Al parecer, es el bar más antiguo de Dos Hermanas en manos de una sola familia
Hoy nos referiremos, y con mucho gusto –nunca mejor dicho- a un antiguo bar nazareno aunque convenientemente remozado. Se trata de ‘El Carrillo’ que abre sus puertas muy cerca del puente o pasarela en la calle Alcalde Tierno Galván, antigua calle de Alcalá o de los Humeros. Fue fundado en un período ya lejano pero que es difícil conocer por Domingo Carrillo, un herrero que, según la tradición familiar, vivía en la calle Botica. Luego regentando el bar le sucedió su sobrino político Manuel García Mejías, ‘El Balilla’, huérfano a los 9 años de su padre Antonio García, el cual estaba casado con Joaquina Mejías. Manuel García casó con Antonia Domínguez Marín, conocida como ‘La Rubia del Carrillo’, mote muy ilustrativo, natural de la no muy lejana villa de Mairena del Alcor, hija de Antonio Domínguez y Encarnación Marín y que, viniendo pequeña a vivir en nuestra entonces villa, residió en una de nuestras fragantes y productivas huertas, la de los Rubiocheles, apodo, que, como es sabido, se da en Dos Hermanas a la familia Jurado. En principio, el bar era un simple carrito donde se vendía de todo como productos como aceite, vinagre, se servía vino, etc. Es muy curioso reseñar que tío Domingo Carrillo tenía gallinas que soltaba en el campo del Gol, situado a la sazón enfrente del barrio de San José y del almacén, tan famoso e importante en la historia de Dos Hermanas, de León y Cos. Tal lugar se denominaba así por haberse alzado en él un antiguo campo de fútbol.
Pero, retornando a nuestro negocio, luego se convirtió en un pequeño local, un bache, como dirían en Cádiz, en una especie de abacería, una tiendecita o tabernilla parecida a la tan conocida del ‘Chiquetín’, situada al final de la calle Santa María Magdalena –para los antiguos de la Marea- en el lugar del Palmarillo, donde parece ser que se alzaba la Cruz de Pinto. Regentado por el matrimonio citado ut supra vivió unos tiempos en que era muy conocido, ni más ni menos que hoy en su lugar actual. Su dueño, Manuel García Mejías, era una persona que por muchos conceptos llamaba la atención y así se lo ha llamado al que escribe estas líneas. Era aficionado a los toros y al cante flamenco –como tantos y tantos nazarenos- y, como dice su familia, ferviente manchonero, entendida esta palabra no como poseedor de huerta sino como hermano de la Oración en el Huerto. Su bar fue frecuentado por Pepe Marchena, el famoso cantaor natural de tan bellísima villa, corte que fue de los duques de Arcos. Mas, sobre todo, por algo llamaba la atención nuestro personaje: era una persona muy caritativa, que ayudaba a todo el mundo. Tuvo cinco hermanos: José, Curro, Juan, Pepa y Dolores. Por cierto, la familia también regentó la bodeguita García, que se abría en los Jardines –nuestra oficial plaza de la Constitución, centro cívico de la ciudad- donde hoy el bar ‘Los Barriles’.
Por su parte, su esposa era mujer que sólo vivía para el negocio, muy preocupada por la hacienda de su casa. Tenía cuatro hermanos: José, Manuel, Alberta y Carmen. Se cuenta que sus hermanas le hacían la comida, ocupada ella como estaba en el bar familiar. Diríamos que su vida se reducía a dos palabras: casa y tienda y, acaso, paseos por El Gol con su amiga Joaquina ‘La Carbonera’.
En 1953 murió Manuel García Mejías y le sucedió una tercera generación, su hijo José García Domínguez, el tan conocido hoy ‘Carrillo’, nacido el 10 de diciembre de 1944. Nuestro personaje estudió en el colegio Calvo Sotelo, hoy San Sebastián, luego en la academia de doña Dolores Velasco, la conocida doña Lola, posteriormente en la academia de don Francisco Baena de León Molina, pasó a continuación, muerto su padre cuando tenía nueve años, al colegio de San Hermenegildo de Padres Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, vulgo ‘Los Frailes’, y por último estudió dos años en Acción Católica con don Juan Reina Núñez.
Entre los años 1976 o 1977, no hemos podido establecerlo con precisión, mudó el negocio a la calle Alcalde Tierno Galván, viviendo hoy encima del bar al igual que su hermano Antonio mientras que su hermana Encarnación vive en la calle Fernán Caballero, vulgo ‘Las Morerillas’.
