Crónica de las últimas fiestas religiosas nazarenas

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Fiestas Religiosas

De nuevo, nos disponemos a hablar de las fiestas religiosas nazarenas de este tórrido verano que ha estado marcado sobre todo por dos acontecimientos: en lo nacional, la crisis política y las fallidas sesiones de investidura de Mariano Rajoy y, en lo local, la destrucción de la fábrica del Grupo Ybarra, precisamente el día de la Virgen del Carmen, jornada en que salió la veneradísima efigie de la Parroquia de Santa María Magdalena.

Este año por iniciativa del párroco de Santa María Magdalena don Manuel Sánchez de Heredia y con la colaboración sobre todo de las camareras, muy especialmente de la incombustible Ana Rivas Jurado, se ha conseguido procesionar a la   Virgen del Monte Carmelo por las calles del Centro de la ciudad en el día de su festividad, el 16 de julio. Ese mismo día se celebró función a la que antecedió un triduo. Tanto la una como el otro lo predicó el párroco. La imagen se veía en unas sencillas andas, adornadas con margaritas blancas y claveles rosas. Vestía los colores propios del hábito carmelitano: manto blanco y hábito y escapulario marrón bordado éste en aplicación. Acompañó al cortejo la Banda de Música de Santa Ana. Numerosísimos nazarenos se acercaron en el que, a la postre, fue un trágico día para Dos Hermanas, a contemplar a tan querida efigie.

También tenemos que hablar de las fiestas de nuestra patrona Santa Ana, que siguen siendo referente obligado del panorama festivo nazareno. Los días 20 y 21, miércoles y jueves  tuvo lugar el besamanos en la Capilla de la Santa. El día 22, viernes a las 21’15 horas se procedió al traslado al altar mayor de la Parroquia de Santa María Magdalena de la imagen de la patrona. El triduo tuvo lugar los días 23, 24  y 25 predicando el sacerdote nazareno don Alberto Jaime Manzano, vicario parroquial de Santa María del Alcor de El Viso del Alcor. La función principal tuvo lugar el día de la festividad de la Santa, el 26 de julio, predicando el mismo orador  sagrado. Cantó la coral Regina Coeli, una habitual en esta celebración, en esta función tan importante en el calendario religioso y festivo de nuestra ciudad. Como dato muy curioso y que es muestra de la potenciación en todos sus aspectos que se hace del culto a la patrona, durante los días del triduo componentes de la Agrupación  Musical  Nuestra Señora de la Estrella desde el campanario de Santa María Magdalena interpretaron ‘Los gozos de Santa Ana’ dando tres toques cada día. A su vez, al término de cada día del  triduo, y gracias al patrocinio de la Concejalía de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento, las bandas de Presentación al Pueblo, Entre Azahares y Santa Ana ofrecieron respectivamente  un pequeño concierto a las puertas de nuestra Iglesia Mayor y bajo el retablo cerámico de la patrona.

El día de la festividad de la Santa, a las nueve de la tarde, salió la procesión. Recorrió la plaza de la Constitución –nuestros populares Jardines-, Santa María Magdalena, Botica, Villavicencio de los Caballeros, San Alberto, Lope de Vega, Alcoba, Avenida de Sevilla, plaza del Arenal, Nuestra Señora de Valme –conocida como muchos sabemos popularmente por Real Sevilla o simplemente Real-, de nuevo la plaza de la Constitución y entró en el templo.

Abría paso al cortejo la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús en la Presentación al Pueblo y tras el paso marchaba la Banda de Música de Santa Ana. Los capataces eran Jesús García Ramírez y José Antonio Sánchez Reguera, acompañados de sus auxiliares.

La Abuela de Cristo se tocaba con el manto rosa bordado en aplicación que llevaba en la procesión extraordinaria del Año de la Fe, regalo de sus camareras. Estrenaba a su vez una toca, donada por una devota. A su vez, se tocaba con el juego dieciochesco de plata de corona para la Santa, corona para la Virgen y potencias para el Niño. Sin duda, lo más destacable en el paso y lo que llamó más la atención fueron los dos nuevos faroles que completan el juego de cuatro. El paso se adornaba con los ya clásicos gladiolos blancos que se encontraban admirablemente colocados.

Pero aparte de atavíos y de estrenos,  nos importa anotar que la hermandad ha decidido nombrar hermanos honorarios a las dos bandas que acompañan su procesión, que también son ya dos clásicas en el cortejo. Igualmente, se ha nombrado hermana honoraria a la antigua camarera de la Santa, Antonia Jurado Alfonsín, mujer que es del que fue hermano mayor José López González. Se reconoce así la labor que ha desempeñado muchos años esta conocida nazarena vistiendo a nuestra patrona y cuidando de su ajuar, muy especialmente de sus mantos. De bien nacidos es ser agradecidos.

