El nazareno Antonio Asencio, cuarto de toda España en el PIR

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Antonio Asencio

Antonio Asencio lleva desde 2018 preparándose esta prueba, ahora espera la elección de plaza y confía en quedarse en Sevilla

Todo esfuerzo tiene su recompensa. Eso lo sabe bien el joven nazareno Antonio Asencio Cintas. A la cuarta ha sido la vencida. 

Antonio Asencio ha conseguido, por nota, ser el cuarto en el examen del PIR (Psicólogo Interno Residente), el equivalente del MIR para los médicos.

Ha vivido toda su vida en la calle Real Utrera aunque con 16 años se trasladó a la barriada de La Motilla. Ha estudiado en el colegio La Loma.

Antonio Asencio es el mayor de tres hermanos. Su hermana tiene dos años menos que él y es publicista, trabaja en Madrid. Su hermano pequeño, a punto de cumplir los 14 años, quiere ser futbolista, «exactamente como yo a su edad», indica.

Y es que, a Antonio Asencio, siempre le han gustado los deportes. De hecho, jugó al fútbol, en diferentes equipos de la ciudad, durante nueve años. Lo dejó al entrar en la universidad pero se matriculó en el gimnasio.

Su padre se dedica  a temas inmobiliarios y su madre es Trabajadora Social sanitaria en un centro de salud. 

Desde que nació es hermano de la Oración en el Huerto, en cuya cofradía salió un par de veces de monaguillo y otras tantas de nazareno.

Antonio Asencio responde a nuestras preguntas:

¿Cuándo y por qué decides estudiar Psicología?

Para ser honesto, mi objetivo durante el Bachillerato nunca fue estudiar Psicología, sino Enfermería. El problema es que en selectividad no me llegó para acceder a ella, y tras una profunda reflexión, llegué a la conclusión de que mi objetivo era ayudar a la gente y también podía hacerlo siendo Psicólogo, así que decidí probar suerte y ver qué tal.

¿Cuál es tu objetivo profesionalmente hablando?

Mi objetivo es que la persona que espera mi ayuda no sólo se sienta mejor cuando salga que cuando entre en la consulta, sino también que se sienta con mayor capacidad de dominio de su situación. Quiero empoderar a mis futuros pacientes, aunque soy consciente de que habrá situaciones realmente complicadas y los cambios no sucederán rápidamente. Roma no se construyó en un día.

Has conseguido la cuarta nota más alta de entre más de 4.000 personas que se han presentado al examen de Psicólogo Interno Residente (PIR), ¿qué significa para ti?

Es algo realmente difícil de procesar. Para los que hemos estudiado el PIR, los que lo consiguieron, los que siguen, y los que lo abandonaron, todos sabemos que es una oposición realmente difícil. 

El PIR requiere paciencia y disciplina como herramientas básicas para un hipotético triunfo en el futuro, y recalco lo de “hipotético”, porque ni siquiera te lo garantizan al 100%. Al final te lo juegas todo en 4 horas y media. Es demasiada presión. 

Al ser algo tan difícil de procesar ser el número 4 de España, con total sinceridad digo que lo que siento es más alivio que euforia, pero también estoy muy contento, por supuesto.

Además, eres uno de los pocos andaluces en haberlo conseguido…

Realmente no tengo claro el número de andaluces que lo hemos logrado, no sé si somos pocos o si somos más que otros años. Lo que sí sé es que somos muchísimos los que nos hemos presentado al examen. Pero sí, al final el balance de personas con plaza y personas sin plaza es desmedido, si mal no recuerdo, 1 de cada 23.

En  esta edición del examen del PIR han conseguido plaza dos chicas también de Dos Hermanas, ¿os conocéis?

¡Claro que sí! Macarena González Álvarez es la número 36, está casada y tiene un niño. Su historia es tremenda, pocas veces he visto semejante ejemplo de superación, se merece la plaza como nadie. Lucía Sanguino Osuna es la número 100 y su trayectoria es más similar a la mía, al tiempo de opositar descubrí que su novio era amigo íntimo mío de la infancia, así que hemos coincidido bastante ella y yo y hemos hecho muy buenas migas. No obstante, les tengo a las dos un respeto y un cariño inmensos. Los tres nos merecíamos la plaza y así ha sido, gracias a Dios.

¿Cuánto tiempo has dedicado a preparar esta prueba?

Comencé a estudiar en serio en agosto de 2018, hasta enero de 2022. Tres años y medio y cuatro convocatorias. En la primera quedé el 1.296, en la segunda el 795, en la tercera el 318 y en esta he sacado la plaza.

A partir de ahora ¿qué?

Pues toca esperar y descansar. En un mes o más se hará la elección de plaza, así que de momento estoy mirando hospitales, sopesando diferentes opciones. Pero creo que al final me quedaré en Sevilla. Me tira mucho mi tierra.

¿Piensas en algún máster o especialización?

Los profesores de la academia en la que estudié, APIR, nos recomendaron concentrarnos el primer año de residencia en aprender, observar y empaparnos bien de conocimientos de la práctica clínica. 