Hablando, ya con más holgura, del bar, diremos que, en sus primeros tiempos, sólo se servía vino y tapas de chacina, más o menos como en todas las abacerías. En su nueva ubicación se han pasado a otros alimentos. Hoy ‘El Carrillo’ abre de una del mediodía a cuatro y media de la tarde y por la noche de ocho a doce, cerrando los martes. Entre sus tapas, lo que consideramos conveniente citar ya sea a vuelapluma como en este caso, se encuentra el pescado fresco –como los boquerones-, las gambas a la bechamel, las hamburguesitas de gambas, otros mariscos y guisos, como por ejemplo los riñones. Muestra de la expansión del negocio es que la familia ha montado un servicio de catering y que se han especializado en comida para celiacos, lo que vemos muy conveniente. Al bar vienen todo tipo de gente, matrimonios, novios, cofrades, aficionados al fútbol, al mundo del caballo, músicos de la banda de Nuestra Señora de la Estrella, etc. Entre los cofrades que frecuentan el bar podemos destacar tertulias de hermanos de la Borriquita, del Rocío y sobre todo de la Oración en el Huerto. Por ejemplo, el tan merecido homenaje que recientemente esta última confraternidad hizo al concejal José Román, tuvo lugar en el patio del bar. La familia dice que su mayor interés es ofrecer en su local calidad y frescura de sus alimentos y limpieza. Todo un programa como vemos.
Hablando de nuevo un poco del hasta hace poco, cuando se jubiló, dueño del negocio diremos que José es aficionado al fútbol, a los toros, al cante flamenco y a las cofradías, siendo hermano de la Oración en el Huerto, de Santa Ana, de Valme y del Rocío. Sus grandes devociones, lo cual siempre preguntamos porque al menos a nosotros nos indica mucho y nos lleva incluso a interpretar a la persona, son Jesús Orando en el Huerto y la Virgen del Rocío, devoción universal y patrona de Almonte. De todos es sabido que es ferviente rociero, habitual en el camino de nuestra hermandad.
Pero detrás de un hombre siempre hay una mujer. En este caso se trata de su esposa, Francisca Monge Valdelvira, la cual además es muy importante en el entramado del bar porque se ha ocupado de la cocina. Es hija de Mariano Monge Cáceres, natural de nuestra villa y de Elena Valdelvira Molina, natural de la localidad jienense de Santa Elena aunque vivió en la de La Carolina, en la misma provincia de Jaén. Ella ha sido y es la típica mujer nazarena trabajadora y juiciosa. A los doce años empezó a trabajar en el almacén de don Armando de Soto recogiendo, luego fue deshuesadora por cuenta el almacén de Las Cruces, propiedad de la familia Ybarra. Alternaba este trabajo con temporadas en la fábrica de yute. Casó con su marido en Santa María Magdalena. Entre sus aficiones destacan la cocina, y diremos que menos mal, el cante, salir de paseo y las cofradías. Como vemos, gustos muy parecidos en gran parte a los de su marido. Es sobre todo devota de nuestro gran Cristo de la Madrugada, Jesús del Gran Poder y de nuestra gran protectora, la Virgen de Valme.
El matrimonio ha tenido tres hijos, dos de los cuales llevan hoy el bar. Manuel, muy aficionado como es sabido a las cofradías y al cante, cantando con Pablo Oñós Gutiérrez, está casado con Ana María Sánchez Torralba y tiene dos hijas Ana y Elena. David, muy aficionado sobre todo a estar con sus hijos y al fútbol, a las cofradías y que tocó como tambor en la banda de Nuestra Señora de la Estrella, casó con Raquel González Garrucho y tiene dos hijos Andrés y Claudia. Por último, Elena está casada con Jesús Sánchez Gómez, de la gente de los ‘Conicas’, también populares dueños de bares, y tiene dos hijos Jesús y Ángel. Entre los dos hermanos y el cuñado llevan hoy el negocio familiar, que por tanto, y ello es notable, es según parece el bar más antiguo de Dos Hermanas regentado por la misma familia, cuatro generaciones nada menos.
También tenemos que citar que en el bar trabajan tres empleados: Dolores Giovanna Tienda Lozano, Juan Muñoz Cardona y Neftalí Domínguez Díaz, este último de la gente de los ‘Pelaítos’, también dueños de bares y parientes lejanos míos como muchos nazarenos saben.
Y con estas líneas terminamos este pequeño artículo. Sólo nos queda decir que nos ha llamado la atención la existencia en el bar de un cuadro, bella composición fotográfica del joven y afamado Daniel Vaquero Fornet, donde aparece la Virgen de Valme y la Virgen del Rocío con la carreta del Simpecado de nuestra hermandad de Dos Hermanas. Como puede verse todo un programa.