La Cofradía de las Benditas Ánimas durante el Trienio Liberal (II)

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Benditas Ánimas

Son muy interesantes partidas como las gastadas en aguardiente para la novena

Vamos hoy a seguir con los datos que poseemos de la hermandad de las Benditas Ánimas de nuestra iglesia mayor durante el Trienio Liberal y que se recogen en un libro de actas y cuentas que se conserva en el archivo de la misma parroquia.
Y empezaremos por las cuentas de 1821 dadas por el mayordomo Ramón García. En principio, aparece un encargo del antecesor don Manuel López Tinoco de 96 reales y otro encargo de José Sánchez de 35 reales. Recordemos que el encargo o cargo era lo que entraba en las arcas corporativas y la data lo que salía. Empezando el año en enero vemos primero que se obtuvo del cajón – que suponemos que eran donde se depositaban las limosnas de devotos y cofrades y que estaba en la iglesia- y de las misas de alba que se decían por las ánimas del purgatorio la cantidad de 70 reales.

Por otra parte, se recogieron de los faroles de la calle 55 reales. Sabemos por las reglas que se ponían alcancías en las calles para recoger limosna y suponemos, pues, y es tan sólo una suposición que serían iluminadas por los susodichos faroles. De todas formas no está nada claro en qué consistían. El resto de los meses se recogieron también limosnas del cajón y misas de alba y de los faroles de la calle que en aras de la brevedad no vamos a recoger. En noviembre, el gran mes de las obligaciones de la cofradía se recogió de limosnas en las misas de madrugada 21 reales. Recordemos que según mandan las reglas la gran fiesta de la cofradía tendría lugar el domingo siguiente a la festividad de Todos los Santos, es decir a principios de noviembre. A ella debían asistir todos los hermanos y consistía en una misa cantada con procesión con velas encendidas y los hermanos debían ir rezando por las benditas ánimas diez padrenuestros y diez avemarías. Pero sigamos con el cargo que nos dice que en las misas de madrugada se recogieron 166 reales.

Por las reglas, concretamente por su ordenanza décima sabemos que todos los lunes del año la cofradía estaba obligada a celebrar una misa cantada con responsorio, desfilando los cofrades en procesión alrededor de la iglesia, suponemos que por el interior, portando velas encendidas. A continuación aparece que por las luminarias que se pusieron se cobraron 158 reales y por la entrada de hermanos 20 reales. También se cobró un tributo que dio Manuel García por una casa que tenía en la ciudad de Sevilla lindante con Pedro Cebador y Antonio Fernández. Tenía pagado hasta 1820 tres años a razón de 33 reales lo que hacía un total de 99 reales.. Mas igualmente se había cobrado 10 reales de un cabrito que había rifado la hermandad, 12 por bayetas que suponemos que se colocarían en las misas, 40 por piezas (¿?) y 65 de cinco libras de cera vendida a razón de trece por cada cirio. También se habían ingresado dos arrobas y media de aceite por un cerdo de cinco o seis meses que dio un devoto. Este aceite se había gastado en la lámpara de las Ánimas. Sumaba el cargo salvo error 18.693 reales. Desde luego son curiosas las entradas y rifas en especie sobre todo este cabrito y este cochino del que nos hablan las cuentas.

A continuación viene la data, es decir, lo gastado por la cofradía cuyas cuentas mostró el mayordomo el dicho Ramón García. Sobre todo se gastaba en dos conceptos, la misa de los lunes y el aceite para la lámpara de las Benditas Animas. Pero también se pagaba por otros conceptos. En enero se dieron cuatro reales por la compostura de un candelero y papel para listas suponemos que papel de secretaría. Vemos, además, como se destina dinero al cuidado del patrimonio de la corporación como es un candelero. En junio se pagó a la fabrica de la parroquia, es decir a su administración, por las misas de los lunes 100 reales. En octubre se gastó 52 reales en labrar trece libras de cera a cuatro reales cada una que dio en amarillo el devoto don Agustín Varela En noviembre, el mes en el que llegaban al culmen los actos corporativos, se había gastado 8 reales en la compostura de seis blandones pero además vemos que se prodigan los cultos . Se dijeron quince misas rezadas de madrugada con campanita que costaron a 8 reales cada una que dieron un total de 120 reales. Y es curioso y más que curioso significativo que acompañaba a las ánimas un coro o campanita que cantaría letras alusivas a las Benditas Ánimas como todavía sigue haciendo la cofradía de Ánimas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Mairena del Alcor en su procesión del 31 de octubre del Señor de las Ánimas y la Virgen del Mayor Dolor, acto sumamente devoto, en todos los conceptos impresionante y, por ende, pintoresco que recomendamos que se vea.

