La calle Nuestra Señora de Valme es nuestra principal vía y, como tal, tenemos que mimarla
Vamos a escribir en este artículo de emergencia algunos breves apuntes sobre el centro de nuestra ciudad y particularmente sobre la calle Real. Y, en primer lugar, habría que acotar que es el centro de Dos Hermanas. Diríamos que es todo lo que no es barrio y que va aproximadamente desde la calle Alcoba a la calle San Sebastián, es decir, prácticamente lo que era el pueblo antiguo menos la Cañada antes de que se creara a principios del siglo XX el barrio de San Sebastián por la munificencia del aristócrata y alcalde de esta villa el carlista don Jesús de Grimarest y Villasís. Y, sería su límite el barrio de San Sebastián que empezaría en el viejo Ejido Chico –la calle San Sebastián- y en calle como Galdós y Pereda, calles muy céntricas pero no del Centro pues en alguna manera hay que acotar el castizo San Sebastián.
Por otra parte, el Centro de la ciudad, tiene una serie de plazas importantes entre las que destacan el Arenal, la plaza de la Constitución –los Jardines-, la plaza de Menéndez y Pelayo –la Plazoleta que hoy los postmodernos llaman Plazoleta de Valme- y la plaza del Emigrante. En ellas se levantan los principales edificios de la ciudad, destacando y mucho la Parroquia de Santa María Magdalena, las Casas Consistoriales y la Plaza de Abastos.
Por otro lado, el Centro tiene calles muy comerciales como la vieja calle Marea –Santa María Magdalena- aunque en su tramo de la Plazoleta al Palmarillo se haya despoblado de comercios y la calle Antonia Díaz aunque la mayoría de sus calles sean residenciales. Desde luego, la gran calle comercial de Dos Hermanas es San Sebastián, arteria principal del gran barrio de su nombre, tantas veces nombrado en este artículo.
Pero quiero centrarme hoy en la calle principal del Centro y principal de Dos Hermanas, la calle Nuestra Señora de Valme, conocida por los castizos como Real Sevilla o más simplemente Real.
Hoy, si tú le preguntas a un joven de Dos Hermanas cual es la calle principal de la ciudad, lo más seguro es que te salte diciendo que la Avenida de España tal es la percepción de nuestros jóvenes de la distribución de la ciudad. Pero, en la mente de las personas de una determinada edad –y tampoco mucha- la gran calle de nuestro pueblo es Real, la cual significa mucho para innumerables generaciones.
En primer lugar, en ella se encontraban los cines que tanto significaban en el asueto de los nazarenos. En ella abrían sus puertas el Cine Español de Invierno y el Cine Español de Verano. Hoy en el lugar del primero abre sus puertas el Teatro Juan Rodríguez Romero, que tanto público atrae a esta fascinante vía y en el que se representan espectáculos de todo tipo o tienen lugar grandes pregones como el de Reyes Magos o el de Semana Santa. Es uno de los principales atractivos de la calle.
Por otra parte no es en absoluto una calle comercial. Nunca lo ha sido. Tenemos noticias de algunos viejos comercios como el de gorras de Pastora Carret o la mercería de las Diosdado, unas hermanas de Cantillana del bando de la Pastora, que tenían este tipo de comercio en esta vía y que llamaban mucho la atención cuando iban a la parroquia, la cual frecuentaban. Hoy quizá los dos comercios estrella de la calle sean la librería Valme del inefable José Martínez Ramos y su hijo Antonio José Martínez Fernández, que da un aire cultural y cosmopolita a la calle muy notable pues se trata de una gran librería al nivel de las mejores de Sevilla, o la tienda vintage, dedicada mucho a los libros y estampas aparte de a otros artículos de Javier Rivero Asencio y Encarni López Jurado, esta hija de José López González, famoso almacenista y cofrade que ha sido hermano mayor de la Sacramental y de Santa Ana. Este último comercio da un toque de antigüedad a la vez que de modernidad a la vía y es muy frecuentado por público de fuera.
