Fue muy lucida y bonita la procesión de la Virgen del Carmen de la Agrupación del Prendimiento
Sabemos de más que son muchísimas las festividades religiosas que se celebran en Dos Hermanas. Entre ellas algunas como la romería del Valme, la procesión patronal de Santa Ana, las procesiones eucarísticas y, por supuesto, la Semana Santa tienen un especial arraigo. Por ello, creemos vernos en la obligación de dejar referencia del desarrollo de ellas para que quede constancia en las hemerotecas y colecciones particulares, que sirvan para que las generaciones venideras sepan de qué manera celebraban los nazarenos sus fiestas.
Por ello, hoy comenzamos con la crónica cuaresmal. Y tenemos que hacer una consideración al respecto. De siempre, la Cuaresma ha sido conmemoradísima en la ciudad con la celebración de los numerosos cultos de las cofradías o el rezo del víacrucis –que se hacía todavía en tiempos del curato de don José Ruiz Mantero en los años cincuenta a las desaparecidas Cruces del Calvario, las cuales estaría muy bien que se recuperasen colocando, si es posible, las viejas estaciones y el viejo calvario. Hemos estudiado las viejas cuaresmas de varias cofradías y, por ejemplo, en Vera-Cruz en tiempos de Antonio León Cruz, hermano mayor de 1951 a 1963 y que llevó al empíreo a la vieja cofradía de San Sebastián, los cultos se celebraban con gran esplendor de lo que el citado hermano mayor se felicitaba todos los años. Pero no sólo es lo que refleja la documentación, también los recuerdos de la infancia nos hacen traer a nuestra mente los concurridísimos cultos no sólo de Vera-Cruz sino también los de las demás hermandades. Nos acordamos que, entonces como hoy, íbamos a todos los que podíamos. Singularmente, no sabemos en realidad la razón, recordamos los del Gran Poder. Hoy se llenan de fieles, siendo la función una auténtica manifestación de la más acendrada piedad. En nuestra infancia en los años sesenta o setenta eran iguales. Lo mismo pasaba, como decimos, en las demás hermandades.
Ahora bien, los actos de culto han crecido en número. Antes existían siete hermandades. Después se fundaron Pasión, Amor y Sacrificio y la Cena. Hoy existen además en Dos Hermanas cuatro agrupaciones que procesionan con la aprobación de la Iglesia –para la alegría del que esto escribe enemigo acérrimo de las procesiones ilegales- y que son el Prendimiento, Misericordia, Tres Caídas y Humildad de Montequinto. Todo ello ha hecho que se celebren muchos más cultos en la ciudad. Además se celebran muchísimos víacrucis: el oficial del Consejo del primer sábado de Cuaresma – este año presidido por esa imagen tan carismática y devota que es el Cristo del Abandono de Santa María Magdalena-, el de Jesús de las Tres Caídas, el de Jesús de la Presentación, el de Jesús de Pasión, el del Cristo de la Vera-Cruz, el de Jesús Humillado, el de Jesús Descendido y la Virgen de la Amargura, el del Cristo de la Entrega de la Parroquia de Nuestra Señora de Valme y Beato Marcelo Spínola de La Motilla y el del Cristo de la Esperanza de la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles y San José de Calasanz de Montequinto. Este año Presentación salió el primer lunes de Cuaresma, Tres Caídas y Jesús Humillado salieron el segundo sábado de Cuaresma, el cuarto viernes salió la Amargura con Jesús Descendido pero, en cambio, el quinto viernes por la inestabilidad meteorológica no pudo salir Jesús de Pasión rezándose el víacrucis por el interior del templo colocando las cruces como estaciones. Poco a poco, se consolidan estos víacrucis, de los que quiero destacar la belleza que les da su condición de ciudad jardín el barrio de Las Portadas al de Jesús de la Pasión. A su vez, nos gustaría citar que una cofradía letífica, como Valme, también celebra un original víacrucis por el recinto de la ermita de Cuarto el segundo domingo de Cuaresma y otra cofradía, también de gloria, como Santa Ana, otro desde Santa María Magdalena hasta la capilla patronal el cuarto sábado.
Pero no sólo salen imágenes para el rezo de este devoto ejercicio. El Gran Poder, hermandad tan popular y que venera a una devotísima imagen, tiene instituido un traslado el cuarto lunes de Cuaresma desde su capilla a Santa María Magdalena para celebrar en la iglesia mayor su quinario y función principal del cuarto domingo y, esa misma noche, retorna a su templo. Este año, como todos, estuvieron concurridísimos. El Señor llevaba una bella túnica bordada. Como siempre fueron actos claves de la Cuaresma nazarena.
Otro traslado de gran belleza es el de Jesús Orando en el Huerto al Altar de Cultos el quinto miércoles de Cuaresma. En él se leen unas originales meditaciones. Recomendamos mucho a los nazarenos acudir a este piadoso acto.
