El periodista Paco Gil Chaparro, afincado en Dos Hermanas, acaba de publicar un libro que arroja luz a este misterioso caso
No ha nacido aquí, pero a poca gente he escuchado hablar tan bien de Dos Hermanas como a Paco Gil Chaparro, periodista de raza que desarrolló su carrera en El Correo de Andalucía y, hasta hace unos meses, dirigió la magnífica web de noticias “Dos Hermanas Diario Digital”.
Su figura ha saltado recientemente a nuestras televisiones, con el documental “Los Galindos, toda la verdad”, que emite una conocida plataforma digital. Paco es uno de los periodistas mejor documentados sobre aquellos cinco terribles asesinatos acaecidos en un cortijo de Paradas en 1975, y que aún están por resolver.
Acabas de publicar un libro, titulado “Los Galindos, el crimen de los silencios”. ¿Qué aportas al caso?
El libro recopila 30 años de trabajo periodístico y con rigor científico. Es el resultado de largas conversaciones con jueces, fiscales, forenses, policías, guardias civiles y vecinos del pueblo. Con todo ese material he tratado de reconstruir una historia que sigue envuelta en muchos misterios.
¿Incluye algún material inédito?
Incluye algunas fotografías inéditas de las víctimas tal como se las encontraron, y las de la autopsia realizadas en el cementerio por el forense Luis Portela. Además, transcribo íntegramente las entrevistas que en su momento grabé (y conservo en una cinta de casete) con los tres jueces que llevaron las investigaciones.
¿Cómo te acercaste al caso Los Galindos?
Yo era redactor de El Correo y vi que se acercaba el 22 de julio de 1995, fecha en que se cumplían 20 años de los crímenes y por tanto prescribían los delitos. Me picó la curiosidad y le pedí a mi director investigar el caso. Me dio un mes, del cual estuve quince días escribiendo. Mis pesquisas fueron publicándose en el periódico en sucesivos reportajes, que también recoge íntegros este libro. La historia me atrapó y sigo atrapado en ella.
Recientemente hemos visto en la tele la serie “El Marqués”, que da una versión posible de los hechos. ¿Tienes tu propia teoría?
Mi impresión es que los crímenes no estaban previstos. Creo que alguien quería asustar al capataz de la finca, Zapata, que había sido Guardia Civil y no se achantaba. Alguien le golpeó con la pieza de una empacadora y se inició la cadena de asesinatos.
¿Sabes más de lo que cuentas? ¿Quién fue el asesino?
Yo lo tengo claro, pero no lo puedo decir sin pruebas. El asesino ya no vive, aunque sí puede vivir algún cómplice o testigo que nunca abrirá la boca. Y no soy el único que lo sabe. Si tú vas a Paradas, todo el mundo sabe quién fue.
Si esos crímenes se hubieran cometido hoy, ¿se habrían resuelto?
Sin duda. A las pocas horas. Los medios policiales no son los mismos. Además, como aquello ocurrió en julio, en la finca no apareció un juez hasta 24 horas después de los crímenes, cuando muchas personas habían manipulado la escena y borrado huellas.
Sin embargo, el caso Marta del Castillo es más reciente y, por muchos avances policiales que ha habido, está sin resolver…
Ese caso lo conozco bien porque entonces yo era jefe de prensa de la suddelegación del gobierno. Tiene una cosa en común con Los Galindos: se cometieron muchos fallos iniciales en la investigación.
¿El periodista nace o se hace?
Debe tener algo cuando nace, pero después se hace.
¿Vale la pena estudiar periodismo?
Yo he sido profesor de periodismo siete años en EUSA y a mis alumnos siempre les digo que el periodismo va a existir siempre, a pesar del cambio en los formatos. “Teneis que moveros, no esperar”, les digo. Mi maestro en esta profesión, Pepe Guzmán, me decía que las noticias se descubren en la cafetería de un bar. Ahí te enteras de todo.
Naciste en San Juan de Aznalfarache en 1959. ¿Cuando y por qué te vinculaste a Dos Hermanas?
Porque en 2002 me casé con una nazarena, Olga Conesa, y aquí nos vinimos a vivir porque estaba su familia. Nuestros hijos Paco y María, de 19 y 17 años, son nazarenos, y yo ya no me quiero mover de Dos Hermanas, que me ha recibido con los brazos abiertos. Vivo en el centro, me encanta el pueblo y su gente. Sevilla me echa para atrás.
Hablas muy bien de Dos Hermanas. Sin embargo, no parece muy atractiva para el turista…
Cuando yo vivía en Sevilla, nunca me habría apetecido vivir aquí. Atrae más el Aljarafe. Dos Hermanas no goza de la imagen que sí han sabido trasladar otros municipios. Para comer, los sevillanos tiran más hacia Los Palacios o Utrera. Pero eso está ya cambiando. El Ayuntamiento tiene una campaña para meternos en las rutas turísticas.
Dos Hermanas tiene un encanto tremendo. Si buscas en sus entrañas y descubres a sus personajes, es un pueblo magnífico. No tiene infraestructura hotelera para dormir, pero sí para visitar: las haciendas (como la de Doña María), el Museo de Carruajes de Montelirio, la cueva y la campanita, la industria de la aceituna… Estoy convencido de que coges a un guiri en Sevilla y le dices que te lo traes a Dos Hermanas y vuelve alucinado.
Dime algún defecto, si lo tiene…
Es una pena que el nazareno dé la espalda al comercio cercano. Cuando paseo por La Mina y veo los carteles de “Se traspasa”, siento pena. El comercio necesita mayor apoyo institucional y más campañas de concienciación. Que al nazareno de a pie le llegue el mensaje de que no hace falta irse a un centro comercial para comprar. La Plaza de Abastos, por ejemplo, es una maravilla, y está vacía. Para eso, hay que facilitar más el acceso al centro.
Te acabas de jubilar. Tras once años dejas el portal “Dos Hermanas Diario Digital”. que tantas historias ha contado. ¿Qué vas a hacer ahora?
Tenía ganas de jubilarme porque quiero escribir, pero escribir lo que yo quiera. Tengo en la cabeza una novela y también un cuento basado en el pregón de la Cabalgata de Reyes, que hice en 2014.