Guillermina Quinta Barbero, una mujer entregada a los demás

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Guillermina Quinta

Fue una gran colaboradora de la Cáritas nazarena y de varias cofradías

Hoy voy a tratar sobre la nazarena  Guillermina Quinta Barbero, una destacada feligresa de Santa María Magdalena.

Nace nuestra biografiada en Dos Hermanas el 15 de marzo de 1950. Su padre era José Quinta Borrego, hijo de Antonio Quinta Cardona y Francisca Borrego Álvarez. Su madre era María Antonia Barbero Varela, hija de Juan Barbero Pérez y Dolores Varela Mejías. Como podemos ver, nuestro personaje tenía apellidos propiamente nazarenos por todos los lados.

Su padre era agricultor por cuenta ajena habiendo trabajado en fincas en la zona del término de Dos Hermanas que linda con el término de Coria del Río. Trabajó en fincas como Monroy, las de José Díaz Gómez y las de la familia del conocido médico de la gente de los “Chamorros”, Juan José López Gómez, padre de una dinastía de médicos de reconocido prestigio.

La madre vivía en el sevillano barrio de San Bernardo hasta que sus padres se separaron y se fue a Dos Hermanas. Era rellenadora, trabajando en ese gran edificio que era León y Cos, tan vinculado a Vera-Cruz por ser uno de sus dueños Antonio León Cruz hermano mayor de Vera-Cruz.

Guillermina estudió en el Colegio de La Almona.

Pertenecía nuestra biografiada a numerosas asociaciones religiosas: la Cofradía del Santo Rosario de la Orden de Predicadores, la Legión de María de la Parroquia de Santa María Magdalena, un grupo misionero en el Asilo San Fernando, la Hermandad de la Cena de la Parroquia de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando de la que fue fundadora. Fue también colaboradora de Cáritas. 

Tenía mucha relación con las Hijas de la Caridad de San Vicente y las Carmelitas Descalzas. Fue celadora de la Asociación de la Medalla Milagrosa, propia de las Hijas de la Caridad de San Vicente.

Trabajó en el almacén de aceitunas de la Huerta Casanova desde 1964 al cierre en 1978. Luego estuvo en paro un año y, en 1980, empezó a trabajar en la guardería del Niño Jesús del barrio sevillano de Heliópolis donde fue, por cierto, maestra mi tía Ana María Alonso Muñoz, un personaje clave en la historia de Santa María Magdalena. 

En 1981, entró de limpiadora en el Banco Central, permaneciendo en el puesto 10 años. En 1991, entró en el ayuntamiento donde coordinaba las actividades de las personas que se encargaban de la ayuda a domicilio a personas impedidas. También hizo de intermediaria en el cierre de la residencia San Fernando. Igualmente, se ha ocupado del mantenimiento del albergue.

Entre las aficiones de Guillermina Quinta, hay que decir que le gustaba rezar y, cómo no, ayudar a los demás. 

Entre las imágenes de su devoción, se encontraba el Cristo de la Vera-Cruz, del que era capataz su hermano Pepe -del que ya he hablado en estas páginas-, la Virgen de Valme -como nazarena clásica-, Santa  Ana -del mismo modo como nazarena clásica-, la Oración en el Huerto, la Virgen del Rosario de la Orden, la Cena, etc. 

Pero también le gustaba mucho ayudar a la gente, rasgo, como no, de una auténtica cristiana.

En cuanto a la familia los hermanos eran: 

– Pepe de oficio mecánico, casado con María Alonso Ramos. Sus hijos son Rocío, madre de Rocío y María; y Jesús, de oficio camionero, casado con la abogada Isabel Ramírez y padres de Elena.

– Antonio que murió con 40 años y Juan Manuel que murió con 39. Ninguno de los dos se casó.

– María, de oficio rellenadora y casada con Juan Fernández Jiménez de trabajo ebanista, y perteneciente a la conocida familia gitana de los Talegas. Los hijos son Rocío, casada con Enrique Dotes, albañil; Belén, madre de María y Belén; Hiniesta, que trabaja de mantenimiento en el ayuntamiento y casada con el albañil Manuel Domínguez Barbero y es madre de Juan Manuel -que estudia confección y moda-; Alba que cursa E.S.O.; Estrella, que está en la Sagrada Familia de las Hijas de la Caridad de San Vicente; Lola, que se encuentra en la Guardería de Santa Ana de Dominicas del Santísimo Sacramento  y, por último, Sacramento.