Así que este primer año no haré nada al margen de esto. Además, cuando pasen los cuatro años de residencia, ya seremos facultativos especialistas en Psicología Clínica. 

También durante la oposición me saqué un Curso de Experto en Mindfulness y un Máster con mi academia, así que en ese aspecto creo que de momento estoy bastante cubierto.

¿Dónde te ves dentro de unos 10 años?

Quiero pensar que de adjunto en algún hospital o con puesto fijo, claro que para ello tendría que sacarme otra oposición y va en función de los puntos que tenga en la bolsa.

¿Cuáles son las cualidades que debe tener un buen psicólogo?

Bajo mi punto de vista, creo que la clave de un buen psicólogo es la descentralización de nosotros mismos. Durante el día, constantemente estamos pensando y actuando acorde a nuestras necesidades: «tengo que llegar a tiempo al trabajo», «necesito tanto dinero para comprarme los zapatos que me gustan»… Casi todo es yo, yo y yo, lo cual es saludable, por supuesto, tenemos que ser los protagonistas de nuestras vidas, pero creo que en terapia, el foco tiene que estar en lo que nos cuenta la persona, aislar e ignorar nuestras cuestiones personales, y en caso de hacer uso de nuestra perspectiva propia, que sea en pos de ayudar al cliente, y esto puede ser muy difícil de conseguir. 

A todos nos asaltan pensamientos intrusos sobre nosotros mismos cuando estamos con otra persona, y si su temática es importante para nosotros, pueden ser realmente complicados de obviar.

¿Algún profesional referente para tí en el mundo de la psicología?

Cuatro. A nivel personal, me acuerdo mucho de mis profesores de Clínica y de Tratamientos. Se llaman Pablo Rodríguez y Andrés Caballo. Son el espejo en el que yo me miraba cuando opositaba. Sus conocimientos de práctica clínica, las experiencias que compartían con nosotros de su trabajo, el trato personal que nos daban… 

Son cosas que te ayudaban a seguir adelante, que te levantaban en los días malos y te hacían ir más allá en los buenos, así que desde aquí quiero mandarles un fuerte abrazo y darles las gracias, y por supuesto, también al resto de profesores, pero a ellos dos en concreto.

A nivel más de fan, me gustan mucho los trabajos de Jacobson y Barlow. 

El primero elaboró la Terapia de Activación Conductual para la Depresión, la cual se basa en no esperar a estar bien para empezar a hacer actividades que nos llenen de verdad, en dar el primer paso aun estando mal. 

El segundo propuso la perspectiva transdiagnóstica en la práctica clínica. Ésta trata de ofrecer un tratamiento con principios comunes a diferentes trastornos, en lugar de un tratamiento para cada trastorno. 

Por ejemplo, si antes para un trastorno depresivo, un trastorno de ansiedad y un trastorno somático se requerían tres tratamientos, uno para cada trastorno, la orientación transdiagnóstica de Barlow engloba estos tres tipos de trastornos con un protocolo unificado más global. 

Esto aligera la carga sanitaria, te permite tratar conjuntamente a personas con diferentes patologías y que mejoren en grupo. Es bastante innovador y desde mi punto de vista, el futuro de la Psicología Clínica.

Con la pandemia se ha utilizado mucho los medios digitales, ¿crees que la terapia psicológica on line es efectiva?

Sí, es efectiva y está demostrado científicamente para algunos trastornos, por ejemplo, en el caso del trastorno de pánico, tiene un buen nivel de eficacia según estudios recientes. 

Sin embargo, a mucha gente no le sirve y creo que, mientras sea posible, hay que priorizar el tratamiento presencial.

Ir al psicólogo o al psiquiatra ha sido muchos años un tema tabú, ¿ha evolucionado esta cuestión?

Muy lentamente, pero creo que sí. Cada vez veo más jóvenes con menor pudor a decir que van al psicólogo. Yo mismo durante mis años de oposición asistí. Aunque aún seguimos en pañales. 

Al final, el bajo número de plazas PIR no es más que un reflejo de la desinformación a nivel gubernamental sobre la situación psicológica del pueblo español, y esta desinformación también se traduce en hacer de ir al psicólogo o al psiquiatra un tema tabú. 

Queda mucho por hacer y por conseguir.

¿Cuándo debemos buscar la ayuda de un psicólogo? ¿Cuáles son los síntomas que nos deben alertar de esta necesidad?

Es una buena pregunta. La mejor respuesta para ello es la situación personal de cada uno. No me atrevería a dar una respuesta genérica. 

Yo creo que al igual que el cuerpo humano lleva a cabo funciones de superviviencia de forma automática e inconsciente, también pide ayuda si no estamos bien a nivel psicológico. Sólo tenemos que atrevernos a escucharlo y darle lo que necesita.

¿Vivimos en una sociedad en la que cada vez se padecen más enfermedades mentales?

Desafortunadamente creo que sí. La celeridad del progreso tecnológico nos hace estar cada vez más al día de la novedad, esto implica ser conscientes de que hay muchísimas cosas que vemos en redes que nos gustan y no tenemos, y lo peor: que nos hacen creer que necesitamos. 

