Breves apuntes sobre la calle Alcoba de Dos Hermanas (I)

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calle Alcoba

Ya en el siglo XX había dejado, en gran parte, de ser una calle obrera viviendo en ella incluso encopetadas familias

En relación al magnífico artículo de mi colega y compañero en estas lides Jesús Barbero Rodríguez, creo poder completarlo un poco, si ello es posible, contando mis experiencias y las de mi familia sobre la calle Alcoba donde llevamos muchas generaciones asentados.

En efecto, tuve la suerte de que la casa de mis abuelos maternos, Antonio Alonso Madueño y Ana Muñoz Blanco, se abría y abre, pues es todavía propiedad de mi familia, a la calle Alcoba al igual que la de mis abuelos paternos, Germán Calderón Miña y María Martín Lomo, se abría y abre a la vieja calle San Alberto y es donde yo vivo. Aparte, yo hacía mucha vida en la casa de El Ejido Grande de mis tíos José Pérez Iborra y Dolores Antonia Muñoz Blanco –una de las mujeres con más peso e influencia de Dos Hermanas- y tuve la suerte de que por ser mi tío de la mesa de Vera-Cruz, la familia de mi abuela materna del barrio de San Sebastián y mi propio padre, Manuel Calderón Martín, tesorero y fiscal de la misma cofradía veracrucista –cargo este último que yo hoy ostento con temor de Dios y no disimulado orgullo- hice y hago mucha vida en el barrio de San Sebastián, al que pertenece la calle Ave María donde vive mi admirado colega antes citado. Por otra parte, no es lugar de hablar de las casas de la gente de mi padre, los salmantinos de Puerto de Béjar.

Pero, centrándonos en la calle Alcoba, diré que hace mucho tiempo que dejó de ser una calle eminentemente obrera aunque este grupo social nunca desapareció de su vecindario.

En ella, vivía, por ejemplo. en nuestra casa familiar José Madueño Acosta, mi tatarabuelo, rico pelantrín –o pelentrín que es palabra que no se usa en Dos Hermanas y si, por ejemplo, en Almonte- casado dos veces; primero con la nazarena Ana Caro Pérez –mi tatarabuela- y después con la viuda jerezana Catalina Blanco Rodríguez.

Mi tatarabuelo, conocido como José ‘El Gallego’, tuvo como querida al parecer –como es tradición muy antigua y ha recogido mi mismo colega en sus artículos-a ‘La Melliza’ de la calle de este nombre y sus hijos temieron que se comiera el capital del padre.

Luego su hija Sor Josefa Madueño Caro, hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, heredó la casa de su padre y dos de sus hermanos vivieron también en la calle, entre los que destaca José, el ‘Chacho Pelao’- chacho es palabra que se usa tradicionalmente en Dos Hermanas al igual que tato para designar al tío-, casado con Cándida Porrero Vaquero y que fueron uno de los más ricos matrimonios de pelantrines y manchoneros de Dos Hermanas.

También vivía en la calle ‘El Niño María’, hermano de mi tía Cándida que según parece ejercía el oficio de capataz.

Mi abuelo, pelantrín y capataz de Cuarto –aparte de tratante de ganado- compró la casa por poco dinero a su tía.

En relación a él, tengo que decir que, contestando a las numerosas preguntas que se nos ha hecho a la familia sobre su filiación republicana, al revés de lo entendido era monárquico alfonsino –de don Alfonso XIII- hasta los tuétanos-.

Creo que primero militaría o sería simpatizante del Partido Liberal al que pertenecía su tío el alcalde y médico don Federico Caro Lázaro.

Los liberales eran la ‘Izquierda’ – si a eso se le puede llamar Izquierda- dinástica. Luego mi abuelo en la II República perteneció –y está documentado- al derechista partido.

Aquí lo dejamos por hoy. En la próxima edición seguiremos desgranando sobre este tema.