Gran espectáculo de zarzuela en el Salón Español de la mano de Falange

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zarzuela

1938

Solo tres días después del recogimiento del Domingo de Resurreción y, mientras muchos hombres de Dos Hermanas luchan en el frente de batalla, es hora de un buen rato de esparcimiento para la población nazarena. Hoy, 20 de abril de 1938, llega a nuestro pueblo uno de los mejores espectáculos que se pueden contemplar en Andalucía. 

El Servicio de Teatro de la Delegación Provincial de Prensa y Propaganda de Falange Española presenta esta noche en Dos Hermanas la afamada zarzuela “La Dolorosa”, con música del compositor español José Serrano y libreto de Juan José Lorente. Esta obra, que fue estrenada en el Teatro Apolo de Valencia en 1930 y que refleja cuadros y costumbres aragoneses, ya fue llevada al cine en 1934. 

Cuatro años después, el Salón Español se viste de gala para disfrutar en directo de la interpretación de Manuel Villalba, el afamado tenor sevillano que tan brillante actuación obtuvo la pasada Semana de Pasión en el “Miserere” de Eslava en la Santa Catedral de Sevilla.

La obra “La Dolorosa” está dividida en dos actos. En el primero, el fraile Rafael, recién llegado al convento, busca ambientación para una Dolorosa que está pintando, mientras que su ayudante Perico le declara su amor a Nicasia. Por la tarde traen al convento a una mujer desvanecida, cuyo rostro resulta muy parecido al de la Dolorosa que está pintando Rafael. En el segundo acto, a su vez dividido en tres cuadros, Nicasia y Perico se casan con gran algazara, mientras Rafael le confiesa al prior que quiere dejar los hábitos y recuperar a su antiguo amor, Dolores, que le había dejado por otro hombre. 

Se da la circunstancia de que el compositor, José Serrano, sufrió la pérdida de su hijo antes de componer la partitura. Esta zarzuela deja entrever, en algunos momentos, la grandeza que cimenta el dolor.

El espectáculo dará comienzo a las diez de la noche. El precio único es de tres pesetas la butaca. Quedan anulados los pases de favor, sean quienes fueren las personas que los poseyeran.