Es un arma de doble filo, el claro ejemplo es Instagram. Estoy convencido de que genera depresión; nos va esculpiendo unos estándares de idoneidad que nunca llegamos a alcanzar. 

Inconscientemente nos comparamos con los demás, salimos perdiendo y olvidamos que probablemente la vida de esta persona que estoy viendo en la pantalla no es tan genial, sino que simplemente lo que veo es lo mejor que le ha pasado hoy.

¿Es necesario entrenar la mente para evitar padecer ciertas enfermedades?

Creo que estaría bien tener ciertas nociones básicas de salud mental. Tanto como un entrenamiento mental específico para evitar la aparición de enfermedades… No está de más, aunque no lo veo estrictamente necesario. Priorizaría algo mucho más básico como atrevernos a escucharnos a nosotros mismos.

¿Todo el mundo debería acudir al psicólogo al menos una vez al año?

No tiene por qué. Si la persona funciona bien en las diferentes áreas de su vida: familiar, laboral, académica, social, otras actividades… no hay necesidad de asistir al psicólogo, salvo si la persona considera que es necesario. A veces aunque todo parezca ir bien por fuera, la persona puede no estarlo por dentro.

Bajo tu punto de vista, ¿cómo ha afectado la pandemia a las personas?

La pandemia ha supuesto un daño a la salud mental en varios aspectos. 

En el aspecto emocional, supone una amenaza para nuestra integridad, esto provoca miedo y sentimientos de indefensión, ya que a corto plazo no podemos hacer nada para solucionarlo, salvo seguir instrucciones.

A nivel funcional, nos limitaron bastante el rango de actividades que podíamos hacer. Dejamos de poder ir a tomar algo con los amigos, visitar a nuestros familiares, salir con la pareja…

Pero no debemos olvidar que también han aflorado aspectos positivos en la sociedad. Ahora somos más resistentes, otorgamos más valor a la vida, valoramos que cada momento con nuestra gente es un regalo, que nos puede ser arrebatado tan fácil como hemos visto estos últimos meses. Creo que somos más fuertes y más sabios.

¿Algún consejo para afrontar la situación actual que vivimos?

Pues sí, una metáfora terapéutica que mi terapeuta me propuso aplicar en mi vida mientras opositaba. Imaginemos que estamos rodeados por tres círculos concéntricos, uno dentro de otro. 

El que nos rodea más próxima y directamente es el más pequeño. Todo lo que ocurre o deja de ocurrir en este círculo podemos controlarlo, por ejemplo, estamos en el sofá y elegimos si levantarnos o no a por una chocolatina. 

El segundo círculo engloba al primero, es algo más grande, y lo componen un abanico de situaciones sobre las que tenemos cierta influencia pero no un total gobierno. 

Un buen ejemplo es la elección de decirle a la persona de la que estamos enamorados nuestros sentimientos hacia ella. No podemos controlar si estos sentimientos serán correspondidos, pues esto depende de la otra persona, pero sí podemos intentarlo, podemos provocar su respuesta, y eso ya es tener cierto control de la situación. 

El tercer círculo contiene los 2 primeros, es gigantesco y está compuesto por todas las cosas de nuestra vida que nos afectan pero sobre las que nosotros no tenemos ningún poder o este es escaso. 

Por ejemplo: la política del país, el hambre en el mundo, la propia pandemia…Son cuestiones que nos preocupan y nos pueden llegar a desesperar, pero debemos darnos cuenta de que nos sobrepasan y de que, probablemente, estrategias como la aceptación o el dedicar a pensar en ello un tiempo limitado al día pueden ser más beneficiosas para nuestra salud mental que enfrascarnos en ellas.

La guerra en Ucrania, la ayuda humanitaria, la acogida de refugiados… ¿cómo afecta esta situación a la población general?

Obviamente supone una preocupación extra. Creo que el pueblo español hace muy bien en socorrer a Ucrania, pero también recomendaría no consumir en exceso información sobre el tema, pues no hay que olvidar que venimos de una pandemia. 

Sería más efectivo ver menos las noticias de forma pasiva e informarnos más sobre qué podemos hacer para ayudar.

¿Cree que Dos Hermanas es una buena ciudad para vivir?

Dos Hermanas es una ciudad muy cómoda. Está a 10 minutos de Sevilla en coche, es grande y tiene diferentes sitios donde ir a pasarlo bien. Sí, me parece muy buen sitio para vivir.

Si no hubiera sido psicólogo, ¿qué otra profesión hubiera elegido?

Probablemente hubiera intentado entrar en Enfermería haciendo otra vez selectividad. No obstante, estoy muy feliz con haberme quedado en Psicología y deseoso de empezar la residencia, aunque nos recomiendan descansar hasta que empiece.

Antonio Asencio aconseja ver menos las noticias de forma pasiva e informarnos más sobre qué podemos hacer para ayudar en referencia a la guerra en Ucrania.