Ha destacado el esplendor de los cultos que han contado con la asistencia de muchos cofrades
Empiezo hoy mi crónica de la Cuaresma y la Semana Santa, en la que intentaré reflejar siquiera brevemente lo acontecido en Dos Hermanas en este tiempo santo. En primer lugar, tengo que decir que las cofradías y agrupaciones han celebrado con gran esplendor estos días en los que muchos cofrades nazarenos se han acercado a los triduos, quinarios, besamanos y besapiés de las imágenes de su devoción.
Y antes de la Cuaresma alrededor de la Candelaria celebra su triduo y función principal a la Virgen la cofradía del Santo Entierro que montó un espectacular altar donde relucía la Virgen de la Soledad. Destaca por ser una gran máquina. También el domingo antes es el besamanos a la Virgen que aparecía vestida muy clásica y adornada como es costumbre últimamente rescatando lo que antes era normal con una media luna. Sin embargo, el altar cuaresmal de la misma cofradía de los cultos al Cristo resulta diferente posiblemente por venerarse sólo la imagen del Cristo en un catafalco. Quizá estaría mejor el conjunto coronado por la figura de la Virgen.
En cuanto a los demás altares de Santa María Magdalena, destacaba el de la Borriquita con las imágenes de Jesús montado en la pollina, la Virgen de la Estrella y San Juan, justamente como se hacía antes en Dos Hermanas, con todas las imágenes. Es repetir lo mismo de todos los años decir que es una gran máquina o estructura que llena el gran presbiterio de Santa María Magdalena.
El del Gran Poder tenía la cera quizá algo baja pero era bello y esbelto y se alejaba del experimento del año pasado que tan malos resultados le dio a la cofradía de la Madrugada.
En cuanto al de la Oración en el Huerto, era otro gran aparato con la cera blanca perfectamente puesta. Para mi gusto ha sido el más destacado y con mucho de los cinco que se montaron en Santa María Magdalena.
En cuanto a los demás destacadísimo el de Vera-Cruz que te impactaba nada más entrar en San Sebastián y contemplarlo por primera vez. Aparte de lo impresionante que por si es la imagen, el altar destacaba por su mucha cera y por lo bien colocado que estaba todo. Yo desde luego colocaría algún año la imagen de la Virgen porque, como es sabido, no soy partidario de la interpretación estricta de que se dedican los cultos a un titular y el otro, por tanto, no se pone. Es, al contrario que otros aspectos, cuestión de gustos y los altares de toda la vida en Dos Hermanas –y en Sevilla por cierto aunque yo me fijo en Sevilla nada más en lo bueno y fundamental y no en lo accesorio- aparecían con todos los titulares.
Muy bello también el altar de la Amargura con cera tiniebla y la Virgen –que ha estrenado bella media luna- vestida de morado, color que le favorecía grandemente. Sencillo pero llamativo el altar de Presentación con candelabros, muy grande y bello el de Pasión, etc. Yo alguno, el que menos, como el de Cautivo no lo pude ver lo que siento pero por ello no voy a referirme a él.
En cuanto a los besamanos y besapiés destacó el de Vera-Cruz del Viernes de Dolores con variada pero seria decoración floral, el abigarrado por la cera de Oración en el Huerto, el besamanos de los Dolores de la misma cofradía en el que se echaba de menos una saya bordada y un manto bordado para la Virgen que lo pide como el comer y más porque seguramente la Virgen –máxime siendo una advocación de tanta importancia- tuvo que tenerlo. Normalmente besamanos y besapiés son de una gran belleza en Dos Hermanas como corresponde a una gran ciudad donde se saben hacer las cosas bien.
