Fue hermano mayor de la hoy potente e importante cofradía del Cautivo
Hay personas que si no fueran rescatadas en las páginas de los periódicos no es que se olvidara su memoria pero sí es cierto que se sabría menos de ellas. Este es el caso de José Hidalgo Barrios, Pepe Barrios, al que traté mucho en la iglesia y que, evidentemente, fue una persona importante en la Dos Hermanas industrial y cofradiera de la pasada centuria.
Nació el 27 de noviembre de 1911 en Utrera y murió el 23 de julio de 1993. Era hijo de Francisco Hidalgo Lissen, perteneciente a la rica familia de los Lissen, y de María Hidalgo Barrios. Muy pronto la familia se vino a Dos Hermanas. Aquí, como muchos niños, estudió en las escuelas del Ave María, fundación insigne del pio y caritativo sacerdote don Andrés Manjón y que regentaron los también sacerdotes don Amancio Renes Esteban y don Gerardo Cano Gutiérrez. Después fue agente comercial y trabajó con sus tíos Antonio y Manuel Lissen, primos hermanos de su abuela. Hay que recordar que los Lissen, naturales de San Juan de Aznalfarache se contaban entre los grandes almacenistas de aceituna del pueblo. Trabajó con esta rama de la familia toda la vida llevándoles la administración. Gestionó la Sovi que era una paga que dieron en tiempos de Franco para que una persona que hubiera trabajado entre dos años cobrara una paga.
De hecho, él custodiaba el archivo de Lissen con todas las mujeres que habían trabajado en la aceituna y las mujeres tenían derecho a la paga.
Cuando los Lissen cerraron el almacén, se fueron a vivir a la calle Luis Montoto a un chalet y le pusieron a nuestro protagonista un despacho en el chalet pues el padre siguió siendo el administrador. Cuando se murió don Antonio Lissen siguió siendo el administrador de su mujer, doña Encarnación. El otro hermano don Manuel, como es sabido, era soltero. Nuestro protagonista siguió investigando hasta su jubilación los bienes inmuebles de sus primos como la Peña Bética, casas de vecinos de la calle Madrid y, en general, un elevado número de casas por toda Dos Hermanas.
Pasando a la vida privada de Pepe Barrios hay que decir que casó dos veces. La primera fue con Angelita Reina, hermana del maestro don Juan Reina. Tuvo los siguientes hijos: María de los Ángeles -hoy hermana de la Sagrada Familia de Urgel-, Regla, Cecilia, Angelita y Pepe. Luego enviudó y contrajo segundas nupcias con la joven -tenía 19 años- Carmen Medina Espada con la que tuvo tres hijos: Miguel, Javier y Ana María. Carmen es sevillana, de la Macarena y se bautizó en Santa Marina y vivía en la calle Goles, en el barrio de San Vicente.
Siempre vivieron en la misma casa en la calle Lope de Vega, antigua Segismundo Moret, número 30, tanto con la primera como con la segunda mujer.
Entre sus aficiones destacaba el fútbol. En 1971 fue nombrado secretario de la Peña Sevillista. En 1972 es nombrado a la vez secretario y tesorero. Era un gran sevillista muy comprometido con el Sevilla.
Ahora bien, llama mucho la atención en el mundo de las mentalidades su devoción al Cautivo. Fue hermano mayor de esta popular cofradía del Domingo de Ramos. Fue elegido el 16 de febrero de 1968. Conoció al Cautivo en Santa María Magdalena, cuando residió en la Parroquia de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando -a la que se trasladó el 9 de febrero de 1964- que se encontraba en la Huerta del Sagrado Corazón de Jesús y después cuando volvió a Santa María Magdalena en 1972 y, por último, cuando marchó a la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío donde se va el 13 de diciembre de 1980, sede canónica en la actualidad. Antes de su mandato la hermandad salía de un local en la Cuesta de los Marchaos -calle Isaac Peral-. A partir de 1968, la cofradía llevaría sus imágenes para salir a Santa María Magdalena, trasladándose a su parroquia pasado el Domingo de Ramos. El 15 de noviembre de ese año de 1968 el párroco informa de la compra de unos terrenos para un nuevo templo.
