Se trata de uno de los valores más prometedores de la narrativa nazarena
Es cierto que me gusta tocar en estas páginas muchos temas relacionados con nuestra querida ciudad: historia política, historia de las mentalidades, historia del entramado comercial e industrial de la ciudad, crónicas de los diversos acontecimientos -normalmente fiestas-, biografías sobre muchas personalidades más o menos sonadas de nuestra pequeña vida local, historia del Arte, etc. Pero siento especial preferencia por los jóvenes valores que descuellan en las distintas Artes. Sin quitarle, por supuesto, su lugar a las personas de más edad y más respeto hay muchos autores más jóvenes en todas las Artes que merecen nuestra atención.
Y hoy viene a nuestras páginas la persona del escritor David Cala López, en un universo como el mío y el de mis artículos donde se cruzan pintores, restauradores, escultores, fotógrafos, arquitectos, poetisas -recuerden los lectores los capítulos que le dediqué a las poetisas del Grupo La Almazara a impulsos del desaparecido librero José Martínez Ramos- escritores, etc. etc.
Nace nuestro biografiado el 22 de junio de 1976 y es hijo de Fernando Cala Almagro, nazareno y funcionario de Correos y Manuela López Jiménez -de la gente de los ‘Planchillas’- también nazarena y que, aunque trabajó de joven en los almacenes, después se dedicó a sus labores.
Luis, empezó a estudiar en el viejo Colegio Nacional San Hermenegildo donde permaneció en Primero y Segundo. Luego, de Tercero a Octavo, estudió en el Colegio García Lorca. Y luego hizo Primero de B.U.P. en el Instituto Nuestra Señora de Valme. Continúo estudiando Segundo pero no lo acabó.
Comenzó, entonces, su vida laboral que ha compaginado con la literaria que empezó a una edad muy temprana pues ya escribía a los catorce o quince años. Ha laborado en fábricas de reciclaje, en Sal Chalupa, en una fábrica de miniaturas de juegos de rol, muñecos de resina y peltre, en supermercados y, sobre todo en Cerámicas Bellavista donde trabajó diez años.
Mas lo verdaderamente importante para él es la escritura. La considera una forma de desahogo y a la vez una forma de transmitir pensamientos e ideas que de otra forma no hubiera transmitido. Es una forma de vivir vidas que tú no puedes vivir dentro de tus historias.
Lo que le gusta de la forma de lectura es la relectura y las correcciones que se hacen antes de publicarlo. El momento de ver la publicación es el mejor.
Los escritores preferidos de David Cala son los americanos Tracy Hickman, Robert Howard, Fritz Leiber, Howard Phillips Lovecraft, Edgard Allan Poe, Margaret Weis, y los británicos Michel Mooroock y John Ronald Tolkien.
David se define como persona amiga de sus amigos. Como escritor un amigo decía que escribía lo que le daba la gana y, por ejemplo, ello se ve en que David no se corta si tiene que describir escenas de sexo. Afirma que no le da miedo.
En la cuestión política, nuestro biografiado no respeta lo políticamente correcto. Él no se define políticamente. Vota según ve conveniente sin importarle en qué espectro político se encuentra el partido.
Y cabría preguntarse cuáles aficiones -aparte de la escritura y la lectura- tiene David. En primer lugar, los juegos de rol; sigue el fútbol, gustándole mucho el Real Madrid; también hay que anotar los juegos de mesa.
En cuanto a su afición a las fiestas, no es festero pero sale a verlas.
La que le gusta más acaso sea la feria pero también le gusta ver pasar el Valme o ver las cofradías en Semana Santa.
No le gusta especialmente el Carnaval, mientras que a su esposa sí le atrae mucho el Carnaval gaditano.
En cuanto el mundo de las mentalidades religiosas David, como la mayoría, se confiesa católico no practicante y tiene clara la existencia de Dios. Se casó, por ejemplo, por la Iglesia en la Capilla del Colegio de San Hermenegildo de Padres Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores.
