Javier Garrido ha trabajado en numerosísimos edificios de Dos Hermanas
Que Dos Hermanas es un pueblo de artistas es una aseveración que no admite ninguna duda. Vemos la abundancia en todos los ámbitos del mundo del Arte y de la Cultura. Y si nuestra ciudad destaca por el gran número de cantantes, bailarines, escritores, cultivadores de las diversas artes plásticas como pintores, escultores, arquitectos, dibujantes, etc. etc. también lo es por artesanos de los diversos oficios. Hoy vamos a traer a estas, que esperamos parezcan a nuestros lectores variopintas páginas, a un profesional del mundo de la escayola. En estos artículos se ha hablado ya de los yeseros, singular oficio en el que destaca y mucho Dos Hermanas junto curiosamente con Morón de la Frontera. La fama de nuestros yeseros ha cruzado fronteras. Y hoy vamos a hablar de un escayolista. Hay que decir que la escayola es un producto industrial, un yeso de una muy alta calidad y grano muy fino, con una pureza mayor del 80% en sulfato de calcio hemihidratado que se obtiene del mineral natural yeso, también llamado aljez. Desde el punto de vista más tradicional la diferencia entre yeso y escayola es su pureza en aljez y diferente granulometría pues la escayola es más fina. Mientras que el yeso tiene pureza mayor del 70%, la escayola ha de tener pureza mayor del 90%.
Y entre los escayolistas de Dos Hermanas hoy vamos a hablar de Javier Garrido Caro, de familia, por otra parte, muy conocida en nuestro pueblo. Nace nuestro hombre el 2 de enero de1938, hijo de José Garrido López, de apodo ‘El Barbilla’, natural de Coria del Río y de la nazarena Dolores Caro Cisma, que llevaba dos antiguos apellidos de la vieja Dos Hermanas. Este matrimonio tuvo siete hijos: Encarna, Josefa, nuestro biografiado, Diego, Pepe, Juan –ya difunto- y Dolores. Nuestro protagonista vivió en las calles Cabo Noval, Martínez Anido –hoy llamado Miguel de Unamuno- y, sobre todo, en la calle San Fernando. Como vemos, fue vecino del popular barrio de San Sebastián. Luego vivió cuando se casó unos diez años en Sevilla, primero con sus suegros en los Pajaritos y luego en un piso de su propiedad en La Romería, también en Sevilla. Pero a nuestro biografiado evidentemente, y así parece colegirse por sus palabras lo que le tiraba era Dos Hermanas y, cuando pudo, volvió a ella. Se construyó una gran casa en la calle Fuengirola frente a la Capilla de Nuestra Señora de la Amargura, en ese barrio que es Ibarburu que vive alrededor de esta imagen mariana que puede considerarse una de las más veneradas de Dos Hermanas.
Pero nos interesan detalles de la vida de Javier Garrido Caro. Como era normal en la vida escolar de tantos y tantos, tantísimos escolares nazarenos, estudió en un colegio de la Iglesia, concretamente en el masculino de las Escuelas del Ave María, de las que era director el conocido sacerdote don Gerardo Cano Gutiérrez. De todos es sabido que en este colegio, muy estudiado por cierto por la historiografía local, se impartía una excelente y práctica educación bebiendo de los modelos de ese gran sacerdote y pedagogo que fue don Andrés Manjón y Manjón que, después, siguieron en Dos Hermanas los también presbíteros don Amancio Renes Esteban y el mencionado don Gerardo.
Pasada su etapa escolar, nuestro biografiado empezó a trabajar en los dos puestos de pescado que su padre tenía en la plaza de abastos. Luego trabajó de mecánico en Los Amarillos. Pasó luego al Bar Molina que se abría en la calle Real Utrera, donde laboró dos años. Hace cincuenta y dos años pasó a trabajar de escayolista con su concuñado Antonio Riquelme de los Ríos, casado con su cuñada Juana, hermana de su esposa Carmen Díaz Adorna.
Y asombra y llama la atención el gran número de trabajos que Javier Garrido ha realizado en estos largos años. En Sevilla ha decorado el famoso y emblemático hotel Alfonso XIII además de muchas viviendas particulares; en Huelva ha ejecutado los lunetos de la cúpula de la Capilla de Santa María de la Esperanza, una de las dos grandes imágenes marianas –la otra es la Virgen de la Victoria de El Polvorín- que concita la devoción de los onubenses en la mágica y famosa noche del Miércoles Santo de Huelva, por lo que podemos considerar esta obra un trabajo muy importante no sólo como obra de arte en sí, sino, también por estar destinada a quien está destinada.
