Enrique Crespo Ponce es un importante y conocido empresario de nuestra ciudad
Ya es sabido que estamos embarcados en un trabajo sobre los viejos comercios de Dos Hermanas. Mientras lo realizamos, algunos puede que aparezcan en estas páginas. Y hoy vienen a ellas el de unos conocidos empresarios de nuestra localidad, los Crespos, fijándonos singularmente en uno de ellos, Enrique Crespo.
Nace Enrique Crespo Ponce el 14 de noviembre del año 1943, hijo de los nazarenos Enrique Crespo Romero y María Ponce Ramos. Sus abuelos paternos se llamaban José y Cipriana, siendo el primero natural de Mairena del Álcor, la hermosa villa de los Alcores, que, como toda la comarca, reza al Cristo de la Cárcel. Por otro lado, sus abuelos maternos eran Francisco y Dolores, ambos nacidos en Dos Hermanas. El matrimonio de los padres de nuestro personaje fue muy prolífico pues tuvo nada más y nada menos que siete hijos que fueron María, José, Dolores, Rosario, Luisa, él mismo y Mercedes.
En cuanto a su vida estudiantil, fue, verdaderamente, algo agitada, teniendo la particularidad de que siempre hizo sus estudios en colegios de la Iglesia. Entró, en primer lugar, en párvulos en el colegio nazareno de la Sagrada Familia de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Luego, pasó al también colegio de nuestra entonces villa de San Hermenegildo de los Padres Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, vulgo ‘Los Frailes’, donde permaneció desde los cinco a los diecisiete años. Y, por último, entró interno en el colegio de Nuestra Señora del Águila de la Congregación de San Francisco de Sales, vulgo Salesianos, de la vecina ciudad de Alcalá de Guadaíra, que se sirve de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, del antiguo Convento de este nombre de Padres Carmelitas de la Antigua Observancia, vulgo Calzados. Allí conoció a Don Luis Valpuesta Cortés, sacerdote salesiano cuyo proceso de beatificación se encuentra abierto. En este último colegio permaneció desde los dieciocho a los veinte años.
Posteriormente, hizo el servicio militar en Sevilla en Infantería en el Regimiento Soria IX.
Nuestro hombre, casó con la nazarena María Dolores Domínguez Sánchez, hija de Sabino Domínguez Jiménez y Dolores Sánchez Castro, ambos de la ya citada Mairena del Alcor.
El matrimonio ha tenido tres hijos: Mercedes, que trabaja en el registro de la propiedad, casada con José Manuel Rodríguez Velasco que labora en una empresa de electricidad y son padres de Mercedes, Manuel, Jesús y Lucía; Enrique, contable, casado con Silvia Castro Mejías, dedicada a sus labores, padres de María y Ana y Alfonso Jesús, administrativo, casado con Verónica Montero Ortiz, que trabaja en una óptica y son padres de una única niña de nombre Nazaret.
Entre las aficiones de nuestro hombre, se encuentra el fútbol siendo el equipo de sus amores, como el de tantos nazarenos, nuestro Real Betis Balompié. Además jugó de joven en el Club Deportivo Valme.
Pero, como siempre, nos interesa saber el mundo de las mentalidades de nuestro entrevistado, sus amores y devociones religiosas. Enrique Crespo ha pertenecido a dos cofradías, a Vera-Cruz y a la Amargura. En la segunda, incluso llegó a ser tesorero durante el mandato de don Manuel Contreras de Soto, hermano mayor que fue de la cofradía de la Reina de la Tarde del Viernes Santo y último alcalde del Franquismo en nuestra ciudad (31-VII-1975 a 19-IV-1979). Mas, sobre todo, junto con su esposa, se confiesa gran devoto de Nuestra Señora de Valme, conservando en su casa en Las Infantas un bello y grande retablo de Nuestra Protectora y Patrona de Nuestro Excelentísimo Ayuntamiento, que merece ser contemplado y que ya traeremos a estas páginas. Del mismo modo, igualmente, su educación con los Salesianos ha dejado una gran huella en él y es un gran devoto de María Auxiliadora, como lo es de muchos que hemos estudiado con los hijos de San Juan Bosco.
