En siete fincas de nuestro término se cultiva esta flor sin pipas, muy valorada en Francia y Alemania. Además se envían cada año 25 camiones de papas
Si dando un paseo por Amsterdam, París o Hamburgo se topa con uno de sus típicos mercados de flores, fíjese bien en los girasoles: es muy posible que su origen sea Dos Hermanas. En el momento en que lea esta noticia, uno de los 30 camiones que salen cada año de nuestra ciudad estará atravesando Europa rumbo a Holanda. Estos girasoles sin pipas (muy apreciados por su belleza y color en Centroeuropa) son ofrecidos en subastas y distribuidos principalmente por Holanda, Alemania, Bélgica, Francia e Inglaterra. En las pujas también participan compradores de Rusia y Estados Unidos, lo que significa que a estas latitudes también llega el girasol nazareno.
La base de este negocio, ideado por el holandés Erik Overtoom, es sencilla: desde el mes de diciembre siembra girasoles en Dos Hermanas y los vende en Europa, donde por el clima adverso no se comienza a sembrar hasta marzo. Para llevarlo a cabo es necesario un complejo equipo operativo, que en Dos Hermanas coordinan Adrián Suárez y Roberto Mergelina, dos experimentados agricultores. Ellos contactaron con siete fincas del término de Dos Hermanas, cuyos propietarios les ceden cada año parte de sus tierras de cultivo, normalmente de cuatro a siete hectáreas. En total suman 50 hectáreas. Haciendo las cuentas, si cada hectárea da 60.000 flores, son 3 millones de girasoles los que salen cada año de Dos Hermanas rumbo a Holanda. Cada flor se se vende al público más o menos a al precio de un euro, por lo que es un negocio que ronda los tres millones de euros anuales.
“No se siembran todas a la vez”, comenta Adrián, “sino que se van escalonando durante todo el año. Por ejemplo, en esta finca de Venta del Nevero siembro dos días en semana desde diciembre y empiezo a cortar la flor en mayo. Pero en otras siembro antes, de manera que cuando se está sembrando en una finca se está recogiendo el girasol en otra. De esta forma, estamos mandando camiones casi todo el año”. “En campaña alta”, continúa Roberto, “unas 30 personas trabajan en Dos Hermanas en esta actividad: siembra, riego, cría de flores y recolección”.
Un girasol cortado tiene una vida de 25 a 30 días. ¿Cómo lograr que la flor llegue fresca a los mercados europeos? “Recolectándolas antes de que estén abiertas”, contestan, “para que se abran del todo por el camino. Nosotros las cortamos, las metemos en cámaras frigoríficas a 5 grados y les limpiamos las primeras hojas del tallo. Las envasamos a granel y las metemos en carros de ruedas, de dos metros de altura, en frío y sin agua. Subimos los carros en camiones y en 36 horas están en (Holanda)”.
Cuando, sobre finales de marzo, los primeros camiones llegan al vivero de Erik, en la ciudad de Heerhugowaard, unas 15 personas se encargan de preparar el girasol para su venta. Los cortan en tallos de 60 o de 80 centímetros, los agrupan en ramos de a cinco y los meten en agua por primera vez. Ya están listos para la subasta. “Los días de más demanda son en mayo. El 14 de mayo es el Día de la Madre y, sobre todo en Alemania, es tradición regalar un girasol”, explica Erik.
¿Y por qué no papas?
La mente comercial de Erik no cesa de hacer números. ¿Por qué no plantar también papas en Dos Hermanas en las temporadas en que no se puede en Holanda por las bajas temperaturas? ¡Y pensado y hecho! Además de 30 camiones de girasoles, cada año se envía también una flota de unos 25 camiones cargados de papas, “una modalidad de papa nueva que no se da en España”. A este cultivo se dedican ocho hectáreas, que ofrecen un rendimiento de 200 toneladas al año. “En cuanto son recolectadas se introducen en cajas de 22 kilos o bien directamente en sacos de 1.250 kilos. En un camión caben 22 sacos”.
Ya en Holanda, Erik vende las patatas a otros comerciantes que a su vez las ofrecen en los mercados.
Erik Overtoom: el holandés al que se le encendió la bombilla de este gran negocio
“¿Podeis sembrar flores para mí?”. Esa fue la pregunta que hizo Erik Overtoom cuando, en 2005, hizo la primera llamada a España. “Se me encendió la bombilla”, nos explica. “En Holanda no podemos plantar girasoles en invierno, porque las condiciones meteorológicas no son favorables, así que me pregunté si, plantando los girasoles en un clima más benigno, podríamos tener las flores antes y así satisfacer la demanda que hay en países como Francia o Alemania”.
Así fue cómo este holandés de 46 años, dedicado a la producción de flores, conoció a Adrián y Roberto. Son los dos contactos que Erik tiene en Dos Hermanas: ellos le ayudaron a encontrar propietarios a los que alquilarles parte de su finca, buscan el personal, se encargan de la siembra, el cultivo, el riego, el cuidado y, por último, la recogida de la flor. “Yo vengo a Dos Hermanas unas diez veces al año, para pactar el alquiler del terreno con las personas que nos ceden hectáreas de sus parcelas, para supervisar el trabajo y para resolver cosas con Roberto y Adrián”.
“¿Por qué girasoles y no cualquier otra flor?”, le pregunto. “En contra de lo que se piensa, no es el tulipán la flor más holandesa, sino el girasol. Pero no el típico girasol español de pipas. El que sembramos en Dos Hermanas es una flor casi idéntica, pero en el centro no tiene pipas ni semillas. Es una flor ornamental, que a los centroeuropeos les encanta poner en sus casas y que nosotros vendemos en ramos de a cinco”.
Ya que viene tantas veces, me interesa saber si le gusta Sevilla. “Apenas conozco nada de Sevilla, solo vengo a trabajar. Un día vi la catedral, otra vez fui a Chipiona, y otra Adrián y Roberto me llevaron a la Feria de Abril. Me lo pasé muy bien”, dice.
Sus padres trabajaban en un invernadero. Eric empezó con el negocio de las flores en 1996. Su empresa, Kwekerij Erik Overtoom (“Viveros Erik Overtoom”) lleva su nombre en la ciudad holandesa de Heerhugowaard, 46 kilómetros al norte de Amsterdam.
Cuando acabamos esta entrevista, a caballo entre el español y el inglés, Erik se dirige hacia Manuel, propietario de la finca en la que estamos, con quien, en menos de cinco minutos, pacta el precio del alquiler de las hectáreas que le tiene cedidas.