1905
Para paliar la situación de los jornaleros, el Ayuntamiento acometió obras y ahora no hay dinero para la velá
Resulta inconcebible que, a estas alturas del mes de julio, Dos Hermanas aún no se haya dispuesto a preparar su tradicional velá de Santiago y Santa Ana. Mas la coyuntura económica es tan extrema y delicada que, a fecha de hoy, la postura del Ayuntamiento es la de que, este año, de forma excepcional, los festejos se limiten al ámbito religioso: la procesión del Santísimo Corpus Christi el día 25, pero ni un triste farolillo.
La sequía tiene tintes catastróficos. No hay cosecha y no hay qué llevarse a la boca
La culpa de esta situación la tiene la pertinaz sequía que sufren los campos sevillanos desde la pasada primavera de 1905. La falta de lluvias, que por otro lado podría paliarse con la implantación de un sistema de regadíos, ha provocado una catastrófica hambruna entre los jornaleros de Dos Hermanas, de dimensiones que no se recordaban desde 1882.
En otras palabras: la sequía ha dejado sin trabajo a la mayor parte de los nazarenos, que en estos momentos no tienen nada que llevarse a la boca. El conocido articulista “Azorín” ha alertado, en el diario madrileño “El Imparcial”, de esta deseperada realidad que ha escandalizado al resto de España e incluso de Europa.
El alcalde reacciona
El Ayuntamiento de Dos Hermanas no es ajeno al sufrimiento de sus vecinos. Para dar trabajo a los jornaleros, el alcalde, Juan Castro Claro, decidió hace unos meses emprender obras en nueve calles y una plaza, intentando así remediar “la aflictiva situación de la clase jornalera de campo”. El consistorio no sólo agotó con este gesto gran parte de los fondos municipales, sino que también, como alertaba el concejal Alonso Caro en el último pleno, se dejaron de pagar cuotas a la Hacienda y a la Diputación, por lo que “no se debe pensar en festejos que ocasionen más gastos”.
Sin embargo, hay una luz para la esperanza. Al enterarse el vecindario de la suspensión de los festejos, un grupo de nazarenos (incluyendo a algunos almacenistas como José Varela o Fernando Varo) remitió el pasado 7 de julio un escrito al Ayuntamiento solicitando que, “tratándose de fiestas inmemoriales y que tanto agradan al vecindario como beneficios reportan a los industriales”, estas puedan celebrarse con la contribución “de la cantidad que sea necesaria para la instalación de casetas,colocación de banderas, riego, fuegos y farolillos”. Se expone, además, que este año los festejos taurinos programados (con los novilleros Martín Vázquez, “Corcito chico”, José Díaz y “Perchelero”) han de atraer a muchos forasteros.
Aún hay esperanza: unos vecinos proponen correr con los gastos para que se celebre esta antigua tradición
La propuesta ha abierto un debate entre los ediles, ya que, como argumentó uno de ellos (Jesús de Grimarest) la supresión de los festejos estaba motivada “por la carencia de fondos” y no para “privar caprichosamente al pueblo del recreo y esparcimiento honesto que disfruta en esos días”.
Dicho de forma más clara: si los industriales y vecinos más pudientes aportan las alrededor de 3.000 pesetas necesarias para sufragar las fiestas, ¿por qué no se han de celebrar?
La comparación con 1904
Desde luego, si las fiestas finalmente se llevan a cabo, en poco se parecerán a las del pasado 1904, verdaderamente históricas por su esplendor.
El Cabildo decidió entonces dedicar, en un lugar más espacioso que la céntrica plaza de Alfonso XII, un recinto exclusivo para las fiestas. Se instaló el ferial en la Huerta de San Carlos, propiedad de Jesús de Grimarest, e incluso se puso a disposición de los nazarenos un carretón impulsado por vapor para acercarlos a lugar tan retirado.
Como se aprecia en la fotografía, la exornación fue espectacular y el recinto gozó de atracciones nunca vistas en Dos Hermanas. Veremos, pues, qué pasa este año.