Destacó mucho la procesión de María Santísima del Amparo y Esperanza por ser extraordinaria
Este año se han celebrado numerosas fiestas extraordinarias a las imágenes que tienen y canalizan la devoción de los nazarenos a las que hay que sumar las ordinarias. En este artículo, intentaré hablar de las fiestas de Nuestra Señora del Rosario, el rosario vespertino de Nuestra Señora de la Esperanza, la romería de nuestra simpar protectora Santa María de Valme y de una conmemoración extraordinaria: la procesión de María Santísima del Amparo y Esperanza de la Cena.
Y, cronológicamente hay que empezar por las fiestas a la Virgen del Rosario, titular gloriosa que es de la Antigua Hermandad de María Santisima del Rosario y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Oración de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Madre y Señora de los Dolores. Se trata de una de las grandes devociones históricas de Dos Hermanas que se dirigía hacia la imagen antigua, de gran belleza y empaque, desaparecida en el incendio de la parroquia de 1936. Su antigua cofradía se unió a la Oración en el Huerto el 25 de noviembre de 1975. Da culto a una imagen que se dice que es del siglo XVI o XVII según los informes de Bellas Artes aunque a mí, particularmente, me sigue pareciendo obra del XIX. Como puede verse, cambia, y mucho, la cronología. Fue adquirida en el Convento de Santa María la Real de Sevilla. El Niño es moderno obra de José María Leal Bernáldez, del año 2010.
Pues bien, los festejos empezaron con el Rosario de la Aurora que llevó a la Virgen desde Santa María Magdalena a la casa de hermandad en la calle Aníbal González en la mañana del 24 de septiembre, día de la Virgen de la Merced, pocas horas después de recogerse Santa Ana en su procesión extraordinaria del 23 de septiembre. Se dijo ese día, en la casa de hermandad, solemne función que predicó el dominico del convento sevillano de San Jacinto Padre Javier Rodríguez Sánchez, muy conocido en el mundo cofradiero de Sevilla
Durante los días 27, 28 y 29 tuvo lugar el solemne triduo en la casa que predicó el sacerdote hijo del pueblo don Francisco Vega Durán, adscrito a la Parroquia de Santa María Magdalena.
El sábado 30 de septiembre, esta vez fuera de octubre, fue la bella procesión de la Virgen, uno de los hitos en el calendario de las fiestas letíficas de la ciudad. La Virgen, de enorme empaque y estilo, vestía su valiosa saya beige bordada en seda y manto rojo. Se adornaba con corona, ráfaga y media luna, ésta última prestada por la hermandad de Amor y Sacrificio. Por su parte, la hermandad de Pasión cedió los faroles. El vestidor de la imagen es Leandro González Ruiz, de La Puebla del Río.
Acompañó a la Virgen la Agrupación Musical Santa María Magdalena de Arahal, conocida y reputada banda.
La procesión, que fue muy solemne y vistosa, se recogió en Santa María Magdalena.
Por último el 7 de octubre en la capilla de Ánimas de Santa María Magdalena tuvo lugar el besamanos o veneración. La Virgen se tocaba con su saya beige y su manto rojo e iba con corona pero no con ráfaga ni media luna.
Pero, la gran, sin duda, novedad de este año es la procesión de María Santísima del Amparo y Esperanza de la Hermandad Sacramental de la Sagrada Cena, Jesús Humillado y Nuestra Señora del Amparo y Esperanza, en conmemoración de los veinticinco años de la fundación de la corporación.
Salió por las barriadas de la feligresía de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando, muy especialmente por los barrios de Julio Carrasco y La Pólvora que no recorre en su procesión del Jueves Santo, aunque también por otros como la barriada del Amparo o la de Vera-Cruz.
La Virgen, obra de Miguel Bejarano Moreno, es vestida por el vestidor sevillano Felipe Arellar Morillas. En la calle, se dijo la santa misa en la plaza que toma el nombre de la imagen en la barriada de Julio Carrasco. Presidió y predicó el párroco de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando Manuel Chaparro Vera. A la ida de la Virgen a este recinto y durante la misa, cantó la Escolanía Salesiana de María Auxiliadora y, a la vuelta, la Banda de Música Ciudad de Dos Hermanas.