Ahora bien, quizá lo que más nos importa es como transcurrió la procesión. Muchos nazarenos la contemplaron en su recorrido por las calles del Centro de la ciudad, estando algunas calles más llenas que otras en la que fue una calurosa tarde de verano. A destacar sobre todo su paso por la calle Alcoba y por la casa hermandad del Rocío, corporación que cumple los 75 años de la bendición de su Simpecado y que había montado un altar para recibir a nuestra patrona. La calle se encontraba adornada con banderas y numeroso público esperaba a la Santa. Eso sí, aunque se vieron colgaduras en muchas casas del recorrido, es conveniente que los vecinos de las casas por las que pasa la procesión intenten colocar más pues ello le da belleza y señorío. Pero, desde luego, la potenciación que se hace del culto a la Santa en Dos Hermanas va dando sus frutos pues los nazarenos responden acudiendo cada vez en mayor número a la procesión. Ello, para el que escribe estas líneas, es lo verdaderamente notable: el culto cada vez más arraigado que tiene nuestra patrona entre nosotros los nazarenos.

De la misma manera, hay que anotar que se celebró una velada en la plaza del Arenal, único resto de lo que fueron las viejas fiestas patronales de Santiago y Santa Ana, que eran una cita obligada en el panorama festivo del antiguo pueblo con sus dos procesiones del Santísimo y de la Santa y sus diversas celebraciones de tipo civil.

Además hay que mencionar que la patrona permanecerá en la Parroquia de Santa María Magdalena hasta que terminen las obras de reforma previstas en el compás de su Capilla.

Pero ya tenemos que pasar a las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción, la popular Subida a los Cielos del barrio de San Sebastián, que este año ha organizado una nueva junta de la Hermandad de la Vera-Cruz, presidida por el nuevo hermano mayor Jesús Durán Martín. Los días 12,13 y 14  de agosto se celebró el triduo que predicó don Marcelino Manzano Vilches, párroco de San Vicente Mártir de Sevilla y delegado diocesano de Hermandades y Cofradías. La función del 15 de agosto, día de la fiesta de la Virgen, la predicó don Manuel García Valero, párroco del Ave María y San Luis, feligresía a la que como es sabido pertenece la Capilla de San Sebastián y que es director espiritual de la hermandad de Vera-Cruz. En la  función se estrenó la copla “Gozos de Nuestra Señora de la Asunción”, dedicada a la imagen y obra de Pedro Nolasco Alcántara Madroñal y Francisco Javier Segura Márquez, este último pregonero de la Semana Santa de Sevilla y de las Glorias de la misma ciudad, quizá dos de los más importantes entre los muchísimos pregones que ha pronunciado.

La Virgen fue vestida tanto para los cultos como para la salida por José Manuel Ponce. En la salida vestía saya blanca bordada, manto celeste liso y cíngulo en hilo de oro. El altar de cultos se adornó con jarras cónicas de flor blanca.  Un estreno muy importante fue la gran nube con ángeles que se colocó en el altar de cultos, obra del escultor nazareno Antonio Luis Troya, donada por un grupo de hermanos y devotos. .

Para la salida el paso iba exornado con rosas y claveles en el friso y nardos en las esquinas. La Virgen volvió a ser acompañada por banda de música, en este caso la de Nuestra Señora del Carmen de Villalba del Alcor que tocó marchas clásicas y elegantes. Es de destacar que el Padre Jens –terciario capuchino de Nuestra Señora de los Dolores de la comunidad del Colegio de San Hermenegildo- acompañaba de preste el paso de la Virgen junto a dos monaguillos. A su vez, es notable que empezó a llover nada más recogerse la procesión, lo cual no es nada habitual para la fecha como de todos es sabido. Otras muchas imágenes marianas como la Virgen del Águila, patrona de Alcalá de Guadaira  o la Asunción de Cantillana se mojaron en esta inusual noche agosteña. Nosotros tuvimos suerte. De todas formas, creemos que lo más importante de esta procesión es el gran número de fieles nazarenos que la contemplan que llenaron la mayoría de las calles por donde discurrió el cortejo lo que da medida de la devoción que tiene la imagen a pesar de ser sólo la devoción de una hermandad y no una de las grandes devociones comunales de nuestra ciudad.

Pero la fiesta no fue sólo exclusivamente religiosa. Se celebró una velada en la plaza de Hidalgo Carret,  siguiendo la tradición de la hermandad y del barrio que  organiza esta velada que en los tiempos pasados era conocida por el pueblo como los Santiagos Chicos. En ella hubo barra, actuaciones y juegos. Estuvo  bastante concurrida.

Y así, de manera breve, hemos resumido estas tres fiestas religiosas nazarenas que han transcurrido en el que ha sido un cálido verano.