Destacó la sencillez y sinceridad del pregón de José Miguel García Asencio
Retomo esta crónica cuaresmal y semanasantera hablando del Martes Santo. En este día salió a la calle la Hermandad de Pasión, residente en la Parroquia de Nuestro Padre Jesús de la Pasión -titular de la cofradía junto con la Virgen del Amparo- en la barriada de Las Portadas. Hizo una buena Estación de Penitencia. Quiero citar que una destacada vecina de nuestro pueblo, Pepa Calderón Pérez, natural de Osuna y que suele pasar la Semana Santa en su pueblo, se quedó este año el Martes Santo y vio nuestra cofradía quedando encantada con su pompa y su seriedad, lo que como hermano de la Corporación me satisface. Las bandas que acompañaron a la cofradía fueron la de Cornetas y Tambores de San Juan Evangelista y la Banda de Música de Santa Ana.
A mí me encanta de esta cofradía –que es la mía, como he dicho, junto con Vera-Cruz- que pasa por el mirador de la casa de don Manuel Andrés Traver, en la calle del Pinar –Manuel de Falla- esquina con Romera. También deja en lontananza el mirador de la Hacienda del Lanero en la Plaza del Emigrante. Por otra parte, a mí me agrada mucho por los barrios de su feligresía, sobre todo Las Portadas, una auténtica Ciudad Jardín como las Infantas. Pero, en general, tiene un recorrido interesante, destacando quizá más que el paso por el centro el paso por la collación de Nuestra Señora del Rocío.
Y viene el Miércoles Santo y con él quizá la que sea una de nuestras hermandades más populares, la Oración en el Huerto. Este año el Cristo iba adelantado en el paso con el ángel más para atrás. Jesús vestía su bordada túnica morada, color que mandaba el concilio de Trento que llevaran las imágenes. La Virgen iba bellísima, estrenando el nuevo techo de palio procedente, como las bambalinas, de la hermandad de la Soledad de Olivares. Ha sido todo un acierto comprar este bello y fino palio, diseñado por José Manuel Elena y bordada por Esperanza Elena Caro en 1986. Cuenta con un medallón central que presenta grecas formadas por hojas de acanto, jarras, roleos y diferentes motivos florales.
La confraternidad celebra este año los 75 años de la hechura del Señor. Para mí su Estación fue ejemplar. Yo la vi por las últimas calles –Rivas, Lope de Vega y Aníbal González- e iba preciosa. Me llamó mucho la atención el orden de la cofradía. La entrada, como siempre, fue multitudinaria. Yo la considero uno de los momentos claves de la Semana Santa nazarena. Tocaron la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Estrella en el paso del Señor y la Banda de Música de Alcalá de Guadaíra en la Virgen.
Y adviene así el Jueves Santo y sus dos cofradías. La primera es la Cena, Hermandad voluntariosa donde las hay y que se ha sabido levantar del marasmo. Sus tres pasos: la Cena, Jesús Humillado y la Virgen del Amparo y Esperanza se lucieron, sobre todo, en los barrios que forman la Parroquia de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando, lo que no quiere decir que no fuera bonita por las calles más céntricas. Tocaron la Banda de Cornetas y Tambores de Jesús en su Presentación al Pueblo en el Misterio de la Sagrada Cena, el trío de capilla Laudare Dominum en el paso de Jesús Humillado y la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas en el palio. La Virgen, estupendamente vestida por su vestidor Felipe Arellar Morillas, se tocaba con saya de recortes, toca que estrenó el año pasado y precioso tocado de encajes. Llevaba un ancla, unos roba novios, pendientes en el tocado, y un corazón alado símbolo del Amparo.
Y quiero intercalar aquí la celebración de los oficios, solemnísimos en todos los templos. Yo el Jueves Santo asistí a la Misa In coena Domini en la Parroquia de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando, sede de esta cofradía y de la Agrupación Parroquial de la Misericordia. A destacar la predicación del cura párroco don Manuel Chaparro Vera y el dúo que canto la música, con cantos modernos pero muy apropiados y bellos.
Y ese mismo día, salía Vera-Cruz, la decana de las cofradías nazarenas. Es una Corporación –la mía- que no le falta un detalle. El Cristo adornaba su paso con iris morado y estatis y la Virgen con clavel blanco y flor de cera. Tocó la Asociación Musical Utrerana en el paso de palio. La Virgen vestía un tocado de gasa beige con bordados en oro. La vistió su experto vestidor Francisco Camero.
