El día en que toda Sevilla miraba al Cortijo de Cuarto para saber si habría toros en la feria

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Cortijo de Cuarto
Caserío del Cortijo de Cuarto, en cuyos alrededores pastan los toros bravos de la ganadería Miura. A fecha de hoy aún no se sabe si serán llevados o no a la Maestranza para las corridas de la feria de abril.

1909

Primeras figuras como Bombita y Pepete se niegan a torear miuras. En los campos de Dos Hermanas Eduardo Miura aclara si habrá corridas en La Maestranza en 1909

Reina el desconcierto y la incertidumbre entre los amantes de la fiesta nacional. La feria de Sevilla de 1909 corre serio peligro de celebrarse sin corridas de toros en la Maestranza, al continuar enquistado el conflicto entre un grupo de famosísimas figuras del toreo (que han boicoteado a los Miura) y los ganaderos, que se niegan a vender toros a aquellas empresas que tengan contratados en sus carteles a los toreros díscolos, encabezados nada menos que por Ricardo Bomba “Bombita”, Rafael González “Machaquito” y José Claro “Pepete”. El enredo es tan monumental que este periodista se ha lanzado a la calle a contrastar puntos de vista y ha acabado visitando el Cortijo de Cuarto, propiedad de quien puede tener la llave para solucionar este escándalo: el ganadero Eduardo Miura. Pastando en los campos de Dos Hermanas esperan sus toros bravos a que se resuelva este conflicto.

¿Qué quieren los toreros?

Todo comenzó el pasado 14 de noviembre de 1908, cuando el periódico “El Imparcial” publicó una carta en la que los principales toreros reivindicaban una subida de sus honorarios si en la feria de abril les tocaba salir al ruedo con toros de la divisa verde y grana. Justificaban esta reivindicación por tratarse de toros excesivamente bravos y peligrosos, incompatibles con el lucimiento de su faena. Seguro que sobre esta decisión pesa la muerte, hace dos años en Sanlúcar de Barrameda, del diestro Faustino Posada, víctima de las cornadas de “Agujeto”, otro miura.

Ante este panorama, la reacción de los ganaderos fue unánime: no proporcionarían toros a aquellas empresas que tuvieran contratatado a alguno de los toreros firmantes. El problema es que las empresas hace tiempo que tienen firmados sus contratos con los diestros y no lo pueden romper. En el caso de “Pepete”, le han ofrecido rescindirlo. Pero el torero ha declinado la oferta diciendo que él torea y cobrará por ello “porque está contratado”. Conclusión: a fecha de hoy no hay corridas a la vista. 

Todo el mundo opina

Sevilla está dividida en dos bandos. Nos hemos pasado por la taberna de Abelardo, en Reyes Católicos, donde se ha suscrito un pliego que defiende a los diestros y fustiga a los ganaderos por este histórico pulso; la actitud es la contraria en la taberna de Carlos Antequera, frente a la catedral, donde se recogen firmas en contra del “trust” de toreros. “Si el torero se achica ante un miura, el toro se da cuenta y va a por ti”, opina un aficionado. Allí nos encontramos a Antonio Carmona “Gordito”, famoso ex matador de toros que da la razón a Miura y dice que en sus tiempos “no ocurría esto”. Recuerda que él estuvo siete años sin lidiar toros de Muruve porque esta ganadería le echó un toro “tan sumamente meneado” que le hizo quedar muy mal “y a poco me cuesta la vida”. Decidió no torear aquellas reses, pero nunca hasta el atrevimiento de hacerlo público. Sólo lo comunicaba a las empresas que le proponián torear reses de aquella vacada. 

Cortijo de Cuarto
Apoyado en un muro del cortijo, posa el dueño de la ganadería, Eduardo Miura, contra quienes se han asociado principales toreros.

¿Este enredo tiene solución? ¿Se quedará Sevilla sin corridas por primera vez en la historia? La solución está en Dos Hermanas, adonde toda España mira estos días. Nos acercamos al Cortijo de Cuarto, donde nos recibe, con la amabilidad que acostumbra, Eduardo Miura, el de las populares patillas. El reputado criador de toros y riquísimo labrador se muestra aún más firme en su postura conforme pasan los días: entiende que le asiste toda la razón. Ni él ni sus ganaderos asociados facilitarán toros si son lidiados por esos toreros pusilánimes que temen a los Miura. Para que no haya lugar a confusión, estas han sido sus palabras exactas: 

– El que la armó, que la desarme. Mi conciencia está tranquila. Yo no he molestado a nadie y a nadie he de desagraviar. 

Urge, por tanto, una asamblea a la que acudan todas las partes y pongan fin a este maremagnum que no deja dormir a los sevillanos. 

Nota aclaratoria

Finalmente se avino a un acuerdo y Pepete toreó en la corrida final de la feria, siendo cogido gravemente por un miura. Un año después, en 1910, murió desangrado en Murcia, al cornearle la femoral el toro “Estudiante”, de la ganadería Parladé.