La Hermandad del Rocío entró en Dos Hermanas en loor de multitud
En primer lugar, y porque no quiero que se me olvide como en la primera parte de este trabajo, tengo que decir que el hermano mayor de Dos Hermanas que ayudó mucho a los almonteños en la construcción de la nueva ermita era don José Muñiz Orellana, mítico hermano mayor de Dos Hermanas y destacado político. Así lo corroboran, como ya he dicho, el actual presidente de la hermandad matriz Santiago Padilla Díaz de la Serna y el que fue presidente durante las obras Antonio Millán Pérez, que habla mucho de don José Muñiz en su bello libro ‘Memorias de la construcción del nuevo santuario del Rocío 1963-1969’.
Y sé que es un tema polémico pero del que hay que hablar pues ha sido el determinante de la procesión de la Virgen y me referiré a la rotura del banco que propició que la Virgen fuera recogida. ¿Qué pasa? Hay muchas versiones, un almonteño muy destacado, cuyo nombre voy a celar, me dijo que antes iban en la procesión 20 hombres mayores dominando todo lo que pasaba y guiando a los jóvenes y que esa generación de hombres de la Virgen ha muerto y los jóvenes, los que se meten más debajo de la Virgen, no tienen hoy guía ninguna. Me parece una explicación muy plausible. Por otra parte, un aspecto que resaltan los jóvenes almonteños, entre lo que tengo muchos amigos, entre ellos algunos antiguos alumnos, es que el público presiona a los hombres y no los deja trabajar. Es cierto. En cuanto a las andas las nuevas, hay que decir que han sido estrenadas este año en la procesión por el pueblo -donde ya una rotura produjo varios heridos- y vueltas a sacar con un arreglo de urgencia en Pentecostés, concretamente una soldadura que fue la que se rompió. Le han quitado trescientos kilos pero, evidentemente, sigue siendo muy pesada.
Algo hay que hacer. La hermandad matriz convoca reuniones para discutir con los almonteños la dinámica de la procesión. Pues está visto que debería reunirlos más.
En fin, dejo el tema. Como dice Santiago Padilla Díaz de la Serna, no hay que buscar culpables. Yo creo lo mismo. Un cúmulo de circunstancias propició la fatal caída de las andas de la Virgen. Yo no creo que sean los responsables los almonteños. Existen otros factores. Ahora bien la hermandad matriz tiene todo un año para solucionar el asunto. Ya son dos años de rotura, la del varal del 2011 y la de este año de 2022 del banco. Yo he vivido tantos Rocíos que no me extraña nada pero hay que luchar por hacer todo lo manifiestamente mejorable.
Aparte de esta reflexión no quiero dejar de decir cómo iba la Virgen, norte de este artículo. La Virgen lucía un traje bordado en los talleres de la hermandad matriz en 2015. Se trata de un terno compuesto por saya, corpiño, mangas, sobremangas y traje del niño. El manto, conocido por el de Pentecostés, por representar esa escena, fue realizado en los talleres Santa Bárbara en 2011. Las imágenes de la Señora y el Pastorcito llevaban las coronas de coronación de 2019. Las ráfagas eran las de punta de martillo de 1919. Las flores que llevaba ramilletes de amapolas, jazmines, lavándulas y margaritas. Estrenó un cetro de oro y marfil, enriquecido con perlas, amatistas, esmeraldas, zafiros y rubíes. El cetro y el orbe del Niño eran a juego. Se ejecutó en el taller de orfebrería de los Hermanos Delgado. Las tres ricas piezas fueron regalo de nuestro paisano el cantante Manuel Vázquez Lombo, el cual, como tiene por costumbre en todo lo que se refiere a Rocío, quiso pasar desapercibido y, lo cierto es, que se ha enterado todo el mundo. En fin, Manolo se portó como lo que es un gran rociero que ama con todo corazón a la Patrona de Almonte. Y puedo asegurar que estos gestos, menores o mayores, hacia la Virgen, Almonte y la hermandad matriz los almonteños no los olvidan. Al revés, los agradecen con creces.
También estrenó la Virgen un broche de plata con el nombre de Rocío sobre la media luna, donado por la hermana Luz María Acosta.
Pero llego ya otra vez a la hermandad. La Virgen, el Lunes, desgraciadamente, no pudo pasar por nuestra casa. A las ocho se rezó el rosario en el patio de la casa de hermandad presidido por el simpecado. Al final nuestro hermano mayor, Juan Sánchez Cumplido, presentó al nuevo candidato a hermano mayor que no es otro que el secretario primero mi primo hermano José Antonio Alonso Cardona. Para mí ha sido una gran noticia. Él lo lleva en la sangre pues es hijo del hermano mayor Antonio Alonso Muñoz, nieto del teniente de hermano mayor Antonio Alonso Madueño, sobrino nieto del hermano mayor José Pérez Iborra y sobrino de la camarera del simpecado Josefa Alonso Muñoz, nuestra querida tía Pepita, ejemplo acabado -no desde luego la única- de mujer con poderío en el Rocío. Ella vivía entregada a la hermandad y ésta se lo agradecía. Además, un número incalculable de parientes nuestros, primos más o menos lejanos, también han formado parte de la junta de gobierno. Mi primo es el representante de una vieja familia rociana, los Caro y los Madueño de los que unos son ‘Pelaos’ -como nosotros- y otros no. La historia de nuestra familia, como la de otras muchas, se entreteje con la historia del Rocío.