Y quiero decir un poco unas palabras de sus esposa, hijos padres y hermanos, sobre todo porque en gran parte tienen que ver con el universo de la lectura de este interesante biografiado. Su hermano José Manuel casado con una primilla mía Lucía Zurita Sánchez es informático y desde pequeño ha leído. Se ha producido el efecto de influencia de hermano mayor al chico. Su otro hermano, Fernando, es encuadernador, y está casado con la celadora María del Carmen Sánchez. Y queda la única hermana, Rocío de Valme, pedagoga y también escritora, autora de un libro de relatos que está esperando que publique el Excelentísimo Ayuntamiento. Pero el eje está en la Madre, Manoli a la que no se le cae un libro de las manos y que es empedernida lectora, aparte ella y sus hermanas Carmen y Mari son grandes conversadoras y finas tertulianas. Mari además también lee mucho, David, desde luego, cuando menos sale a su madre.
David está casado con Francisca González Flores, natural de Córdoba, que trabaja en Correos e hija de Diego González Arjona, trabajador también de Correos y Dolores Flores Alarcón, ama de casa. David tiene dos hijos: Iker de 5 años y Oliver de 1. Las aficiones de la mujer de David son las series de televisión, la cocina y también le gustan las fiestas frente a lo casero que es nuestro biografiado.
Pero me gustaría saber qué piensa David de cómo está la cultura en Dos Hermanas. En su campo ve falta. La revista ‘La colina de Nemo’ nominada a los Premios ignotus 2018, 2019 y nominada a los del 2020 por el contrario no es conocida en Dos Hermanas.
David opina que no hay sitios para la cultura independiente. Yo no tengo estudiado el asunto y no sabría qué opinar pero, desde luego, todo lo que sea crear plataformas culturales para los diversos colectivos es bueno. Yo, particularmente, para lo que yo necesito está la ciudad bien dotada.
David también nos habla de sus principales amigos que son en el mundo del cómic Pako Mulero Arenillas y María Auxiliadora Álvarez Rodríguez y también es gran amigo suyo Juan Antonio Ortega.
También nos habla de una asociación de miniaturas, juegos de mesa y juegos de estrategia que existe en Dos Hermanas -hoy con sede en Montequinto- y cuyo lema es ‘Alea iacta est’.
Es curioso que, David, no se considera especialmente moderno en gustos literarios. De hecho, le gusta más la literatura de otras épocas anteriores a la contemporánea.
Para acabar diré que ha escrito ‘Trece relatos desde el silencio’, ‘Héroes de rol entre nosotros’ y‘Las aventuras de Alanna y Merdarion’. Y después ha colaborado en varios números de ‘La cabina de Nemo’ y en un número de ‘El tren de la bruja’ y otro de ‘Morningside’. Sus relatos son apasionados y muestran el rico mundo interior que tiene David que, como es lógico y natural en muchas personas, se muestra a través de la escritura.
Y qué se puede decir del perfil psíquico y físico de nuestro biografiado. Primero: que no pueden ir más parejo. Es un apasionado del mundo céltico y del mundo vikingo. De hecho viajó en viaje de bodas a la bella Escocia, la de los Lowlands y las Highlands, las de Edimburgo, los pictos y los escoto, etc. Pero no le gusta sólo el mundo céltico también el nórdico, el escandinavo con el mundo vikingo, con sus dioses Thor y Odín, con las invasiones de los hombres del Norte, etc. Y, en su físico, es ayudado porque es rubio con los ojos claros y lleva las barbas y pelo largo. Parece enteramente un vikingo.
En fin acabo, David Cala con la pasión de sus escritos intenta trasmitirnos el rico mundo de sus vivencias. Me llama la atención que empezara a escribir tan joven. A lo que se ve lo lleva en la sangre. No me cabe duda.