Mayca Martín Barbero y Luis Jesús Jiménez Pérez pronunciaron dos excelentes pregones
Hoy me encuentro aquí de nuevo para escribir, elaborar más bien, la crónica del Pregón de Reyes y la Exaltación de la Navidad que han sido verdaderamente dos acontecimientos en el largo, confuso y profuso ciclo festivo nazareno.
El primero tuvo lugar en la mañana del 23 de diciembre en el teatro municipal Juan Rodríguez Romero en la calle Nuestra Señora de Valme, vulgo Real Sevilla, o simplemente Real. Pero antes de comentar el pregón quiero referirme al protocolo tan perfecto desplegado por nuestro Excelentísimo Ayuntamiento, digno de esta gran ciudad que es Dos Hermanas. Se colocaron a una lado el presentador, la pregonera, el vicepresidente de la Asociación ‘Estrella de la Ilusión, Francisco González Anguita, la concejal de Fiestas Rosario Sánchez Jiménez y el señor alcalde don Francisco Toscano Sánchez y al otro Sus Majestades de Oriente, el Cartero Real y la Estrella de la Ilusión. Una niña vestida de paje llevaba las coronas a los nuevos reyes que sustituían en el sitio a los antiguos. El coro de campanilleros de Ibarburu se encontraba en la parte trasera del escenario. Todos y todo se veía colocado con un gusto exquisito, mejor que otros años si cabe. Y yo, quiero dar de nuevo un palo a la burra diciendo que es hora ya de que se saquen a oreo los maceros que acompañaban –según documentó oportunamente el hermano mayor actual de Valme Hugo Santos Gil- a la vieja villa y, si es posible, la guardia municipal en traje de gala en las procesiones ora laicas ora religiosas. Sería como dicen los postmodernos todo un puntazo. Yo he vivido en ciudades gobernadas por I.U. –partido que se puede esperar que fuera menos propicio a esta protocolaria costumbre- como Archidona y salen los maceros y los he visto en innumerables ciudades y villas, empezando claro está por la ciudad de Sevilla y terminando por la villa de Almonte, donde la alcaldesa del P.S.O.E. María del Rocío Espinosa de la Torre me ha dicho recientemente que se intentará potenciar aún más su presencia. Mas me dejaré de divagaciones de las mías para centrarme en el pregón de María del Carmen Martin Barbero, Mayca, la cual es pariente mía por el apellido Madueño, que no se el porqué de que un pueblo tan familiero como Dos Hermanas crea lazos aún más profundos entre los que lo ostentamos con orgullo. El acto fue presentado por la periodista y nuestra compañera Valme J. Caballero. En cuanto al pregón lo presentó el sobrino de la pregonera Juan José Rodríguez Martín que, aunque nervioso en el principio de su breve discurso, recuperó pronto la calma para hacer un bello y atinado recorrido por la vida de su tía, de esa gran exaltadora de la Navidad, pregonera del Rocío y de los Reyes que ha sido Mayca. La presentación de Juanito Rispo, como es conocido familiarmente en el pueblo, consistió principalmente en un recorrido por la trayectoria profesional y familiar de su tía perfectamente construido y usando una facundia que no es tan frecuente en las personas de su edad.
Y llegó el pregón de Mayca que diré que fue un pregón muy “Rispo”. En efecto, ha sido grande la influencia de esta familia en la vida de nuestra cabalgata empezando por la tía de la pregonera la tan querida por todos Rocío Barbero Muñoz, que fue rey Baltasar, siguiendo por la participación en el montaje de la cabalgata de su padre José Manuel Martín Postigo, que ostenta la insignia de oro de la Asociación Estrella de la Ilusión, y acabando por la participación del propio Juan José, de Juanito, en las tareas propias de la elaboración de nuestra bella y complicada cabalgata. Pero Mayca, muy sutilmente, habló de su familia destacando su papel pero sin descuidar en ningún momento las referencias a esos Reyes que visitaron al Niño Dios en el portal de Belén y que esperan con ilusión para que les traigan juguetes los niños nazarenos. La extensa y genealógicamente complicada familia de Mayca vive con mucha ilusión la cabalgata, en la que colabora mas en el pregón no sólo se hablaba de ella sino también de las características generales de la fiesta de la Epifanía, de esa manifestación del Niño Jesús, Dios y Hombre, a los gentiles, representados por los Tres Magos de Oriente. Ello fue lo que más me llamó la atención del pregón aparte de su brevedad. Puedo decir que lo bueno y breve dos veces buenos y Mayca, sin duda, dio un gran pregón de Reyes en el que la ciudad desplegó su grandeza y protocolo y en el que el coro de Ibarburu nos deleitó con sus villancicos, sobre todo con el indispensable, típico y bello ‘Tradición’.
