Emilio Bueso hablará sobre la temática de este año: «Inspiraré temor»
Emilio Bueso será el encargado de ofrecer la conferencia inaugural del Encuentro de Literatura Fantástica, el próximo sábado, a las 10.00 horas, en el Centro Cultural La Almona.
Bajo el título «Inspiraré temor» Emilio Bueso abrirá estas jornadas que este año van dedicadas a la literatura de terror.
El conferenciante cumple 45 años este Halloween, es ingeniero de sistemas y lleva más de una década compaginando su carrera con el ejercicio de la literatura. Emilio Bueso ha publicado seis novelas, ha sido ganador de varios premios y ultima el lanzamiento de la entrega con la que cierra su trilogía fantástica «Los ojos bizcos del sol».
Toda su obra es ficción especulativa pura y dura, en la que destacan especialmente la narrativa de terror vanguardista y los futuros sombríos. Casi todas sus principales influencias son anglosajonas.
Emilio Bueso responde a nuestras preguntas:
Será el encargado de la conferencia inaugural del Encuentro de Literatura Fantástica bajo el título «Inspiraré temor», ¿van a ser sus palabras «terroríficas»?
Voy a hablar de la literatura de terror como artefacto, de sus resortes internos, su historia y sus tendencias así como su proyección de futuro. Habrá un par de momentos terribles, sí; en parte porque pienso implicar al público y en parte porque estoy como una cabra.
¿Qué le atraía de la narrativa de terror para imbuirse en ella?
Tú no escoges trabajar la literatura de terror, es la literatura de terror la que decide si va a trabajar contigo. Nadie se levanta en sus cabales un día por la mañana y se planta frente al teclado diciéndose «vamos a ver a quién puedo horrorizar hoy», es algo mucho más interno, casi de psicoanalista: lees unas novelas y ves unas películas que te marcan casi tanto como el telediario, fraguas así tus miedos, los maduras, empiezas a darles forma y, cuando luego arrancas un discurso narrativo propio, lo más probable es que vayan surgiendo por sí solos todos tus fantasmas, los quieras dejar pasar o no. Si te sale un relato luminoso y dulce es que no estás en esto, mientras que si siempre se te apoderan tintes oscuros y terribles pues será que lo llevas en la sangre. Y eso significa que mucha gente te mirará preguntándose qué cosas espantosas te hicieron de pequeñito, cuando lo único que sucede es que eres especialmente sensible a unos estímulos en concreto y, como cualquier otro autor, le das al público lo que has visto y leído.
¿Cuál es el punto de partida a la hora de escribir una novela de terror?
Un buen pirómano puede hacer saltar una chispa con casi cualquier cosa. Hay aspectos terribles en casi todo lo que nos rodea y mi trabajo es encontrarlos y emplearlos para trabajar el miedo. Cosas tan naturales como envejecer, viajar, sacar a pasear el perro por la noche, hablar con gente que atraviesa situaciones difíciles, enfermar, lo que puede hacerte un visitante anónimo si cuelgas una foto determinada en tus redes sociales, ese vecino tan raro que tienes… Todas esas cosas aparentemente seguras y afables a menudo no lo son, o pueden dejar de serlo de forma inesperada. Si las estrujas un poco se bastan solitas para hacer que surja la bestia y se despliegue la magia. Muchos autores sólo tiramos de ellas un poco, hasta que son ellas las que tiran de nosotros y cuentan su historia.
Puede ser un género al que muchos no se acerquen porque provoca temor, ¿qué otras sensaciones puede provocar en el lector?
Rechazo frontal. Es uno de los géneros literarios más esquivados por el gran público, sí. Hay muchas personas que huyen de estos libros como de la peste… ellos se lo pierden.
Lo cierto es que abordar el miedo a menudo resulta terapéutico y abre vías de reflexión y de introspección que pueden ser de ayuda a la hora de entender mejor el mundo, de entenderse mejor a uno mismo… A muchos lectores les aporta beneficios emocionales y placeres únicos asomarse al lado oscuro de las cosas. El miedo es una emoción muy intensa, hay poquitas experiencias que nos hagan sentir tan vivos como él.
¿Hay un público definido de este tipo de novelas?
Cuando empecé creía que el grueso del público lo componían hombres jóvenes y no tardé mucho en darme cuenta de lo equivocado que andaba. Ellas leen más. Punto. La gente mayor de este país, aunque no lo parezca, también se acerca bastante a estos libros, pero unos lo hacen buscando novela gótica, esto es, historias de fantasmas canónicas y de corte más clásico… y otros con la nostalgia de las novelas de a duro, que fueron las que popularizaron el género en la España de los años cincuenta. Por desgracia ahora mismo tenemos pocos cultores atacando esos dos nichos del género, por lo que me temo que estamos dejando desguarnecido un sector importante del mercado. Algo habrá que hacer.
En el cine ¿se valora más este género que en la literatura?
Es que el cine lo tiene mucho más fácil que la literatura para sobresaltar: te ponen un sonido estridente un segundo antes de que la cámara te escupa un plano terrible y tú saltas de la butaca. Los escritores no podemos hacer eso, tenemos que emplear resortes mucho más sutiles y sofisticados… pero eso nos permite llevar al público a unos sitios adonde el cine no puede llegar. La pena es que hace falta una determinada sensibilidad literaria para apreciar nuestros métodos, y eso es lo que está haciendo que el terror venda muchas palomitas y no tantas novelas.
¿Qué le parece que se dedique un Encuentro de estas características, que crece cada año, a la escritura de terror?
Me parece estupendo que el Encuentro de Dos Hermanas se haya decidido a centrar una edición en la narrativa de terror. Ha sido durante años la pata más ninguneada del mueble de lo fantástico y ahora ya es una de las que mantiene más firme la estructura. Tiene buen futuro y, para mucha gente, está casi por descubrir.