Es una cofradía que, por sus mismas características, se luce en todo su recorrido. Yo prefiero su paso por las calles de su barrio, el de San Sebastián, castizo donde los haya en Dos Hermanas. Iba de preste tras la Reina don Francisco José López Martínez, párroco del Divino Salvador y administrador del Ave María y San Luis, parroquia a la que pertenece la Capilla de San Sebastián, sede de la hermandad. Los acólitos que lo acompañaban vestían nuevas dalmáticas de damasco morado. De nuevo Vera-Cruz dio un ejemplo de sobriedad y esplendor.
Y llegó el Viernes Santo de Madrugada y, con él, otra destacada Hermandad, la del Gran Poder. Este año nuestra cofradía de Silencio estrenó para el Señor potencias de oro realizadas en el taller de Hermanos Delgado López, dos pértigas para el cuerpo de acólitos realizadas en el mismo taller de orfebrería y dos paños de bocinas bordados en oro, ejecutados en el taller de Josefa Maya González. El paso de Cristo llevaba clavel rojo y el de Virgen clavel blanco, una ornamentación sencilla para la que se ha visto en otras cofradías nazarenas. Vistió a la Virgen Leandro González Ruiz.
Mi opinión sobre esta cofradía es que hace una Estación impresionante por la seriedad y devoción de sus hermanos, las promesas de detrás del Cristo y el pueblo nazareno en su generalidad.
Y el Viernes por la tarde fueron los oficios de la Pasión del Señor. Yo asistí –como casi siempre suelo hacer en todos ellos- a los de la Parroquia Mayor de Santa María Magdalena. Si suelen ser solemnes en todos los templos en nuestra Parroquia Mayor lo suelen ser más en parte por lo artístico del templo y, en parte, por la devoción que muestran los fieles. A destacar el coro. Precioso fue todo destacando quizá la adoración de la Cruz.
Ese día sale una cofradía rabiosamente popular, la Amargura, que estrenaba su título de Sacramental. Para mí es una cofradía perfecta por lo rico de su cortejo, el lujo de los pasos, las representaciones simbólicas –Verónica, Fe, Esperanza y Caridad- y la belleza incuestionable de Nuestra Madre y Señora de la Amargura y Jesús Descendido. Además, es una cofradía que mueve multitudes. Yo, aunque por el centro va muy bonita, la prefiero en sus barrios. Yo la vi casi recogerse y me pareció una hermandad ejemplar y que se disfrutaba con su procesión. La Virgen estaba excelentemente vestida por sus camareras María Dolores Díaz Martín y Concepción Garzón García, con estilo muy peculiar que recuerda al de la Virgen de Piedad de la Mortaja de Sevilla, cambiado este año. De flores llevaba clavel sangre de toro, muy peculiar de esta cofradía. Tocó la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Estrella.
Y llegó el Sábado Santo y con él la Cofradía del Santo Entierro y Soledad. Este año me encuentro muy satisfecho con la cofradía por el gran paso que ha dado sacando el Resucitado. Su Estación del Sábado Santo fue ejemplar. Es una cofradía que se caracteriza por su pompa fúnebre o por las representaciones simbólicas: Tres María, Verónica, Fe, Esperanza y Caridad. El Cristo llevaba de flores iris morado y la Virgen clavel blanco en ramos troncocónicos. Vistió a la Señora del Sábado Santo el afamado vestidor sevillano Manuel Vargas de la Cruz. El Señor llevó música de capilla y la Virgen la Banda del Maestro Tejera.
Después de recogerse la cofradía se celebró la Vigilia Pascual en la Parroquia Mayor aunque también, como es lógico, se hizo en otros templos de la ciudad.
Y el Domingo salió el Resucitado. Santa María Magdalena en la misa de Pascua estaba de bote en bote. La misa fue solemnísima. Y después salió el pequeño pero bello Resucitado en uno de los momentos más emocionantes de la pasada Semana Santa. A mí me gustaría que sacaran también la Virgen vestida de gloria como se hacía de antiguo pero no está el horno para bollos. El Cristo llevaba clavel blanco y lo acompañaba la Banda Juvenil de Santa Ana. Ya acabada la Semana Santa el Lunes de Pascua volvieron desde su casa de hermandad las imágenes de la Oración en el Huerto y Nuestra Señora de los Dolores.
Y para acabar diré algunas palabras del pregón de José Miguel García Asencio, ex hermano mayor del Gran Poder. Dijo el pregón que yo esperaba. Fue un pregón sencillo, como él mismo, sin alambiques ningunos. Fue muy bello en el que como anclajes se hacían referencias a las imágenes de nuestra cofradía. Además, y esto es notable, fue un pregón muy nazareno que abogaba por no abandonar la Semana Santa nazarena por la gran Semana Santa de Sevilla. Pues bien, así acabo esta crónica que espero sinceramente haya sido del agrado de mis sufridos lectores, felicitándolos además por la Pascua de Resurrección. Vale.