1990
Tras ser recluido en un campo de concentración en Madrid, llegó a Dos Hermanas en 1942. Ha fallecido a los 79 años
El pasado 16 de abril de 1990 falleció, a los 79 años, “Don Francisco”. Dos Hermanas ha perdido a uno de sus más reconocidos veterinarios. Hasta el último momento estuvo atendiendo animales en la consulta que tenía en su casa, en la calle Alcoba. Un día antes de morir, le trajeron en una cesta dos perritos recién nacidos que precisaban su atención y él, aunque débil, se la dio. Han sido casi cinco décadas las que este madrileño, llegado a Dos Hermanas en 1942, ha dedicado a cuidar de nuestros animales.
Ya están llamando los Ybarra
Sus primeros quehaceres estuvieron en la plaza de toros de Sevilla y en las haciendas de Dos Hermanas. Era el encargado de vacunar vacas, de la salud de los caballos, de las ovejas (que en verano cogían el mal de la “pezuña azul”), de perros y gatos. Operaba, cortaba rabos y orejas, asistía partos…
Se hizo muy asiduo de la finca de Las Cascajeras, donde los Ybarra disponían de abundante ganado. Tan imprescindible llegó a ser allí que le regalaron una moto DKW alemana, de la 2ª Guerra Mundial, para que Francisco pudiera desplazarse con rapidez desde el pueblo para atender urgencias. De hecho, cuando sonaba el teléfono a deshora, la frase que se oía en casa era: “¡Ya están llamando los Ybarra!”. En más de una ocasión, estando vestido con su mujer y sus hijas para ir a la Semana Santa o la Feria, los planes se desbarataban al tener que acudir a una urgencia. Con el tiempo, y como consta en su membrete, se hizo “experto en avicultura”. Todos le recuerdan con su Ducados en una mano y en la otra el “glutinán”, un aparato que recordaba a una pistola, con un haz de luz que aplicaba a los pollitos para distinguir su sexo.
Amistades de altos vuelos
Con la princesa Dolores de Borbón y el príncipe Czartoriski, residentes en Dos Hermanas, mantuvo una larga amistad que comenzó con el cuidado de sus vacas. Pero la vinculación de Francisco con la monarquía se extiende a Juan de Borbón y María de las Mercedes, padres del rey Juan Carlos I, con los que se carteaba e incluso visitaba con frecuencia en su exilio de Estoril, relación que se extendió también a Juan Carlos y Sofía cuando fueron proclamados reyes. También cultivó la amistad con Antonio Machín, al que el matrimonio conoció cuando iba a bailar al Cristina y al Alfonso XIII. Sus grandes aficiones fueron la música de orquesta y los libros de veterinaria. Gracias por todo, Don Francisco.
Nunca perdieron su acento de Madrid
Francisco Miranda Pasán nace en San Lorenzo de El Escorial en 1911 y estudia Veterinaria en Madrid. A través de un cuñado conoce a la madrileña Carmen Corral Fernández, con quien contrae matrimonio en plena guerra, el 20 de agosto de 1937. Al vivir en zona republicana, los casa un sacerdote en la intimidad de su hogar, por estar prohibidas las bodas religiosas. Como veterinario, participa en la guerra dedicándose al cuidado de los caballos en el bando republicano. Al caer Madrid en manos de las tropas nacionales, es recluido en un campo de concentración, donde recibe un buen trato e incluso le dan permisos para salir. Sobre 1942 el matrimonio llega a Dos Hermanas, donde tiene cuatro hijas: Mª del Pilar, Mª del Carmen, Mª Teresa y Mª Gloria. A pesar de los años, nunca han perdido su acento madrileño.