Como siempre esta fiesta del Corpus resultó esplendorosa en nuestra querida ciudad
La festividad del Corpus Christi se vive con gran fuerza y esplendor en todo el orbe católico pero me centraré sólo en la archidiócesis de Sevilla, donde destacan poblaciones como Marchena, Carmona, Alcalá de Guadaíra, Utrera, Olivares, Sanlúcar la Mayor, El Saucejo, Carrión de los Céspedes, La Puebla del Río… No suelo hablar de oídas. De hecho las anteriores procesiones del Corpus nombradas ut supra las he vivido y, normalmente, más de una vez. Pero, ahondaré más, no es el objeto de este artículo fijarme en los Corpus de nuestro arzobispado, sino tan sólo en los de dos ciudades donde adquieren un esplendor inusitado en Sevilla, capital de su reino y archidiócesis y en Dos Hermanas, ciudad eucarística por excelencia, como Sevilla, ni más ni menos y, si me apuran, más que menos. En efecto, asombra y maravilla la cantidad de procesiones eucarísticas que salen a la calle en las vísperas, día de la festividad y octava en ambas ciudades. Y eso sin contar las pocas procesiones que subsisten para el cumplimiento pascual de enfermos e impedidos en ambas ciudades. Merece, desde luego, un análisis antropológico y sociológico muchísimo más profundo que el que puede encerrar este sencillo artículo.
Se nota, en primer lugar un espíritu de devoción hacia Jesús Sacramentado que lleva a ensalzarlo públicamente con procesiones en todas las parroquias lo que, prácticamente se alcanza en Dos Hermanas. Desde ese punto de vista, la proporción, Dos Hermanas se presenta como una ciudad incluso más eucarística que Sevilla. En Sevilla muchísimas parroquias echan a la calle su procesión, lo que, lógicamente lleva a numerosos problemas de logística. No quiero ni pensar lo que se organizaría si todas las parroquias sevillanas procesionarán al Señor. Sería virtualmente imposible.
Pero el procesionar a Jesús puede traer problemas de difícil solución. Puede ser uno que no acuda el público suficiente a tan numerosísimas procesiones con lo cual se perdería el fin que tiene el culto público, en este caso el acercar el Señor a los fieles.
Por otro lado, aunque no niego que sacar al Señor bajo palio sea digno de la Majestad de tal Rey parece apabullante la proliferación de sencillas procesiones. La verdad es que parece que son demasiadas. Y es muy difícil establecer el freno tanto para las sencillas procesiones bajo palio como para las esplendorosas cargadas de pasos. No es posible establecer cuál tiene derecho y cuál no. Lo mismo, desde luego, es en Sevilla la procesión de la Parroquia del Buen Pastor y San Juan de la Cruz de Padre Pío que la de la Parroquia de Santa María Magdalena. No me vale la mayor prosapia de la segunda. Está claro.
Yo, de todas formas, y voy a hablar de una manera muy personal, que me crié en Santa María Magdalena, en un ambiente ya cristocéntrico – y muy fijado sobre todo en el Sagrario- y muy mariocéntrico -muy fijado sobre todo en María sobre todo en sus advocaciones de Valme y Rocío- siempre he mirado con buenos ojos el aumento del culto eucarístico. Por eso, no tengo más remedio que ver con delectación que nos encontremos con una época de esplendor de la Hermandad Sacramental de Santa María Magdalena.
Pero tras estos prolegómenos, iré ya a analizar como han sucedido los acontecimientos en este año.
Por lo pronto, el día 22 salió la procesión de la Parroquia de Nuestra Señora de la Oliva. Tengo que decir, en primer lugar, como he dicho muchas veces, que para mí, lo verdaderamente importante en la vida de la Iglesia, es la persecución de los cristianos en muchos países, la presencia de muchos pobres entre nosotros, los escándalos que mancillan el Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia y tantos y tantos problemas que perturban la Barca de Pedro. Lo demás es secundario. Pero, dado que tengo que hablar sobre lo que acontece en las procesiones, sufro bastante, pero bastante por no decir mucho, cuando veo que en algo se da marcha atrás. Y la procesión del Corpus de esta querida parroquia ha decaído mucho pasando de ser una procesión con pasos -¡cuánto he recordado este año a Santa Ana!- a ir el Santísimo bajo palio. Acompañó, menos mal, la banda de las Tres Caídas. Espero que se solucionen los problemas que afectan a la vida parroquial y espero, como según sus declaraciones desea el párroco don Diego Román, que el año próximo todo esté arreglado.