Pero Guillermina ha destacado, sobre todo, por ayudar a todo el que lo necesitaba, por ser buena persona, simple, humilde y sencilla.

Hay que decir que a Guille le gustaba  Dos Hermanas pues era su pueblo y lo llevaba dentro.

Y me gustaría hacer un pequeño panegírico sobre Cáritas en Dos Hermanas. Funciona en todas las parroquias en colaboración con las Bolsas de Caridad de las diversas hermandades u otras instituciones. La labor de Cáritas  ha sido ingente, muy grande y fecunda. En estos tiempos de crisis, por ejemplo, los que vamos con frecuencia a Santa  María Magdalena vemos la labor de las gentes de Cáritas. Ahora  bien, eso no quiere decir que la labor de ayuda al necesitado sea propia solamente de la Iglesia. Otras instituciones totalmente laicas también ayuda a los necesitados.  Ciertamente en la Iglesia  la ayuda al necesitado, la Caridad, es algo consustancial a su esencia. Además, haciendo una breve reflexión teológica la Caridad es una virtud teologal, dirigida a Dios como la Fe y la Esperanza. Es decir la Caridad, el Amor, se dirige primordialmente al que todo lo dirige, a Dios y, en un segundo lugar al hermano.

Guillermina Quinta murió el 2 de febrero de 2022 y su hermana María el 21 de junio de 2022.

Y quiero hacer una  reflexión sobre Santa María Magdalena. Es nuestra parroquia mayor, casi sin duda, el mejor monumento de la ciudad y centro cultural muy importante. En la actualidad, a las dos misas diarias acuden un grupo más o menos numeroso a la de 10.30 horas de la mañana y otro bastante pequeño, por desgracia, a la de las 20.00 horas. De todas formas son abundantísimos los cultos de las hermandades u otras instituciones que llenan el panorama festivo. 

Santa María  Magdalena es una comunidad viva. El corte de los feligreses, creo que no me equivoco si digo que, es eminentemente tradicional.

Vienen a mi memoria la lista de feligreses que eran de edad madura o provecta que iban de diario a misa cuando yo era joven y, la misa de la tarde, era concurridísima, máxime tratándose de una misa de diario. Vienen a mi memoria -y de todos me gustaría escribir un artículo- personas como María Pepa Carballido Rivas, Pilar Bautista Martín, Antonio Claraco Roig y su esposa Dolores Monterior Tirado, Curro Salguero López, Armando Cotán Claro y su esposa Rosario, Pepa y Dolores López Gómez, su hermano Alonso López Gómez, la recientemente desaparecida camarera del Santísimo Sacramento Adela Campo Varela, desaparición que ha sido un gran golpe para todos los parroquianos, y muchos más que llenaban la misa vespertina.

En fin, Guillermina Quinta era una persona muy activa en la parroquia. Su pérdida ha sido muy sentida sobre todo por la labor que hacía en orden a la Caridad fraterna. Para mí, y es mi opinión personal, ella y su hermano Pepe han sido dos personajes fundamentales en la Historia de la Iglesia nazarena en los siglos XX y XXI. 

Ella, como persona dedicada a la Caridad, ha destacado mucho, en este campo que es fundamental en la vida eclesial. 

Su hermano Pepe ha sido un mítico capataz de Vera-Cruz. Pepe, del  que ya he hablado en un artículo de este medio se entregó a su cofradía -y la de tantos nazarenos- con  todo su corazón. 

Por otra parte ambos se han entregado a las cofradías, Guillermina, sobre todo, a la Cena aunque también era gran devota de Vera-Cruz y Pepe a esta última.

Y con esto acabo, sólo espero que sigan existiendo personas de ambos sexos que se entreguen en cuerpo y alma a la Iglesia, en las muchísimas asociaciones que la componen. Espero que la Iglesia nazarena dé grandes frutos de santidad en el futuro como los dio en el pasado y los da en el presente.