Por otra parte, otro traslado como el tan tradicional de María Santísima del Amor y Sacrificio al Hospital de El Tomillar en el domingo de Pasión fue suspendido por la inestabilidad meteorológica. Sí, en cambio, con gran solemnidad y mucho público, en esa tarde las imágenes de Jesús Orando en el Huerto y Nuestra Madre y Señora de los Dolores fueron trasladadas a su Casa de Hermandad de la calle Aníbal González para hacer estación de penitencia.
Y también se han celebrado numerosos besamanos y besapiés. Reconocemos que hemos visto la mayoría pero no es imposible hablar de todos. Los hubo muy sencillos y devotos como el de la Virgen del Carmen del Prendimiento en la Parroquia del Ave María y San Luis o el tan bonitos como el de la Borriquita, Jesús Orando en el Huerto o tan elegantes como el de Jesús Yacente o el del Gran Poder. En todos solía haber profusión de cera y flores.
Pero, sobre todo, lo que destacaron fueron los altares de culto que es donde las cofradías echan el resto. El de la Borriquita era, como siempre, majestuoso. Este año la novedad radicaba en que no flanqueaban al Señor las imágenes de la Virgen y San Juan Evangelista sino que solamente aparecía la primera a los pies. También, eran destacables los demás: los de las agrupaciones 8 el del Cautivo, Presentación, Pasión – muy vistoso y con muchísima cera-, Oración en el Huerto – con cera blanca y muy bonito con flores moradas-, la gran máquina que montó Gran Poder con abundantísima cera morada, el de la Amargura y la también las dos grandes máquinas con abundantísima cera que montó el Santo Entierro tanto en los cultos de su Virgen y su función principal que se celebra por la Candelaria como en los cuaresmales cultos de su Cristo. Pero este año la otra novedad, aparte de la Borriquita, fue el altar de culto de Vera-Cruz concebido como un Calvario donde se encontraban los instrumentos de la Pasión y rodeado de poca cera y de dos faroles del paso de Cristo. Creemos, sinceramente, que el experimento no ha salido mal y se ha tratado de un altar sencillo pero bonito.
Por otra parte, la oratoria sagrada ha brillado en los cultos de las cofradías en que numerosos y muy distintos predicadores – unos que sirven en el pueblo y otros provenientes de parroquias y conventos de Sevilla u otros lugares de la archidiócesis- han reflexionado sobre los misterios de la Pasión y Muerte de Nuestro Salvador. Han sido tantos y tan diversos que no vemos conveniente citar a ninguno. Sus nombres pueden consultarse en este mismo periódico. Sólo diremos que la predicación es una parte muy fundamental de la Cuaresma pues, la reflexión a la que nos lleva, nos hace vivir con más intensidad este tiempo santo.
También, nos gustaría anotar que se han celebrado numerosas conferencias ya sea las organizadas por Vera-Cruz por sus 475 años o la del Rocío, pronunciada por el secretario de la Hermandad Matriz de Almonte el estudioso de temas rocieros Santiago Padilla Díaz de la Serna, y titulada ‘Rocío, reina de la Paz’ en conmemoración de los cien años de la coronación de la Reina de las Marismas, o el acto ‘A la voz del capataz’, organizado por La Cena y celebrado el martes 12 de marzo con la presencia de los Ariza (Rafael, Pedro, José y Javier), Ricardo Manuel López Ruiz ‘Ricardo Almansa’, Juan Manuel López Díaz ‘Juanmma Cantero’ y José Mije González ‘Pepe Mije’.
Igualmente, debemos decir que el quinto sábado fue el traslado de Jesús del Gran Poder al paso y el Domingo de Pasión el traslado al mismo de Jesús Cautivo.
Y el antedicho sábado salió la primera procesión, la de María Santísima del Carmen de la Agrupación Parroquial del Prendimiento. Previamente el jueves fue trasladada la Virgen desde la Parroquia del Ave María y San Luis hasta San Sebastián. De allí salió a las 8.15, una hora y cuarto más tarde de lo que tenía previsto pues esperó debido a que llovía antes. Y fue una procesión muy lucida y bonita y además la acompañaron los nazarenos. La Virgen, como sabemos, es obra en estilo hiperrealista de la escultora gaditana Ana Rey Martínez del año 2013 aunque fue bendecida en 2015. Llama mucho la atención por su sereno dramatismo, siendo, indudablemente una dolorosa muy original dentro del panorama nazareno. La imagen llevaba una bella saya bordada blanca. La acompañan ángeles pasionarios de Jesús Méndez Lastrucci. La decoración floral estaba formada por margaritas, rosas y liliums blancos con follaje verde.
En el cortejo destacaba la representación de la hermandad anfitriona y una numerosa representación de la Marina dada la sabida vinculación de la Virgen del Carmen con el mundo de la Mar. Acompañaba a la procesión la Banda de Música Santa Ana. Fue, desde luego, un bonito preludio de la Semana Santa nazarena que llegó desde el popular barrio de San Sebastián al centro de la ciudad.
Y, dejamos, pues esta crónica que continuaremos la semana que viene con la crónica del lucido pregón de Ana López Jurado y nuestras primeras procesiones.