Y por la tarde llegó la Exaltación de la Navidad en la Parroquia de Santa María Magdalena, en esta que sigue siendo simplemente “La Parroquia” para muchísimos nazarenos. Presentó la exaltador o pregonero, ambas palabras me valen y creo le deben valer al indulgente lector, Luis Jesús Jiménez Pérez su primo hermano el gran cofrade Felipe Caso Pérez. Ambos son de buena casa cofradiera teniendo como tienen la herencia y escuela de su tío abuelo, del que fue mi querido tío abuelo político José Pérez Iborra, mi tío Pepe, que desde luego les habrá protegido –como sobrinos nietos que son- desde ese cielo donde creo moran los grandes cofrades de Dos Hermanas, que contribuyeron a engrandecer nuestras tradiciones religiosas. Y me gustó y muchísimo la presentación de Felipe pronunciada en una prosa poética de altos quilates, que da justa medida de sus habilidades como orador. Habló Felipe de las pasadas fiestas de la Pura y Limpia Concepción de María tanto en su vertiente rociera –se celebra en esta fecha la peregrinación anual de la cofradía rociera de Dos Hermanas a la aldea de la que es Reina de las Marismas- como en la catedralicia con el baile de seises entre otros homenajes a la que es Reina del Cielo y de la Tierra. También se refirió con mucha hondura a los silencios propios de las fiestas religiosas: el del fiat de María ante el ángel, el de la Sagrada Familia en el portalico de Belén, al de Jesús en su Oración en el Huerto en Getsemaní, al del Viernes Santo, singularmente el nazareno, y al de María en su gozosa espera de Cristo, ese Verbo Encarnado que el presentador no designa con esta palabras pero que yo digo que es la Palabra de Dios hecha Carne, ese Jesús de Nazaret, Hijo de Dios y el mismo Dios. Y el presentador adornó con muy bellas palabras esta parte de su discurso. Después entró en la parte más pedestre pero muy didáctica y hermosa de la presentación del pregonero: sus vivencias en la casa familiar, sus estudios, su trabajo, su futuro matrimonio con su novia mi primilla Estrella Pérez Laguna y. sobre todo quiero destacar dos puntos: la referencia a la faceta de belenista del pregonero, que fue larga y cadenciosa y su enumeración de las cofradías a las que pertenece: Sacramental de la Parroquia Mayor de Santa María Magdalena, Vera-Cruz –donde fue prioste-, Rocío, Valme –donde ocupa el cargo de mayordomo segundo- y Amor de Sevilla. Y muy bonito fue el final de la presentación donde se deseaba con ahínco que el pregón, que la exaltación como dirían propiamente los meticulosos, fuera en honor y gloria de Dios, como dicen las reglas de la Hermandad de Santa Ana. Pero el resumen, acaso más perfecto de la presentación, es que el pregonero iba a cambiar su afición al montaje del Belén por la faceta literaria. Y ya acabaré diciendo que me gustó mucho esta presentación y repito de nuevo da medida de las dotes literarias del primo del exaltador.
Ahora bien, debo ya llegar a hablar de la exaltación. Y ha sido para el que escribe estas líneas toda una revelación. Yo sabía de las artes de Luis Jesús como prioste de mi queridísima hermandad de Vera-Cruz. Yo sabía del arte desplegado con el coro y la hermandad de Valme. Ahora bien, está claro que desconocía sus dotes de pregonero. Y su pregón, aparte de la presentación de si mismo, muy ajustada a lo que debe ser la humildad de un cristiano y la que se debe desplegar junto al portal de Belén, es toda una manifestación de las tres virtudes teologales dirigidas a nuestro Creador: Fe, Esperanza y Caridad. En eso está en la línea del pronunciado por su cuñado Daniel Vaquero Fornet en honor de la Virgen de la Esperanza de la Hermandad de Jesús Cautivo. Y las tres virtudes las engarza con el mundo actual y los problemas que lo agobian, sea el separatismo nacionalista, sea el egoísmo con los demás, sea el sufrimiento de los inocentes. Todo ello englobado en un portal de Belén de sus sueños que él construye no sólo con corcho y figuritas ya de plástico ya de barro sino también con su corazón. Es una exaltación donde no sólo aparece el Belén real y los Reyes reales sino que también aparece una metáfora de lo que debe ser la vida del verdadero cristiano, dotado de las virtudes cardinales –Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza- que en un cardum –en latín camino- conducen a Dios al que se le debe Fe, Esperanza y Caridad. Y además todo está aderezado con referencias muy diversas a la realidad de nuestro pueblo sea pasada sea presente. Aparece el Barrio de Pachico, el mismo Pepe Rodríguez Gutiérrez, ‘Pachico’-tan belenista y sobre todo tan veracrucista-, las campanitas, el cine Rocío, la Plaza de Abastos vieja, el Cristo nuestro y de todos de la Vera-Cruz – ese viejo Señor del Lagar del pregón-, las referencias a las advocaciones marianas de la ciudad, nuestros Reyes Magos pero, sobre todo y ante todo, aparece ese Jesús paciente y doliente que en el Sagrario nos espera a los pies de la Virgen de Valme. También hay que decir que interpretó villancicos en el pregón el reputado coro de Valme, que fueron ‘Esas manos’, ‘Siguiendo una Estrella’ y ‘Navidad’, se interpretó una pieza de David Álvarez García y en el tramo final este mismo autor interpretó el Adagio de Albinoni, todo lo que dio más elegancia al pregón y contribuyó a que produjera más efecto en el público. También hay que notar que nuestra iglesia mayor se encontraba a oscuras, excepto el Belén del Altar Mayor y el atril del pregonero, recurso como es de esperar igualmente tremendamente efectista.
En resumen, fue una gran exaltación no sólo de un belenista sino de un cristiano que centra su fe en el Sagrario, donde está Cristo hoy presente como lo estuvo en el portal de Belén. Y acabo así esta leve crónica de cuatro de los últimos pregones dados en nuestra querida Dos Hermanas.