El cierre de la trilogía será con la obra «El buen dictador»
El cierre de la trilogía de obras del humorista nazareno Manu Sánchez, es decir, la representación de «El buen dictador» en el Auditorio Municipal Los del Río, ha colgado el cartel de «No hay entradas». El cierre de la trilogía será el próximo día 27 de septiembre y ante más de 4.000 personas.
El protagonista de la obra, Manu Sánchez, responde a nuestras preguntas:
Es la despedida «oficial», el cierre de la trilogía que incluye «El Rey Solo», «El último Santo» y «El buen dictador», en tu pueblo y en poco tiempo se han vendido las 4.000 entradas, ¿cómo te sientes?
Digamos que cerramos la gira, aunque después se puede representar pero de forma más esporádica. Y he tenido la suerte de poder hacerlo ante el cariño de los nazarenos; eso tiene un punto especial porque ese cariñito de mi gente sabe el doble de bien en casa y además, hay que sumar que lo organiza mi hermandad (a la que pertenezco desde niño, la de Oración en el Huerto) en estrecha colaboración con el Ayuntamiento. La verdad es que habíamos estado hace poco en Sevilla y teníamos dudas; no pensábamos colgar el ‘Sold out’ tan pronto; intuimos incluso que se ha quedado gente fuera. Sin embargo, todos hemos puesto de nuestra parte para que la representación fuera una fiesta y mira, cómo ha respondido el pueblo. Será especial porque también se va a destinar una parte de la recaudación a la Asociación Andaluza contra el ELA, al Convento de las Carmelitas Descalzas de San José y a las obras asistenciales de la hermandad.
Dices que será una fiesta… En anteriores actuaciones has introducido en el texto guiños y tics locales, en esta ocasión ¿también será así?
El texto es una dramaturgia teatral con coreografía, luces, sonido, iluminación,… donde no puedo improvisar demasiado. Pero siempre queda un hueco para un guiño a la actualidad o al lugar donde estoy. Me gusta que la gente entienda que no ve una obra que podrá verla en otro sitio sino que está viendo algo que es único y si lo ve en otro escenario, no será igual. Lo que ocurre es que esos pequeños cajones que yo suelo guardar para cualquier función en Dos Hermanas se convierten en grandes arcones ya que no es que conozca cuatro o cinco detalles sino que es mi pueblo. No me hace falta ni pensarlo sino que voy diciendo el texto y sé dónde puedo encajar una cosa u otra. Ya ha pasado con las otras dos obras y además, eso luego, colea en el pueblo durante dos o tres semanas y eso… ¡me encanta!
Por el título, «El buen dictador», ¿podríamos decir que es la obra más políticamente incorrecta?
Bueno yo diría que las tres son políticamente incorrectas. Y con lo que están demostrando los políticos… este campo, el de la política, es un terreno bien abonado para la comedia. El humor que me gusta hacer es el que está al filo del precipicio, que parece que me voy a matar en la broma pero después salgo vivo. Yo digo que la gente va a ver a los trapecistas porque hay riesgo de caerse: me explico, no es que tú quieras que el chiquillo se caiga y se mate, no, pero existe un riesgo porque está a 15 metros de altura y eso es lo emocionante. Con el humor que propongo pasa lo mismo, me meto en algún charco, encantado de meterme y después salgo con habilidad. Se habla de los límites del humor pero es la herramienta para saltarse los límites, saltarse cualquier censura y salir vivo de ella. Para eso está el doble sentido, la ironía, el sarcasmo,…
El rey era el poder terrenal; el santo, el de los bajos fondos; y el dictador, tiene el poder desde las alturas, es ese Dios del Antiguo Testamente conservador, el de las cosas de toda la vida, el de como Dios manda, el que mandaba plagas, el que te castigaba,… que se acerca a la corriente populista de mano dura, apretar tuercas, de los puntos sobre las íes de los Trumps, Le Pen, los Vox,… que creíamos que era exagerado pero no, la realidad ha vuelto a superar a la ficción y nos han adelantado por la derecha, nunca mejor dicho.
Terminas en Dos Hermanas con esta obra pero te vamos a seguir viendo ¿en otros medios y sobre los escenarios?
Sí, próximamente estrenaremos «El gran emigrante». Cada dos años o así estrenamos obra teatral y ya tocaba. Además, seguiré en la radio y desde hace un tiempo también nos asomamos a la ventana nacional. Nos gusta contar historias y hacer reír y pensar a la gente; el teatro me da unas cosas y la radio y la televisión, otras. Eso es lo bueno de controlar todo de principio a fin gracias a la productora que creamos en 2007; nos permite tomar nuestras propias decisiones de todo y además nos atrevemos con terceros como por ejemplo, Ismael Lemais e Isa. Llevo mucho tiempo hablándole a Andalucía y cada vez más a nivel nacional. Pero también te digo que, ojalá más pronto que tarde tenga buenas noticias para Canal Sur, a la que considero mi casa.