El Cabildo General de Elecciones será de 17.00 a 22.00 horas
El sábado, 16 de febrero, se celebrará Cabildo General de Elecciones en la hermandad de Valme. El lugar de celebración del Cabildo General de Elecciones será en la antigua Capilla del Ave María, de 17.00 a 22.00 horas.
El único candidato presentado es el actual hermano mayor, Hugo Santos Gil. Él responde a nuestras preguntas:
Han pasado cuatro años desde el último Cabildo General de Elecciones, ¿qué balance hace de su mandato?
El balance considero que es razonablemente positivo, siempre desde la prudencia y sin caer en triunfalismos. Hemos conseguido realizar la mayor parte de los objetivos y proyectos que nos propusimos hace cuatro años, si bien es verdad que hemos tenido un año más, ya que se prorrogó el mandato de la Junta de Gobierno que ahora cesa, debido principalmente a la conmemoración del 45º aniversario de la Coronación de la Virgen, que celebramos en 2018.
Se presenta a la reelección, ¿han quedado proyectos por ejecutar? ¿Cuáles?
Los proyectos materiales que planteamos se han logrado culminar de forma satisfactoria. Incluso, se ha llevado a cabo la reforma integral de las Reglas de la Hermandad, gracias también a la prórroga del mandato que antes mencionaba. Donde sí tenemos que profundizar es en los aspectos relacionados con la formación (en la línea que nos pide hoy la Iglesia) y, en particular, conseguir atraer a la juventud a la vida de la Hermandad, más allá de las fechas señaladas de octubre. Otro reto sigue siendo el de aumentar el número de hermanos, pues la Hermandad tiene pocos en relación con el gran fervor que suscita nuestra Protectora. En los tiempos que corren, hay que crear conciencia de que la Romería, y en general la devoción a la Virgen de Valme, como principal referente de Dos Hermanas, es cosa de todos, y todos hemos de responsabilizarnos en este sentido, sin desdeñar el papel insustituible que –por historia y por derecho– le corresponde a la Hermandad. Todos debemos «ser de Valme», si queremos que perdure y se engrandezca cada vez más esta crucial seña de identidad de nuestro pueblo. Lamentablemente, hoy que todo se cuestiona y se tiende a diluir, en no pocas ocasiones esto no se entiende, ni se considera, ni se respeta, e incluso hay quienes llegan a denostarlo, algo desde luego inexplicable y deplorable, pues todos sin excepción deberíamos sentirnos orgullosos de lo que supone y representa la Virgen de Valme para Dos Hermanas.
¿Qué otros nuevos quiere poner en marcha una vez resuelto el Cabildo General de Elecciones?
Desde el punto de vista material, sigue habiendo algunas obras y restauraciones que acometer, tanto en las dependencias del Ave María como en la Ermita de Cuarto: por ejemplo, su retablo está en deficiente estado de conservación y hay que restaurarlo más pronto que tarde, para lo cual será necesaria una fuerte inversión que la Hermandad no puede afrontar en solitario. Tenemos mucho patrimonio que mantener y conservar, pero pocos recursos económicos, pues una considerable parte del esfuerzo en este sentido la consume la Romería. Otra cuestión importante es seguir avanzando en todo lo relativo a la difusión y promoción de la Romería, así como acercar y extender la devoción a nuestra Celestial Protectora por los nuevos barrios y zonas de expansión de Dos Hermanas, ahora que se cumplen los 150 años de la venida definitiva de la Virgen al pueblo. En cuanto a la organización de la Romería, hay que hacer una labor –digamos– de pedagogía, de saber comunicar y transmitir, porque en los últimos tiempos están imponiéndose actuaciones y decisiones por parte de las autoridades públicas que trascienden a la competencia de la Hermandad, y que ésta ni las promueve ni necesariamente las comparte, aunque no tenga más remedio que acatarlas. En este tema hay que mejorar y para eso será imprescindible llegar a un entendimiento plausible con las Administraciones Públicas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que tienen la responsabilidad de organizar todo el dispositivo que la Romería requiere por razones de orden público, prevención y seguridad.
Estar al frente de una hermandad como la de Valme no debe ser tarea fácil…
La tarea, ciertamente, no es fácil. La de Valme siempre ha sido una hermandad diferente, que se caracteriza por tener una singularidad propia, no siempre comprendida ni aceptada. Sobre Valme opina todo el mundo, aunque pocos conocen la realidad interior de la Hermandad, con sus peculiaridades y complejidades. De ahí la importancia de incrementar el número de hermanos, reforzar el vínculo con el pueblo y crear esa conciencia de responsabilidad común a la que antes me refería, sin suspicacias ni recelos por parte de nadie. Pero también es verdad que se trata de una labor de conjunto, que no sería posible sin la estrecha colaboración de los miembros de la Junta de Gobierno, y de muchos hermanos y devotos que sabemos que están siempre ahí, a disposición de lo que requiera la Hermandad. Aprovecho para expresar mi agradecimiento a todos cuantos nos ayudan en esta ardua pero a la vez gratificante labor de trabajar en pro de una corporación que, sobre todo, tiene la alta misión de ensanchar los horizontes de una devoción tan generosa y perdurable como la que, durante siglos, se ha acrisolado en torno a la Virgen de Valme.
¿En qué momento diría que se encuentra la Corporación?
Considero que la Hermandad se encuentra, afortunadamente, en un momento de estabilidad y con ilusionantes proyectos de futuro: por ejemplo, en este próximo mandato comenzaremos a preparar el Cincuentenario de la Coronación Canónica de la Virgen, una efeméride importante no sólo para la Hermandad, sino para todos los nazarenos, que pueden y deben hacer suya esta conmemoración. Venimos siguiendo una misma línea de trabajo desde hace ya casi veinte años, durante los cuales se ha apostado por la continuidad en las sucesivas Juntas de Gobierno, consolidando una forma de hacer las cosas desde el rigor y la constancia, con sus aciertos y errores. Sin duda, todo es mejorable, como cualquier obra humana, pero sinceramente creo que esta forma de trabajar ha dado y sigue dando buenos frutos. La Hermandad ha crecido en todos los sentidos y, gracias a lo mucho que se ha conseguido, ahora se puede permitir afrontar otros retos.