Antonio Luis Troya talló a Santa Ángela de la Cruz para la ciudad
El escultor imaginero Antonio Luis Troya Román ha finalizado su última obra. Se trata de un Ecce Homo de busto, una escultura tallada en madera de cedro y policromada al óleo.
Entre las características, Antonio Luis Troya nos cuenta que «aparece la imagen de Cristo labrada hasta el pecho, con los estigmas propios de su iconografía, llena de heridas tras el sufrimiento de la flagelación. Gira su dulce rostro hacia el lado derecho, dejando caer levemente la mirada con expresión fuerte y valiente. Una mirada que busca la comunicación con los fieles».
Además, continúa exponiendo que la cabeza se encuentra ligeramente inclinada y la boca entreabierta, que deja ver maxilares y lengua, marcando con realismo la acción de hablar a quien la contemple. «La nariz, de morfología judía, aguileña y sus ojos, de color miel, están abiertos y cansados, sufridos y agonizantes al borde de la rendición, con el entrecejo fruncido y dolorido».
Más características
Se pueden también observar en este Ecce Homo las heridas provocadas por las espinas de su corona, que es grande e irregular, realizada en acacia. El sudor se mezcla con la sangre que emana todavía de las sienes y la frente. Los cabellos, guiados por dicha inclinación de la cabeza, se organizan en grandes mechones pegados al rostro, pero siempre dejándolo despejado. La barba es bífida en su extremo.
En lo que a policromía se refiere está realizada íntegramente por Antonio Luis Troya Román, en óleo desde el propio estuco, a base de transparencias, veladuras y pátinas, acentuando todos los detalles de la Pasión de Jesús.
El artista nos dice que «cuando realizo una imagen sólo tengo un objetivo claro y es que esta debe tener unción divina, tiene que transmitir, emocionar e invitar a rezar. Me siento orgullos y nervioso a partes iguales, cada vez que termino una obra y es como si fuera la primera».
El Ecce Homo de busto tiene como destino la Capilla de una hacienda.