Otra obra muy destacada es la decoración de la hacienda Al-Baraka, usada como salón de celebraciones y que abre sus puertas en la carretera Dos Hermanas a Utrera aunque se encuentre en el término de Alcalá de Guadaira.
En cuanto a Dos Hermanas, ha trabajado en numerosas casas particulares destacando, por ejemplo, la decoración de la casa de los dueños de la Sal Chalupa. Pero también destaca en nuestra ciudad las numerosas obras que tiene en diversas iglesias de nuestra ciudad, lo que une indeleblemente el nombre de nuestro biografiado con el Arte Sacro en Dos Hermanas.
En efecto, en la Capilla de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder ha trabajado en el interior y el exterior –tan solemne y serio-, en la Amargura en el exterior –tan vistoso y de una belleza tan rotunda- y en la hornacina interior –que alberga la imagen de la Virgen-, en el exterior de Santa María Magdalena y en la capilla bautismal de nuestro mismo principal templo y en el retablo y hornacina de la Virgen del Carmen, grandísima devoción de Dos Hermanas, cuya capilla de nuestra iglesia mayor se encuentra hoy en obras.
Como vemos, un escogido plantel de trabajos para instituciones tan importantes para la vida de Dos Hermanas como son, sin duda, nuestra Iglesia Mayor y cofradías como el Gran Poder y la Amargura.
Pero es hora de fijarnos en otras facetas de nuestro hombre. No nos cabe la menor duda de que es un hombre enamorado de su trabajo. Asombra la de piezas que guarda en la exposición de su bello y fascinante taller.
Aparte de su trabajo de escayolista nos dice, por otra parte, que lo que más le gusta es la mecánica de coches, lo cual al que escribe estas líneas, lego en la materia, a pesar de pertenecer a la familia que pertenecemos, le parece cuando menos fascinante. Pero, tenemos que concluir que Javier Garrido ha tenido suerte porque ha trabajado en dos trabajos que le gustaban: la mecánica y la escayola.
Por otra parte, es nuestra norma no preguntar nada de política a no ser que hablemos con un político o con una persona muy propicia al tema, la clásica persona –en mi entorno hay muchas- que es un ‘animal político’. Si, en cambio, como es archisabido nos suele decir mucho de la persona sus preferencias en el campo religioso. Normalmente sean tirios o troyanos, de izquierda o de derecha, todos los nazarenos que estudiamos suelen tener un apego a lo religioso más o menos acentuado. Las tendencias religiosas, suelen predominar sobre todas las demás tendencias que dividen a los nazarenos. Además, nos dice la experiencia que, al menos en Dos Hermanas, a la gente le gusta hablar de ello. Pues bien, diremos que a Javier Garrido le brillan los ojos cuando habla de ‘su’ Gran Poder. También se muestra contento hablando de la Virgen del Rocío o de la Amargura pero, vamos, sobre todo no puede contenerse al hablar del Jesús de nuestra Madrugada. No por algo es hermano tanto del Gran Poder como del Rocío y de la Amargura.
Por otro lado, nuestro biografiado tiene en un gran concepto a Dos Hermanas. Ya sabemos que los nazarenos nos dividimos en dos bandos, los que nos gusta mucho Dos Hermanas –entre los que evidentemente estamos- y los que sólo saben denostar a Dos Hermanas sin encontrar nada positivo en ella. Y debemos ir acabando. Nos parece, ante todo, muy interesante el gran aporte que ha hecho Javier con su trabajo al Mundo de las Bellas Artes de nuestro pueblo en un campo que quizás no sea tan valorado como otros pero que no cabe duda que contribuye -y mucho- a la decoración de nuestros monumentos de algunos que están en nuestras entretelas como la Parroquia, el Gran Poder o la Amargura pero también de nuestras casas o de un monumento civil, tan espléndido y conocido, como el hotel Alfonso XIII de Sevilla.
Y finalizamos. Nuestro hombre tiene continuadores en su familia. De su matrimonio con Carmen Díaz Adorna tiene un hijo Francisco Javier, casado con Josefa Sánchez, padres de Alejandra y Francisco Javier, y una hija María del Mar, casada con José Luis Alcocer de Vaya, padres de Miriam y Francisco Javier. Este último, Francisco Javier Alcocer Garrido es el que continúa con el negocio. Sólo nos queda esperar que con este artículo sea más conocido este arte en nuestra variopinta Dos Hermanas.