Pero, hasta ahora no nos hemos centrado en el negocio, que, en esta ocasión hemos dejado para lo último. En primer lugar hay que decir que el polvero es muy antiguo. Estaba abierto ya por su padre en la Guerra Civil. De tal manera, que en él las tropas nacionales metieron los tanques cuando conquistaron la villa, anécdota curiosa y, a la vez, llena de un significado político que nos retrotrae a nuestra contienda.
Y hay que decir, por otro lado, que, en el polvero se vendía de todo: cal, cemento, arena, áridos, uralita, yeso, viguetas, ladrillos, azulejos, losas, etc.
También, hay que tener en cuenta que se trataba de una fábrica de bovedillas. La fabricación sucedía de la siguiente manera: con un molde y una vibradora se hacían bovedillas con albero lavado, la granza del albero y el cemento. El padre con su primo segundo José Mauri García empezó haciendo las pruebas con el albero. Lo echaban en un cubo con agua y lo removían. Entonces esa agua antes de que se asentara la echaban a otro cubo. Esperaban a que se secara y una vez seca rústicamente lo hacían polvo y con ese polvo ligándola con cal y agua pintaban.
Mas, también es importante otro proceso muy complicado, el de la fabricación del ocre, que, con nuestras cortísimas luces, vamos a intentar explicar. José Mauri García viendo que tenía efecto hizo las maquinarias. Realizó una torba para lavar el albero. Por un lado, salía la granza, por otro el albero ya lavado y abajo se quedaba el agua con el polvito que era el ocre. Luego, se evaporaba por unos canales e iba a los pilones y de allí se evaporaba y se convertía en fango. Una vez seco, se metía en las máquinas trituradoras y el polvo se mandaba a unas mangueras y allí salía la pintura, el ocre amarillo. Esa producción, la quería en su totalidad la fábrica Productos Químicos Sevillanos de Sevilla pero no se le vendía pues también se le proporcionaba a las empresas nazarenas. También, se sacaba el ocre en vez de amarillo, marrón o rojizo tostado. Era un producto que se podía hacer lo mismo ligándolo con aceite, con agua o con leche.
Otro punto curioso, es que el padre Enrique Crespo Romero poseía durante el Franquismo el Carnet del Sindicato Nacional de la Construcción, Vidrio y Cerámica, en la modalidad de Empresa de Derivados del Cemento. Se fecha el año 1968 pero el día y el mes son ilegibles. Como vemos, se trata de un carnet del sindicato vertical de tiempos del General Franco. En la dirección de la calle, vemos que pone el nombre de Fernando Fernández Martínez, nº 3 pues la vía tenía el nombre del popular y querido alcalde franquista de este nombre, conocido como ‘El Chato el Platero’.
A su vez, nos gustaría hablar de los empleados que han pasado por el polvero y tenemos que nombrar entre muchos a Manuel Benítez ‘El Rubio’ que estaba en el despacho de cal, Miguel Muñino Fernández, su hermano Celedonio Muñino Fernández, Joselito Ponce y su primo Miguel Ponce, Francisco Monge Cáceres, ‘El Cano’-que trabajaba de carrero-y Doblado – que laboraba de mulero-.
Por último, diremos que en el polvero existía una herrería y una carpintería. Además todos los días se llevaba cal a Sevilla y se volvía con carbón.
En fin, se trataba el polvero de un microcosmos dentro de ese macrocosmos que era Dos Hermanas, un microcosmos asaz complicado por lo menos para nuestra inteligencia. Era un pequeño mundo, un paisaje industrial y comercial en el que trabajaban muchos nazarenos de nacimiento o de adopción. Se trataba, desde luego, de un importante negocio que necesita de un estudio más extenso e intenso. Este pequeño artículo, es sólo un preámbulo al trabajo que prometemos que haremos más grande cuando podamos escribir una obra sobre nuestros viejos comercios, tarea en la que nos han embarcado y en la que, con la ayuda del que siempre ayuda, y la colaboración de comerciantes e industriales esperamos llegar a buen puerto.
Vale.