Fallece «Carmen la del kiosco» a los 87 años de edad

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Carmen la del kiosco

«Carmen la del kiosco» pasó toda su vida en Los Jardines

En la noche de ayer nos dejó Carmen Domínguez Martín, más conocida en nuestra ciudad como «Carmen la del kiosco». A los 87 años de edad, un fallo multiorgánico provocó el fallecimiento de «Carmen la del kiosco».

Sus restos mortales se encuentran en el tanatorio de Dos Hermanas, lugar en el que mañana recibirán un responso a las 10.00 horas. Sus hijos han comentado a este periódico que debido a las limitaciones de aforo, más adelante se prevé que se le dedique una Misa en la parroquia de Santa María Magdalena.

«Carmen la del kiosco» era una persona muy querida por los nazarenos. De hecho, hasta hace poco tiempo que paseaba por las calles de la localidad siempre había personas saludándola e interesándose por ella.

El kiosco de Paco

El apodo de Carmen le venía porque regentaba, junto a su marido (q.e.p.d.) el popularmente conocido como «kiosco de Paco», que se encuentra en la céntrica plaza de la Constitución.

Como ella misma nos contaba en una entrevista, realizada en el año 2017, «mi suegra puso un «tablerito» para chucherías y estábamos en la puerta de la Iglesia, mi cuñada y yo. Ese fue el principio del kiosco. Después del «tablerito» vino un «carrito» y luego un puesto, no como el de ahora».

Su vida ha sido el kiosco y así nos decía: «nosotros echábamos muchas horas. Se cerraba a las 2 o las 3 de la mañana y a las 5.30 o las 6 se abría porque teníamos que vender los periódicos. Trabajábamos mi marido y yo y mis cuatro hijos. Hacíamos turnos y bueno, pasábamos allí todo el día pero la verdad que a mí me gustaba. Y si había fiesta había que trabajar más pero me daba igual, yo estaba siempre contenta».

Y es que el carácter alegre y afable de «Carmen la del kiosco» era una de sus mejores cualidades. Además, se sintió muy contenta cuando el dúo Los del Río le dedicó el estribillo de una de sus sevillanas: «¡Ay qué salero tiene el puesto de Paco, ay qué salero! donde van los chiquillos a por caramelos».

«Carmen la del kiosco» ya descansa en paz. Su espíritu sigue presente en sus hijos alrededor de la que fue su segunda casa.