Y el martes salió la hermandad a las 9 del Rocío, almorzó en Palacio y durmió en el terreno del Camino de la Gloria, donde llegó a las 23 horas. En esta parada, en un terreno que como sabemos es propiedad de la hermandad, se rezó el Rosario.
El miércoles se cruzó el Quema y se sesteó en la bajada de la Cuesta de la Plata. Se durmió en Mulero en el término de La Puebla del Río. Y hay que notar que nuestra hermandad ahijada, la de los Palacios y Villafranca durmió al lado nuestro. Se celebró en esta parada la Santa Misa. Como es lógico, se trata del momento fundamental de cada día de camino, junto al Santo Rosario y el Ángelus.
El jueves se salió a las 7 y se cruzó la barca por Coria del Río a las 10. Se comió en la Corchuela donde se permaneció de 4 a 8. Pero la hermandad se vio obligada a emitir un comunicado que decía: “La Real y Fervorosa Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Dos Hermanas comunica que, debido al cansancio del ganado después de tantos días y a las altas temperaturas ha decidido cambiar el recorrido de entrada en nuestra ciudad y hacerlo directamente desde la Carretera de la Isla hasta la Avenida Cristóbal Colón, Palmarillo, C/ Sta. Mª Magdalena y plaza de la Constitución”. No tiene el texto mucho comentario. Las bestias, tan fundamental en la romería, venían cansadas y la hermandad decidió acortar, en parte por temor a llegar muy tarde. Se perdió así dos momentos muy entrañables, la presentación en la Parroquia de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, sede de la hermandad de este nombre, y la presentación en la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío, sede de la hermandad del Cautivo. Y, ya sabemos el recibimiento tan cálido que se le da en ambos lugares. A mí me asombra cómo los barrios de la feligresía de Nuestra Señora del Rocío se vuelcan con la hermandad y nuestro bendito simpecado. Pero, este año, no ha podido ser. El camino ha sido penoso a la ida y a la vuelta lo que ha provocado retrasos.
Pero, en fin, la hermandad entró de vuelta por el camino de ida en loor de multitud. En la Plazoleta, delante del monumento de nuestra simpar protectora, la Virgen de Valme, esperaba a la hermandad la de Nuestra Señora de Valme que luego se fue a la Parroquia de Santa María Magdalena para esperarla en el Sagrario.
Y el simpecado y la hermandad llegaron a la Parroquia cerca de las 12, con una hora más o menos de retraso lo cual, en paridad, no es mucho dadas las circunstancias.
Y fueron muy bonitos los vivas que se dijeron por el prioste Francisco García Marín, Daniel Vaquero Fornet, el secretario mi primo José Antonio Alonso Cardona, el hermano mayor Juan Sánchez Cumplido -que dijo vivas a la Virgen y a todos los sectores de la hermandad- y el autor de estas líneas. Yo siempre acabo dando un viva al hermano mayor como es vetusta costumbre y como me enseñó mi otra tía, Ana María Alonso Muñoz, esa gran rociana que con mi tía Pepita tanto hizo por la hermandad.
Y antes de acabar quiero referirme a las flores que adornaron el simpecado a lo largo de la romería. A la salida llevaba gladiolos rojos, como dice Daniel Vaquero Fornet le gustaban a mi tía. El año que murió los pusieron y hasta este año no se han vuelto a poner. Para la presentación ante la Virgen en el Rocío, se ornó la carreta con clavellinas amarillas y rosas. Y, por último, para la entrada llevaba girasoles amarillos, eucalipto y estatis morados. Siempre Dos Hermanas ha brillado en el Rocío por el cuidado que se pone en las flores de la carreta. Este año fue un año más en esta tónica.
Y acabo con decir que el viernes a las 9 se dijo la misa de acción de gracias.
Y, para mí, lo que saco en claro de esta romería es que, por un lado, reinaba la alegría tras la pandemia por poder ir por el camino y plantarse a los pies de tan Gran Señora como es la Virgen del Rocío pero, entre las muchas dificultades de camino y sobre todo por el accidente de las andas, ha sido un Rocío desgraciado. Yo lo pasé muy bien disfrutando de la fiesta, tanto en la vertiente religiosa como en la profana, pero la desgracia del banco me amargó la romería. Espero que no pase nada más otro año aunque si la providencia divina ha querido que suceda lo de este año por algo será.