La calle Real entró en el túnel del tiempo viendo la cofradía de la Misericordia
Y vuelvo con mi crónica de la Cuaresma y de la Semana Santa del 2023. Y antes de entrar en los desfiles procesionales, hablaré del traslado del Gran Poder a su paso el día 25 y del Cautivo el día 26. Son, como es sabido, dos de las imágenes cristíferas más devotas de la ciudad junto con el Cristo de la Vera-Cruz.
Luego, se celebró el 29 de marzo el traslado del Cristo del la Misericordia y Nuestra Señora de las Angustias a la casa hermandad del Santo Entierro para salir el Viernes de Dolores. Fue un acto muestra del empuje de una hermandad nueva y pujante. Luego el jueves 30 de marzo, se trasladó al Cristo del Santo Entierro a la urna procesional. Fue muy solemne, devoto hasta elegante por el estilo del acto y por los vestidos de los hermanos. Decía mucho de la hermandad anfitriona y su exquisito gusto-.
Y entro ahora en la veneración, vía crucis y subida al paso del Santísimo Cristo de Vera-Cruz, sin duda uno de los actos más linajudos y clásicos de la Cuaresma nazarena. Estuvo, como siempre muy solemne y, sobre todo, movía a devoción para lo que deben servir las imágenes como trasunto de la divinidad, de María y de los santos.
También el Viernes de Dolores estuvo colocada en su paso la Virgen de los Dolores de la Oración y a las nueve hubo un acta de evocación de los Dolores de Nuestra Señora que pronunció el señor cura párroco de la Parroquia Mayor de Santa María Magdalena e ilustre ecijano, -Écija es ciudad de grandes torres y magnífica Semana Santa entre sus muchos valores-, don Manuel Sánchez de Heredia, sacerdote muy perito en la oratoria sagrada, como todos sabemos.
Pero también este Viernes de Dolores ha dejado de ser este día del Señor de la Vera-Cruz de grillos y del Señor Orando en el Huerto de los manchoneros –se me va a permitir esta licencia de los apodos de las cofradías por lo mucho que significan y porque me he criado con ellos, en casa veracrucista –por madre y por padre- y siendo mis mejores amigos manchoneros y, además, de pro.
Mas lo que considero más importante es la salida del Cristo de la Misericordia y la Virgen de las Angustias. Para mí la calle Real entró en el túnel del tiempo viendo esta cofradía por la calle Real Sevilla –por esa Nuestra Señora de Valme de los amores de los nazarenos-.
Para mi gusto, lo más notorio es el aspecto tremendamente efectista e hiperrealista del Cristo, obra de Manuel Téllez Berraquero. Como dije del Prendimiento la imagen me parece un Hércules sacro.
El paso de Cristo se adornaba con rosas de Ecuador Moody blues, calas, alium morado, clavel mirage púrpura, tulipán morado oscuro, statice morado, statice lila claro, eringium, lentisco y helecho. Como puede verse la decoración floral no podía ser más exótica, variada y variopinta.
En cuanto a la Virgen, obra del mismo artífice, puede decirse que es una imagen de María tremendamente apesadumbrada y dolorida. La imagen se adornaba con flores de cala realizadas en cera y clavel blanco enriquecido con ruscu.
Hay que destacar en el palio las velas salomónicas sustituyendo las clásicas marías. A su vez había unas campanitas en el palio que con su tintineo le dan un ruido especial. El Cristo había estrenado corona de espina que le da más expresividad en el momento de la expiración.
A su vez destaca el estreno de los candelabros de guardabrisas en primera fase de ejecución realizados por el equipo de priostía. Al igual se estrenaron los flecos del palio, techo, bambalinas y flecos del faldón que se realizan en los talleres de la hermandad. Y quiero llamar la atención sobre la media luna que le han regalado a la Virgen, lo que le da un mayor empaque a esta efigie de Nuestra Señora de las Angustias.
¿Y qué puedo decir de la cofradía? A mí me llama la atención la figura de ese original Cristo, tremendamente traspasado y lacerado y con un sudario rojo que llama poderosamente la atención. En cuanto a la Virgen es ejemplo de Virgen Dolorosa, transida de dolor. El recorrido fue altamente recomendable –volviendo a su barrio- y muchos fieles contemplaron a la cofradía por su itinerario.
En cuanto a las bandas, salieron dos señeras y famosas, ambas locales. Una era la Banda de Cornetas y Tambores de Presentación al Pueblo, que tocaba en el Cristo, y la otra la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas, que tocaba en el palio.
En fin, la procesión, para mi gusto fue todo un espectáculo sacro. Sobre todo, como digo, destaca el efectismo y tremendismo de la imagen, muy original dentro de la Semana Santa de Dos Hermanas y me atrevo a afirmar también que lo sería también en otra población.
Pero, en Dos Hermanas, existe una procesión multitudinaria pero a la vez desconocida. Se trata de la de la Virgen de los Dolores titular de la Congregación de Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, fundada por el capuchino obispo de Solsona y luego de Segorbe Padre Luis Amigó y Ferrer.
La congregación, como es sabido, tiene colegio en Dos Hermanas, el tan famoso, por tantos conceptos, de San Hermenegildo.
Pues bien, en la mañana del Viernes de Dolores sale la Virgen por el jardín –bellísimo por otra parte- de la delantera del colegio. Le acompañan niños y una banda juvenil.
Toda la comunidad educativa -frailes, padres, alumnos- se vuelcan con la procesión. La estampa es bella por el sitio y enormemente colorista.
La Virgen no sé datarla y a la espera de poder hacerlo sólo diré que parece una imagen de escuela valenciana de gran belleza y prestancia y del siglo XIX. El paso se adornaba con cuatro faroles propiedad de la Hermandad Sacramental y que lleva la Divina Pastora, titular de esta cofradía eucarística –junto con las Ánimas-.
Hay que recordar la vinculación de la Sacramental de Santa María Magdalena con la congregación de Terciarios Capuchinos. El obispo Mártir Beato Fray Bienvenido María de Dos Hermanas –en el mundo José Miguel Inurria -sale en la procesión del Corpus Christi como testimonio de un hijo de Dos Hermanas muerto en la contienda civil.
En fin, es una procesión sencilla y bella con la frescura de lo juvenil y en la que muchos padres acompañan a sus hijos.
Y así nos quedamos el Viernes de Dolores esperando en próximas entregas hablar de los oficios y de las procesiones de las muchas y bellas procesiones de las cuales, como nazarenos, debemos sentirnos orgullosos. Laus Deo.