En cuanto a los cultos, lejos de mi hacer de estas páginas una crónica social de oratoria sagrada, pero lo que sí es verdad es que las iglesias se llenaron. Yo no fui a los cultos de todas pero sí por ejemplo a los de la Soledad, donde predicó muy bien en esta su cofradía don Miguel Adolfo Vázquez Lombo, aunque a veces habló con dureza porque él no es nada de condescendiente con lo que está mal y si es menester reprende lo que tiene que reprender, como por otra parte creo que debe de ser porque entre, para las muchas cosas que están los sacerdotes, también están para reñir y más a nosotros los cofrades que somos muchísimos y cada uno de nuestro padre y nuestra madre; a los de Vera-Cruz donde predicó el párroco de San Juan y administrador parroquial de San Sebastián de Marchena don José Tomás Montes Álvarez que encandiló a la hermandad con su fluidísima oratoria y lo profundo de su mensaje, a los de Gran Poder donde predicó el párroco de Santa Cruz de Sevilla y gran predicador de toda la vida de la cofradía don Eduardo Martín Clemens que hizo referencia –lo que me impactó- a como el fallecido padre Carrillo, redentorista, decía que los cultos del Gran Poder eran como unos ejercicios espirituales por la afluencia y devoción de los fieles –lo cual es cierto en líneas generales-, los de la Oración en el Huerto con el párroco de San Vicente de Sevilla y delegado diocesano de hermandades y cofradías don Marcelino Manzano Vilches que hizo gala de un estilo sencillo y asequible eminentemente catequético. Y eso por sólo nombrar los que hoy que vinieron muchos otros a todas y cada una de las hermandades. Yo, desde luego, disfruto mucho con las predicaciones, para mi lo más importante de los cultos, mucho más que los altares y la mera estética, y creo que para muchos nos sirven como ejercicios espirituales en la Santa Cuaresma.
Y después también que habría que hablar de los solemnes traslados como el de la Oración en el Huerto al altar de cultos, acto peculiar y solemnísimo con una también peculiar meditación, cada vez más concurrido o de viacrucis como el de Tres Caídas –que queda todavía por pulir bastante-, el de Jesús Humillado, el de Presentación al Pueblo, siempre impresionante, el de Pasión, maravilloso en esa Ciudad Jardín que es Las Portadas siendo quizá uno de los mejores actos de la Cuaresma nazarena, el del Cristo de la Esperanza, el más típico que es el de Vera-Cruz por el viejo barrio de San Sebastián, los traslados del Gran Poder, siempre tan concurridos, etc.
Y llegan las procesiones. La primera que no creo que sea una tradición como dicen otros medios de comunicación porque sólo tiene dos años y en dos años ha salido en dos días, la de la Virgen del Carmen que iba bellísima aunque no vestida de Virgen del Carmen, en un gracioso paso y como si fuera una procesión de Semana Santa. Esperemos que pronto la Agrupación se convierta en hermandad y pase a Semana Santa. La procesión recorrió el viejo San Sebastián saliendo de la Capilla del Santo a la que había sido trasladada la imagen previamente.
En segundo lugar, la procesión de Tres Caídas del Sábado de Pasión estrenando la bella imagen del Cirineo de Lourdes Hernández, muy bonita y realista aunque de un estilo totalmente distinto al Cristo. Demuestra la escultora su pericia que ya demostró al restaurar a la Virgen de la Paz. La hermandad salió de la Parroquia de Nuestra Señora de la Oliva recorriendo los barrios de esta feligresía y de la de San José. La salida estuvo muy bonita y concurrida al igual que el recorrido. Esperemos ver pronto a esta cofradía el Miércoles Santo.
Por último, decir que de la Policía Local de Montequinto salió la Virgen del Pilar en su Mayor Dolor de la Agrupación de Humillación. Fue con mucho la más sencilla de las Vísperas Nazarenas. Iba en un sencillo pasito, ataviada sencillamente y acompañada de su agrupación que, sin embargo, sí crece como grande es el barrio de Montequinto, puede convertirse en una gran cofradía nazarena.
En fin, continuaré el próximo día. Sólo me resta decir, que, eso sí, quedan vicios de conjunto como por ejemplo la aparición de Cristos con las túnicas blancas cuando deben ser moradas porque ello sí que es una cosa que no depende del gusto de los priostes, como sucede normalmente, sino de unas normas que se adaptan a lo regulado por la Iglesia y por las Sagradas Escrituras. Pero, en fin, he prometido ser este año condescendiente y no cargar muchos las tintas. Espero lograrlo.