1958
“Cuando Eva le dio coba a Adán no fue con una manzana; fue con una aceituna, del campo de Dos Hermanas”, leemos
Estamos en plena campaña aceitunera. Junto a Carbonell, León y Cos y Serra & Pickman, el almacén de Armando Soto es sin duda uno de los más potentes de Dos Hermanas. Cruzamos la vía para hacer una visita a esta empresa que Armando Soto Morilla instaló en Dos Hermanas ya en 1898 (aunque en otra ubicación), por lo que cumplirá 60 años en nuestra ciudad en este 1958. Actualmente es su hijo, Armando Soto Ybarra, nacido en 1899, quien regenta el negocio.
Nos recibe Antonio Hornillo, el administrador, que está a punto de jubilarse a sus 81 años. Trabaja para los Soto desde 1902. Nos indica que la producción de este año podría alcanzar el millón y medio de kilos de aceitunas. El almacén rebosa actividad. Una veintena de faeneros se distribuye por el patio, requiriendo, mientras que en las naves laterales, unas 370 mujeres trabajan a pleno rendimiento, cada cual en su sección: recolección de aceitunas, de pimientos (con sus hornos), escogido, deshuesado y relleno. A este personal hay que sumar seis toneleros y seis tapadores, que supervisan la apertura de los toneles. Todos cobran a diario.
Nos informan que Estados Unidos es su principal cliente. Aunque a veces se envían gordales con hueso, el 99% del producto que se envía a Norteamérica es aceituna rellena de pimiento: dos de cada tres son gordales, y el otro tercio, manzanilla. Otros destinos son Brasil, Puerto Rico y Cuba, aunque a estos países se envía aceituna de peor calidad.
Es este el período de más actividad del año. En unas semanas llegarán los primeros camiones que cargarán los bocoyes (de 3 fanegas cada uno, o sea, 132 kilos) con destino a su embarque en el puerto de Sevilla. Volveremos entonces al almacén, verdadero corazón con el que hoy late Dos Hermanas.