“De niño, cuando se moría un palomo, lo enterraba y le cantaba con la armónica”

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Manuel García Morales
Manuel García Morales sostiene en su mano una hembra de raza laudina.

Un día espió a su profesor, que criaba palomos en la azotea.Y le gustó tanto que lleva 58 años dedicado a su crianza

Durante su veraneo en Chipiona controlaba, desde su móvil conectado a una cámara en su casa de Dos Hermanas, a Búcara, Frasco o Cariñoso. Son algunos de los 30 palomos que Manuel García Morales mima como si fueran sus hijos. Es uno de nuestros “locos” de la columbicultura.   

 Morales, ¿cuántos años hace qe tienes palomos? 

Hace 58 años, y tengo ya 68. Yo estudiaba en el colegio del cementerio, pero mi madre me apuntó a unas clases de refuerzo que un profesor llamado José Joya daba en su casa, en la calle “Escaleritas” (San Bernardo). Este hombre tenía en su azotea una escalera de verdear adonde se subía para ver sus palomos de raza. Cuando no nos veía, yo subía a escondidas con mis amigos Peral y Nicolás para verlos, y así nos nació la afición. Los tres amigos compramos una collera; la mía me costó seis duros. A los 7 u 8 años me junté con 100 palomos, a partir de esa primera collera. Cuando se moría alguno, lo enterraba en el corral y le tocaba una canción con mi armónica. Cuando ya teníamos 14 años, el maestro Joya empezó a llevarnos al mercado de la Alfalfa, en Sevilla.

¿Es una afición o un negocio? 

Esto es una afición que además te cuesta el dinero: maíz, trigo, alpiste, vacunas, desinfectantes, licencias…. Es verdad que yo he llegado a vender palomos por 450 euros, pero venderlo es algo excepcional. El primero que vendí fue en 1975. Estando en la mili crié un palomo y se lo dejé a mi amigo Nicolás. Y me escribió diciéndome que me lo quería comprar el hermano de Juanita Reina. Me daban 7.000 pesetas. Dije que no y al final me pagaron 15.000. Le pusieron de nombre Cruyff.

Manuel García Morales
Manuel junto a sus amigos Francisco Peral y Nicolás Sánchez. Con gafas oscuras, José Joya, el profesor almeriense que les transmitió la afición a sus tres alumnos.

Porque en este mundo hay gente muy caprichosa, ¿no?

Sí. Una vez en una exposición un riquito se enamoró de una hembra mía y dijo que se la llevaba. Le dije que no y él me aseguró que sí, que me la iba a pagar. Me ofreció 20.000, 30.000 y hasta 100.000 pesetas por la hembra, pero no se la llevó a pesar de que yo era albañil y me hubiera venido bien el dinero. Tuve el gusto de tenerla en casa, aunque se murió un año después. 

 ¿Los palomos tienen raza?

Claro, hay 15 razas: colillano, veleño, moroncelo, gorguero… Yo solo crío palomos laudinos sevillanos, pero también tengo mensajeros. Cuando las hembras laudinas ponen sus huevos, nosotros se los quitamos y se los ponemos a las mensajeras, que los sacan mejor. Los laudinos suelen aplastarlos. 

¿Es verdad que esos palomos siempre vuelven al lugar donde nacieron, por muy lejos que esté?

Es cierto, y fueron muy útiles en la guerra. Los cambiaban de cuartel, les ponían mensajes en las patas, y al soltarlos volaban al suyo. Por eso se dice que los enemigos mataban palomos, para evitar esa comunicación. A un sobrino mío le di un palomo mensajero para que lo soltara en Los Palacios, a ver si regresaba. Pero se le olvidó y lo soltó en Los Barrios. ¡Y llegó a Dos Hermanas sin problema! Es como si tuvieran un rádar. Se van arriba, dan varias vueltas y se orientan. Y casi no baten las alas, se dejan llevar por las corrientes de aire. Recuerdo que una vez unos portugueses soltaron aquí en el velódromo 30.000 palomos, para ver si sabían volver a Portugal. Les daba igual el que se perdiera. El que vuelve es el bueno, el que vale. 

Hablando de valer…  Fuiste uno de los fundadores, en 1978, de la Sociedad Nazarena de Columbicultura, pero también eres juez en exposiciones. ¿Qué ha de tener un palomo para que sea perfecto?

El palomo se valora según 10 características: cabeza, pico, ribete, ojos, patas, buche, verruga, nariz, abardilla (espalda) y alas. Las alas no deben ser muy largas, para que no sobresalgan de la cola. Las de vuelo (que miran hacia fuera) deben ser diez. El pico debe ser como un piñón, y los ojos, color guinda o sangre. La cabeza puede ser acarnerada o almendrada. El buche debe ser morao y verde. El laudino, si tiene una pluma blanca, pierde puntos

¿Por qué tienes a las hembras en jaulas separadas de los machos? 

Nosotros criamos de marzo a junio, porque en otros meses se mueren de frío. Así que de julio a febrero se separan los machos de las hembras para que no copulen. A la hembra la encerramos los días de celo porque el macho siempre quiere pisarla. Ahora mismo tengo siete laudinas en celo  y tres nodrizas “caseros”, que son las mensajeras que lo incuban. En época de cría, cada mes nacen dos pichones. Al nacer, los padres le echan aire para hacerles buche; a las seis horas les dan de comer y al mes ya están volando. A veces me voy al Palmarillo, los veo volando y digo: “¡Ese es mío!”

 ¿Por qué están los cajones de los machos tan separados? 

Porque los machos, si están muy juntos y tienen mucho celo, se emputan. ¡También hay palomos gays! Y las hembras también, aunque es más raro. 

¿Te has comido alguno?

¡Nunca!

¿Quién es ese del cuadro que cuelga en el salón? 

 Es “Torpedo”, uno de mis mejores palomos. Fue segundo en una exposición en Conil. Tengo el campeón de pichones de Dos Hermanas, ya que todos los años hacemos un concurso /exposición.

¿Cómo os llevais los palomeros de Dos Hermanas?

Muy bien. Somos como una familia,  Nos prestamos los palomos para sacar colleras nuevas y cambiar la sangre. En la actualidad somos 46 socios, pero hemos llegado a ser 120.

Después de este máster en columbicultura, dejamos a Morales en su azotea, que todavía le queda faena hoy con sus niños.