Precisa dinero para sufragar los tratamientos y terapias que necesita en EEUU
Ana María y Manuel hacen un llamamiento a la solidaridad de los nazarenos. Su hijo, Samuel, de 12 años de edad, padece Síndrome de Wolfram enfermedad catalogada como rara, muy grave, neurodegenerativa y que ocasiona múltiples patologías como las que ya ha desarrollado Samuel: atrofia óptica (ceguera) -Samuel solo cuenta con un 20% de visitón-, taquicardias supraventriculares, diabetes insípida, sordera, etc. En principio, esta enfermedad no tiene cura pero sí existen tratamientos y terapias que pueden mejorar la calidad de vida del pequeño nazareno.
Estos tratamientos se realizan en EEUU y Reino Unido. Los padres de Samuel piden colaboración para poder hacer frente al coste del viaje y de las terapias.
La familia nazarena está en contacto con la Doctora Gema Esteban de la Fundación Síndrome de Wolfram que les está asesorando. Han realizado sorteos, venta de pulseras, actos, etc. para recaudar fondos. Las personas que deseen ayudar a Samuel pueden aportar lo que puedan a siguiente número de cuenta a nombre de Samuel Cotán López:
IBAN/BIC: ES36 2100 7254 0721 0045 2604/ CAIXESBBXXX
El síndrome de Wolfram (SW) es una enfermedad neurodegenerativa rara caracterizada por: diabetes mellitus tipo I, diabetes insípida, atrofia óptica y signos neurológicos. Se han descrito alrededor de 300 casos y la prevalencia se estimado en 1/160.000. El criterio mínimo necesario para la determinación de SW es la asociación de diabetes mellitus de tipo I de aparición juvenil, sin anticuerpos, y que aparece normalmente durante la primera década de vida, con la aparición de una atrofia óptica bilateral, que aparece después de la segunda década. La atrofia óptica sólo afecta a la visión periférica.
Alrededor del 70-75% de los pacientes también desarrollan diabetes insípida y dos tercios de los enfermos presentan sordera neurosensorial de grado variable que afecta a las altas frecuencias. Otras manifestaciones relacionadas son: atonia del tracto urinario, ataxia, neuropatía periférica, demencia, problemas psiquiátricos y/o epilepsia. Alrededor del 60% de los pacientes con SW homocigotos presentan episodios de depresión graves, psicosis y agresividad verbal y física compulsivas.
Aproximadamente un 25% de los pacientes presentan problemas digestivos (diarrea o estreñimiento recurrentes) y un tercio presenta disfunción renal. Otras alteraciones, potencialmente mortales, como apnea de origen central o insuficiencia respiratoria, también son frecuentes. La disfunción bulbar puede ocasionar neumonías por aspiración recurrentes, que pueden provocar la muerte. La cardiomiopatia y la anemia también pueden estar presentes. En algunos casos también se ha descrito un retraso o alteración en el desarrollo sexual. Se han identificado dos genes responsables: WFS1 (4p16.1), que codifica para la Wolframina, proteína localizada en el retículo endoplasmático y que interviene en la homeostasis cálcica; y el gen CISD2, que codifica para el la proteína 2 CDGSH que contiene un dominio sulfuro de hierro. Las mutaciones de CISD2 sólo se han identificado en tres familias consanguíneas de origen jordano. Las mutaciones de WFS1 son responsables de la mayoría de casos de SW. Se han descrito más de 150 mutaciones distintas en diferentes poblaciones, la mayoría de ellas en el localizadas en el exón 8. En las familias en las que las mutaciones WFS1 o CISD2 están identificadas, se puede efectuar el diagnóstico clínico y la identificación de portadores. Los heterocigotos portadores de mutaciones de WFS1 tienen ocho veces más riesgo de ser hospitalizados por alteraciones psiquiátricas, que los no portadores. Presentan también un riesgo incrementado al desarrollo de sordera neurosensorial y diabetes mellitus. El diagnóstico molecular prenatal es posible. El diagnóstico diferencial incluye la diebetes de tipo I autoinmune y la atrofia óptica de Leber.
El tratamiento es sintomático. El manejo se basa en la detección y el tratamiento de los diferentes problemas asociados al SW. Se recomienda un estudio anual de la diabetes, las alteraciones de la visión y de la audición, así como una IRM. Las inyecciones diarias de insulina y una dieta apropiada son indispensables para tratar la diabetes. Es necesario el manejo de la diabetes insípida, apnea y alteraciones urinarias (i.e.<.i> antibioterapia profiláctica para las infecciones urinarias). Debido a que las alteraciones psiquiátricas tienen una alta prevalencia en los pacientes con SW, se requiere una evaluación regular para la depresión y otros síntomas psiquiátricos, con el fin de poder aportar a los pacientes una ayuda médica, emocional y psicológica específica. La progresión de la enfermedad hacia una muerte temprana es común, habitualmente por insuficiencia respiratoria.