Pero la calle si parece que ha funcionado como calle de bares. Por un lado está el famoso ‘La Tertulia’, exitoso bar de desayunos y meriendas que se aprovecha entre otras cosas de la cercanía al ayuntamiento. Pero también está el Restaurante Valme o el bar del pasaje de los del Río o el de la antigua Peña Bética o la Tapería de principios de la calle. Además en una bocacalle de la calle Real abren sus puertas dos importantes bares de tapas: el Jurado y la Jaula. Todo ello configura una oferta hostelera importante.
Pero sobre todo la calle destaca por su matiz residencial. El historiador local Jesús Barbero Rodríguez dice que la elite de la villa vivía sobre todo en la calle del Canónigo. Esta aseveración es cierta y puede extrapolarse a nuestros días.
De todas formas en la calle Real vivían y viven personas de las más influyentes familias de la ciudad, como corresponde a la calle más céntrica y principal de ella. Y se nos ocurren diversos vecinos destacados como el rico almacenista Antonio León Cruz y su esposa Araceli Gómez Carballido, una de las ‘Laguneras’, perteneciente también a una encumbrada familia nazarena. Su casa sigue siendo propiedad de su hijo Juan Manuel. Y también vive en la calle Paulina Muñoz Caro, de la familia de don Federico Caro Lázaro, alcalde liberal de la villa, viuda del médico don José Juan Fernández Luceño. También se me ocurren los Núñez que vivían en la casa donde se encontraba el retablo del Cristo de la Vera-Cruz, hoy unida en unos pisos con la casa de al lado. O le rico labrador Eugenio –Paco- Valera Mensaque, Paco el de Reposo, y su esposa Carmen Márquez Palacios que vivieron donde hoy se encuentra el restaurante Valme, casa que luego fue de su hija Carmen, casada con un ‘Chamorro’, también labrador, Fernando Gómez García. O la madre de este último María García López, esposa de un ‘Chamorro’, o Enrique Gómez Martínez, Enrique ‘El Herrero’, casado con Josefa Cobos Fuentes, y que fue hermano de Valme –uno de los pocos que quedaron en la Guerra Civil- de la Oración en el Huerto, hermandad en la que fue uno de los más conspicuos hermanos, y de Vera-Cruz. También en la calle se encontraba la casa de Curro Muñoz Díaz y Juanita Jiménez Pérez, que había sido del tío de ésta Fernando Rivas García, alcalde que fue de la villa. En fin, nos dejamos muchos atrás pero lo que nos importa es mostrar que es una calle donde ha vivido la élite del pueblo, que, en su mayoría, es la que hoy la habita.
Igualmente, la calle es un centro religioso de primer orden al abrir en ella sus puertas la casa natal de Trinidad Sánchez Moreno, la Madre Trinidad, fundadora de la Obra de la Iglesia. Esta institución regenta una casa de ejercicios. Ya sabemos que la Obra de la Iglesia tiene una gran influencia en Roma, donde su casa de ejercicios es frecuentada por muchos obispos y que la Madre Trinidad siempre ha contado con la amistad, anuencia y apoyo de los papas, muy singularmente de San Juan Pablo II.
Pero también conviene reseñar que la calle era carrera de todas las cofradías aunque hoy sólo pasa Santa Ana, algunas Cruces y el Corpus Christi y la procesión de impedidos. Resalta más el papel de la calle pues otra calle típica de la carrera como era Botica ha quedado reducida en el Corpus a una parte de ella, lo cual va contra la tradición, pero comprendemos que se haya visto así para alargar el recorrido pasando por la calle Aníbal González.
En fin, es la calle Real Sevilla, que lleva el nombre de nuestra singular protectora, la calle más importante del pueblo, obligado paso de muchos vecinos, lugar de asueto para otros muchos, centro de la vida cultural con el teatro y las librerías, paso de nuestras principales procesiones, centro religioso de primer orden y residencia, desde hace mucho tiempo, de las principales familias de la villa hoy ciudad. Se trata pues de una importante vía con una historia singular que la hace a nuestros ojos más importante si cabe.