Es notable que hubo varios estrenos como la parihuela del paso de palio ejecutada por el taller de Rodríguez y Vázquez Melo, los faldones del paso, una cruz plateada donada por un grupo de hermanos, una cotilla bordada donada por su vestidor Felipe Arellar Morillas y un ancla donada por la hermandad de Jesús Cautivo, tan vinculada a la Parroquia en la que residió entre 1964 y 1972.
La Virgen lucía para esta solemne ocasión su tocado de punto de aguja colocado en su habitual estilo, muy propio de su vestidor.
Se adornaba alrededor con claveles blancos, rosas y rosas amarillas de pitiminí, jarras con claveles blancos, rosas, algodón y rosas amarillas de pitiminí y con esquinas de claveles blancos, rosas, nardos y rosas amarillas de pitiminí.
Fue un momento muy especial el paso por la casas de doña Concepción Jurado García, una de las dos camareras de la imagen, donde ésta entregó un ramo de flores y hubo una petalada. La casa además estaba elegantemente decorada. La llegada a la plaza que ya toma el nombre de la efigie fue muy emotiva tanto por lo especial del momento como por la cantidad de fieles que se habían reunido. Entró en el recinto con vivas y salió con éstos además de con fuegos artificiales. Una calle de Julio Carrasco, la calle Lima se presentó completamente decorada con 3.000 flores de papel con los colores de la confraternidad, burdeos y marfil, además de decorar los vecinos sus balcones con balconeras y mantones y aparecer muchas puertas con macetas. Todo, como puede verse, muy típico. En esta misma vía, vive la primera camarera de la Virgen doña María Jurado García quien le ofreció una petalada y un ramo de flores que acompañaron a los rezos que se dirigieron a la imagen.
El castizo barrio de la Pólvora recogió con gran fervor a la imagen ya que ésta sólo había procesionado por él en una ocasión. La calle Lope de Vega igualmente estaba decorada casi en su totalidad, aunque quedando la decoración dispar, apareciendo flores con los colores de la corporación, beige y burdeos como ya se ha dicho, banderas de colores o flores de papel de color marfil. Fue al inicio de esta popular vía donde se le cantó una saeta a la Virgen por parte del hermano Jesús Contreras, que había compuesto la misma para tan solemne ocasión. Durante todo el recorrido el paso de Nuestra Señora fue acompañado por hermanos y devotos, especialmente vecinos de la propia feligresía que acompañaron a la Virgen hasta su entrada en la casa de hermandad a las 3.45 horas. Y es lo que más me ha llamado la atención de todos los detalles de esta procesión, el gran número de fieles que acompañaron a la imagen, lo que demuestra al fin al cabo que, aún siendo una hermandad moderna sus titulares, en este caso especialmente la Santísima Virgen, tiene ya una consolidada devoción en nuestra ciudad. Hay que decir también que acompañaron a la imagen mujeres vestidas de mantilla.
Pero también este día 7 de octubre fue el Rosario vespertino de Nuestra Señora de la Esperanza del Cautivo, obra de Antonio Illanes, cuyo contrato de ejecución es del 30 de marzo de 1940 y es titular de la Real y Trinitaria Hermandad del Santísimo Sacramento, Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de la Esperanza, establecida en la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío. La imagen, que es muy bella, iba en una gran parihuela, ataviada con una saya burdeos y un manto de damasco con flores. Esta pieza era enormemente vistosa. Tocó la banda de música Unión Hispalense de Sevilla. Contempló el rosario numerosísimo público, propio de una concurrida procesión y no tanto de un recoleto rosario.
Pero debo pasar al Valme y voy hablar en primer lugar del cartel, obra de la artista Aurora Ruiz Moreno. Lo considero una obra de arte de gran trabajo por lo difícil que es pintar la imagen en rojo sobre fondo rojo. Mas lo cierto es que estamos acostumbrados a carteles con los motivos tradicionales como la misma Virgen, las carretas, los caballos y este cartel no ha gustado a muchos.
Yo comprendo que pueda no agradar, lo que no comprendo es las insolencias y denuestos hacia la autora que no los merecía. En fin, de todas formas ha sido un cartel polémico amén de una obra de arte.
Y acabo, ya continuaré la próxima semana con la crónica de nuestra simpar Romería, orgullo de la ciudad y de todos sus hijos.