Y también se gastaba en otro concepto, en aguardiente para los hermanos. El año 1821 se gastaron 70 reales para la novena que a lo que se ve se sumaban otras misas hasta llegar al total de quince días. Al sacristán se le daban dos reales por levantarse cada día a la misa de madrugada lo que hacía un total de 30 reales. También se pagó en el dicho mes de noviembre un aniversario del señor Andrés, que desconozco quien sería, que hacía un total de 319 reales. Además, al orador del sermón se le darían 280 reales. Y no sólo el aguardiente se trasegaba en la novena de Ánimas sino que también se daba un “corto” refresco al clero y a los demás. Es decir, no se olvidaban en absoluto nuestros antepasados de las necesidades del cuerpo y ayer como hoy los refrigerios tenían su lugar en la vida de la cofradías. Para finalizar este año diremos que la data sumaba la cantidad de 18959 reales. Dado que el cargo sumaba 18693 quedaba a favor del mayordomo la cantidad de 8266 reales.

Y pasamos ya a las cuentas de 1822. En principio, en el cargo las partidas mayores todos los meses eran del cajón de la iglesia y de los faroles de la calle justamente como los del año anterior. Pero también en este año aparecen donativos en especie. Por ejemplo en mayo un devoto dio un pichón que valía 4 reales. En junio se dieron varias piezas de fruta que costaron 20 reales. En julio los cirios valieron 30 reales. En noviembre se pagaron por las misas de alba de cuatro meses 79 reales, por las luminarias 40 reales, y por el requemo de veinte velas 13 reales. En diciembre la limosna de cuatro misas rezadas que se dijeron en la madrugada costaron 32 reales, a razón de 8 cada una. El cargo sumó un total de 18115 reales de ingreso.

En cuanto a la data de este dicho año de 1822 se gastaba sobre todo en la misa de los lunes que recogían los estatutos o reglas de la corporación. Además el mes de junio se pagaron 100 reales en aceite por ese mes todos los meses anteriores, en julio 18 y en agosto, septiembre, en octubre, en noviembre y en diciembre 20 reales en cada mes. Además se pagaron para el altar y la cama en octubre 14 reales por velas gordas de requemo. Suponemos que la cama se referirá a un catafalco con el paño de la cofradía. Es lo más lógico. También en octubre se pagan 72 reales a razón de 14’5 por cinco libras de cera menuda parda las misas de los lunes.

En noviembre de nuevo vuelve a aparecer el suponemos apetecible aguardiente –tan típico de los velorios de la vieja Dos Hermanas- pues se pagan 40 reales por el consumido en la novena. Por cierto, se nos hace constar que las misas de la novena las pagó un devoto y por las cinco que faltaban para completas el mes dio la cofradía 48 reales y por una cantada 40. En estas seis madrugadas se pagó de nuevo por el dichoso aguardiente, en total 26 reales. También se pagó en este fervoroso período de noviembre 58 reales de cuatro libras de cera a 14’5 cada una.

Por último en diciembre se dijo una misa cantada a 17 reales. El cargo sumó este año 18115 reales y la data 18300. Como vemos fueron menores los ingresos que los gastos.

Y dejamos por ahora las cuentas de la cofradía. El análisis de ellas nos permite ver numerosos capítulos curiosos, costumbristas, pintorescos y devotos que nos hacen conocer mejor esta hasta ahora poco conocida cofradía nazarena.