El restaurante ofrece una variada carta de tapas adaptada a todos los bolsillos
La reforma integral que ha experimentado Baltazares está llegando a su fin. El establecimiento ofrece diferentes espacios en los que disfrutar con los cinco sentidos de la experiencia Baltazares.
El restaurante recupera las tapas con precios adaptados a todos los bolsillos pero sin olvidar la máxima de Baltazares: la alta calidad. Chacinas y quesos, tapas frías y calientes, sin olvidar las tapas tradicionales, pastas y carnes se incluyen en la carta de tapas. Tapas que van desde 1,20 euros de la tostadita de sardina ahumada acompañada con crema de verduras y salmorejo de pimiento del piquillo; los 2,50 euros de las croquetas de jamón y las gyozas de cerdo o de las de langostino; hasta los 6 euros que cuesta la tapa de mero en salsa de albariño con gambón y almejas o el canelón de rillete de pato.
Se puede tapear en Baltazares por unos 25 euros incluyendo dos cervezas y tres tapas. Una variada carta con la seña de identidad de Baltazares: la máxima calidad, contando con las últimas técnicas en cocina acompañado de un servicio profesional. Tapas que se pueden disfrutar viviendo la experiencia Baltazares que crearán en el cliente las ganas de repetir.
Con la recuperación de las tapas Baltazares regresa a sus orígenes. «Empezamos en una terraza con mostradores de chapa de Cruzcampo, las patatas clavadas en la pared, la caja registradora era una caja de cartón y los culos del Mistol eran los portamonedas», explica Javier Fernández, uno de los propietarios del local. «Lo que hoy es Baltazares es fruto del esfuerzo, de querer progresar y mejorar día a día. Es cumplir un sueño. Una locura arrastrada por la pasión», indica. A la zona interior de tapas se suma la terraza y los veladores que abrirán en breve para disfrutar del buen tiempo.
«Baltazares es gracias a la gente de Dos Hermanas que siempre nos ha apoyado. Ese ha sido el principal argumento para que podamos crecer. Baltazares es 100 por 100 nazareno. De Dos Hermanas, por gente de Dos Hermanas para Dos Hermanas», subraya.
Una experiencia para disfrutar con los 5 sentidos
El restaurante nazareno Baltazares da los últimos retoques tras la profunda transformación a la que se ha sometido. El sueño de los hermanos Javier y Juan Carlos Fernández, esa «locura arrastrada por la pasión», se ha hecho realidad.
El establecimiento ofrece diferentes espacios en los que vivir una experiencia única y disfrutarla con los cinco sentidos. Vive, saborea, bebe, baila, disfruta, experimenta Baltazares. Todas las posibilidades dentro de un mismo espacio.
Baltazares es un espacio gastronómico exclusivo, ubicado en Dos Hermanas. Con más de 35 años de experiencia, ha vivido una constante evolución hasta hoy aunando gastronomía, coctelería, salones privados, música y espectáculo.
Más de 500 metros cuadrados de establecimiento repartidos en una planta diáfana a diferentes alturas entre las que se diferencian tres áreas: una zona de restauración (restaurante y tapas), salas privadas para eventos y reuniones y un bar con espacios específicos para espectáculos y música en directo.
La zona de restauración cuenta con un espacio con mesas altas y bajas, con una barra principal como antesala de la cocina. Los comensales pueden ver la materia prima del día y los productos de temporada desde verduras o embutidos a pescados y mariscos.
El bar, separado por unos cristales de la zona de restauración, ofrece coctelería, destilados y actuaciones en directo.
Por último, Baltazares cuenta con exclusivos reservados con acceso y parking privados, y cocina en vivo. En total son seis salones con capacidad de seis a 20 personas.
En definitiva, Baltazares se ha convertido en un emplazamiento en el que la suma de contenidos hace que vivas una experiencia única, cargada de personalidad.
El secreto de Baltazares no es otro que ofrecer siempre una materia prima de la más alta calidad, las últimas técnicas en cocina y coctelería acompañado de un servicio profesional, cercano y preocupado por el bienestar de sus clientes. Como resultado, una experiencia sensorial sin precedentes y una oferta culinaria con un sinfín de posibilidades que cumplirán con un objetivo: que la experiencia valga la pena y el cliente desee volver.