido el primer premio de Mieles Ecológicas en Expomiel y se sitúa entre las marcas más apreciadas por los consumidores

A veces el destino, caprichoso, te lleva por un determinado camino por mucho que uno procure evitarlo. Aquí tienen el caso de Mari Ángeles Ponce: es alérgica a la picadura de abejas, siempre quiso huir de las colmenas y, sin embargo, hoy produce en Dos Hermanas una de las mieles más apreciadas de Andalucía. Apinazar (“Apícola Nazarena”) ha recibido el primer premio de Mieles Ecológicas en Expomiel, celebrada en Córdoba el mes pasado. “Mi bisabuelo, ya en 1872, era apicultor”, comenta Mari Ángeles. “La gente venía a mi casa con un cacharrito y le vendíamos miel por arrobas, pesándola en esa romana que ves ahí. Por eso, de niña, yo no quería colmenas porque me picaban y porque pasaba mucho calor en verano”.

Esto ocurría en su pueblo natal, Castilblanco de los Arroyos. En 1986 se echó un novio sevillano, José López, informático, que por intuición o curiosidad compró cinco colmenas. “En vez de jugar al pádel, los fines de semana nos íbamos a cuidar las colmenas”. Y aunque solo era una afición, les hacía ilusión ver cómo un envasador les compraba su miel y la vendía (bastante cara por cierto) en “El Club del Gourmet” de El Corte Inglés. 

Y mientras ampliaban el número de colmenas, la parejita, aconsejada por una cuñada que vivía aquí, se compró un solar en la barriada Julio Carrasco, levantó una vivienda y se casó en 1993. En 2013 hacen un esfuerzo inversor y crean “Apícola Nazarena”. En esta nave situada en el Polígono Las Norietas (junto al Mercadona en la salida de Dos Hermanas hacia Alcalá) producen, envasan y venden doce variedades de exquisita miel que vienen a comprar clientes de toda la provincia. 

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Mari Ángeles en la tienda del Polígono Las Norietas, sosteniendo en sus manos el reciente galardón obtenido en Expomiel.

18 millones de abejas

Mari Ángeles y José tienen 600 colmenas distribuidas por fincas de toda Andalucía: La Puebla del Río, El Castillo de Las Guardas, Fuenteheridos, Alpandeire… Si tenemos en cuenta que, según la estación del año, en cada colmena habitan entre 15.000 y 60.000 abejas (una media de 30.000), suman un total de unos 18 millones de abejas. “La colmena es un ganado trashumante”, explica Mari Ángeles. “Movemos las colmenas de un lugar a otro, a campos ya florecidos con una flor concreta. Los traslados los hacemos siempre por las noches, cuando están todas dentro. Cerramos la piquera, que es la entrada a la colmena, subimos las colmenas en la furgoneta, las llevamos a una finca previamente seleccionada y, por la mañana, cuando sale el sol, abrimos de nuevo la piquera y las abejas salen a un campo nuevo para buscar el néctar de las flores”.

El negocio de las abejas no solo obliga a Mari Ángeles y José a trabajar en horarios trasnochados. En verano, cuando todo el mundo va en bikini y bañador, ellos se ponen el mono y el capillo: “Julio y agosto son nuestros meses de más trabajo. Es cuando recolectamos la miel de la flor de eucalipto y de la encina, entre otras. Antes, en marzo, hemos recolectado la miel de romero, en mayo la de azahar (que es una miel más suave), en junio la matalahúva y la retama y en septiembre el espliego, que es la flor de la lavanda”. Y confiesa: “Llevo una jeringa de adrenalina en el bolso. Me la tengo que inyectar cada vez que me pica una abeja, ya que soy alérgica. También me tuve que operar de la vista para trabajar, ya que las gafas se resbalaban con el sudor y al recolocármelas aplastaba a alguna abeja y me picaba. Para dedicarte a esto, te tiene que gustar”.

Que a Mari Ángeles le gusta su profesión es notorio cuando me enseña las instalaciones donde se lleva a cabo el proceso: el extractor, la máquna desoperculadora (el opérculo es el sello que colocan las abejas en las alzas y que hay eliminar para que la miel salga) y de ahí a la centrifugadora y al decantador, en cuya parte superior hay colocados unos filtros. “Una vez en el bidón, la miel tiene que decantar, para que suban las impurezas y estas queden en los filtros”. Y de ahí, al envasado, al etiquetado y a la tienda,

El propóleos está de moda

La producción anual de Apinazar es de 10.000 kilos de miel, a lo que hay que sumar otros tres productos que elaboran las abejas: jalea real, polen (eficaz remedio contra la anemia) y el propóleos: “Es resina de árbol con la que la abeja desinfecta la colmena. Actualmente hay más demanda que oferta, ya que tiene muchas propiedades”.

Miel de Dos Hermanas: otro producto de calidad del que sentirnos orgullosos.