El 12 de diciembre de 1968 se acuerda restaurar la canastilla por el orfebre Juan Fernández de Celia por un importe de 22.000 pesetas
En cabildo de 22 de mayo de 1970 se acuerda solicitar al Ayuntamiento la rotulación de una calle con el nombre del titular cristífero a propuesta de Daniel Jiménez Andújar. Se acordó rotular una calle en la feligresía del Rocío. No sentó muy bien. Luego el destino hizo que en esta parroquia se estableciera la cofradía.
A nuestro biografiado le tocó luchar contra una situación mala. En 1971 la situación del templo provisional era mala. En reunión de septiembre de 1971 José Varela Jurado pide que se hable con el párroco de Santa María Magdalena para pedirle que las imágenes vuelvan a este Templo. Hay que imaginar en las malas condiciones para el culto que estaba Nuestra Señora del Amparo y San Fernando. Todo ello lleva, como se ha dicho, a que la hermandad vuelva a Santa María Magdalena en 1972.
Muy interesante es que en estos primeros años de los setenta se quiso que la hermandad volviera a salir el Martes Santo, proyecto que no cuajó. Sí cuajó con el paso de muchos años la idea de que los antifaces del Cristo fueran de color burdeos, lo que ha sido todo un acierto se mire como se mire.
El 4 de agosto de 1972 nuestro biografiado presenta su dimisión. Se le pide que siga en el cargo al menos hasta que se solucionen los asuntos pendientes de la tómbola, a lo cual accede. El 3 de noviembre de este mismo año, el hermano Julio García de la Vega Gil presenta ante el hermano mayor al hermano Mariano Rodríguez Laguna, quien se presentaría para el cargo de hermano mayor hasta la Semana Santa de 1973, viéndose si seguía en el cargo. Se procedió a la votación, ganando por votos a favor.
En fin, nuestro biografiado tenía estos dos amores: el Cautivo y el Sevilla. Pero le gustaban todas las fiestas: el Valme, el Rocío, la Feria. Al Rocío iba con Manuel González Rojas y Lola Anguita; y al Valme con Antonio Plaza Muñoz y Natividad Jiménez Iglesias.
De su manera de ser podemos decir que era una persona buena con todo el mundo. No se portaba mal con nadie y era muy sociable. Su casa siempre estaba llena de gente de todas las edades -las de sus hijos- y siempre había una merienda y un plato de comida para el que viniera.
Se llevaba muy bien con toda la gente de Dos Hermanas, pobres, ricos y de todas las edades. Esta es, en efecto, la percepción que tengo de su persona a la que traté mucho en mi niñez, adolescencia y juventud. Se llevó muy bien siempre con la familia de su primera mujer. El hijo mayor de nuestro protagonista se casó con la hermana más chica de su segunda esposa.
La familia veraneaba en Chipiona, luego veraneó en Fuenteheridos, en un tercer momento en Mazagón y por último en Rota donde se había ido a veranear la hija pequeña Ana María, con los “Laguneros”, pues salía con uno de ellos Pepe Gómez Alonso, hijo del que fue alcalde Curro Gómez Carballido y la que era camarera de Valme Teresa Alonso Rivas.
En fin, José Hidalgo Barrios, Pepe Barrios, era una de esas personas de las muchas que llenaban Santa María Magdalena. Formaba una estela de personas devotas. Personas como Curro y José Salguero López, Armando Cotán Claros, Antonio Claraco Roig, Antonio y Rafael López Sánchez, Arturo Carrasco, etc, etc, por nombrar sólo unos cuantos. Además, Pepe Barrios destacó por el papel que tuvo en la administración de los bienes de los Lissen, empresa de las más destacadas de Dos Hermanas, Por todo ello merece que se guarde su memoria.