Otro Corpus Christi que también salió bajo palio en la víspera de la fiesta y que en años anteriores también salía con pasos – sacaba al Señor y al Niño Jesús e incluso un año, que ha pasado a los anales por lo esplendoroso que resultó ya que el pueblo se volcó, sacó a la Virgen del Rocío- fue el de la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío, cuya sacramental es la hermandad del Cautivo y cuyo párroco es don Carlos Carrasco Schlatter. Recuerdo muy bien el esplendor y la luminosidad que poseía esta bellísima procesión de esta populosa feligresía de nuestro pueblo que, sin duda, se distingue por el culto que da a las imágenes que en ella se custodian sean Jesús Cautivo, la Virgen de la Esperanza, la Virgen del Rocío o San Francisco Javier.
Pero este día también salió bajo palio el Santísimo Sacramento de la Parroquia de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, cuya sacramental en la hermandad de Pasión y cuyo párroco es don Ignacio García González.
Mas ya llegó el 23 de junio, día de la festividad del Corpus. Fue un día lucidísimo. Llamó la atención el gran número de fieles que la contempló pero más llamó la atención el gran número que formaba el cortejo.
Acompañaban a Jesús Sacramentado cuatro pasos. El primero era el del mártir terciario capuchino Beato Bienvenido de Dos Hermanas que se adornaba con clavel rojo y al que acompañaba la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme. Seguía el de San Fernando que no salía desde el año 1959. Lo sacaba la hermandad de Valme, que ha acertado dando este paso que tenía algún día que dar, y se adornaba con rosas rojas. A continuación, venía la Divina Pastora de las Almas, con flores de diferentes colores en el monte y en la cenefa, entre ellas liliums. Con la Señora desfilaba la Banda de Presentación al Pueblo. Luego desfilaba el Niño Jesús adornado con liliums blancos y, por último, venía Jesús Sacramentado con el paso adornado con clavel blanco y un ramo con rosas blancas. Al Santísimo lo acompañaba la Banda de Santa Ana.
Daban escolta al Señor y a las imágenes las Hermandades, el Apostolado de la Oración, la Asociación de la Medalla Milagrosa, la Adoración Nocturna, la Cofradía del Santo Rosario de la Orden Santo Domingo, las Agrupaciones Parroquiales, una representación del Cuerpo de Ingenieros – que desfiló con San Fernando-, etc. A destacar la representación de la ciudad formada por concejales de variado espectro político.
Muchos altares fueron colocados en el recorrido. En la calle Santa María Magdalena en su esquina con Melliza colocó uno la Borriquita presidido por una Custodia. En la misma vía colocó otro el Gran Poder con su bello simpecado morado. En la Plazoleta se veía uno muy grande con varias credencias en el que se veneraba al hermoso y muy devoto San Francisco de Asís barroco de Vera-Cruz. Ya en la calle Aníbal González se veía el superostentoso tanto en flores como en adornos de la hermandad de la Oración en el Huerto presidido por una custodia, para mi gusto uno de los más bellos. Ya en la calle Botica se encontraba nada más y nada menos que un altar que formaba el misterio de la Cena. Se ha colocado este año con motivo del XXV aniversario del misterio. Puede decirse que el misterio se veía impactante y llenaba mucho la mañana del Corpus. Me llamó mucho la atención la decoración floral con girasoles entre flores de diverso tipo. Tras la recogida volvió a su parroquia acompañada por la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme.
En la calle Real se vieron por su parte cuatro altares. Muy clásico y pintoresco era el de la Obra de la Iglesia con un tapiz de tema eucarístico y decoración de flores y planta. Muy bella fue la lluvia de pétalos que cayó al paso del Señor desde la sede de esta familia religiosa netamente nazarena.
En otro altar se colocó un simpecado con una pintura de la Virgen del Rocío, colocado por la hermandad de este título. En la casa de hermandad del Santo Entierro se colocó la Virgen de las Virtudes, una de las más valiosas preseas de Santa María Magdalena. Se tocaba con la corona de la Virgen del Rosario del Colegio de Dominicas del Santísimo Sacramento de Santa Ana y llevaba su bellísima media luna propia. La imagen pide como el comer tener un juego de coronas, media luna, cetro y rosas de plata que sustituya a los expoliados. Por último, en la casa hermandad de Santa Ana se colocó el San José de la Capilla patronal.
Pero debemos acabar. En la siguiente semana seguiremos hablando de los Corpus nazarenos.