“Me digo muchas veces y pienso: yo no sé lo que sería mi vida sin Valme”
Juan Gómez Justiniano es hermano de la hermandad de Valme desde que tenía 7 años. A los 16 empezó a formar parte de Juntas de Gobierno y fue secretario en la Coronación Canónica de la Virgen. Tiene un Museo en su casa dedicado al Tercer Domingo de Octubre y lo que lo rodea. Toda su vida ha girado y gira en torno a Valme.
Su devoción, ¿le viene de familia?
Sí, sí, mi familia ha sido toda muy devota de Valme. Mi abuelo, Diego Justiniano Lamadrid, fue quien hizo el diseño actual de la carreta de la Virgen y las flores de papel rizado. Yo recuerdo ir a adornar la carreta con él y con mi hermano, mis primos Diego Luis, Ramón,… En mi casa se ha vivido Valme desde que nací.
¿Y eso lo llevó a formar parte de la hermandad y Juntas de Gobierno?
Tenía 16 años cuando entré con Carlos Delgado de Cos y estuve hasta el año 1988, exceptuando algún periodo. He ocupado muchos cargos; uno de ellos, el de secretario cuando la Coronación Canónica de la Virgen.
¿Cómo lo recuerda?
Yo diría que la Coronación fue lo más grande que se ha vivido en Dos Hermanas. Recuerdo las miles de cartas que tuve que escribir, a máquina, una a una. Pero la satisfacción era tan grande que no pesaba el trabajo para nada. Fue una época dorada de la hermandad, en la que Manolo Moreno era hermano mayor.
Su amor y pasión por Valme lo ha llevado a dedicarle un Museo…
Pues se me ocurrió enmarcar los carteles de la Romería, desde el año 1968, algunos los originales y después, otros, los reproduje más pequeños por falta de espacio. Y los dejé en una parte de mi casa. Después, dije, voy a poner mi montura, mis botos,… con los que yo iba a caballo al Valme – que era la forma que más me gustaba para ir-. Seguí pensando y dije voy a poner en una vitrina las medallas; y los pregones editados, y libros que hablaban de Valme, otros libros míos,… Así recopilé todo y yo no pensaba a hacer esto pero cuando venían amigos a verlo me decían que era un Museo.
Y después decidió hacer la carreta de la Virgen a escala.
Sí, es que yo veía que le faltaba algo y cogí todas las medidas de la carreta me fui a un carpintero que me hizo los listones y me puse a hacer la carreta. Lleva todos, todos los detalles, y 5.000 flores; me pasé ocho meses haciéndola.
Toda la vida en torno a Valme, ¿qué es lo que más le gusta de la Romería?
¡No podría decir sólo un momento! pero bueno, si me tuviera que quedar con alguno sería la subida de la Virgen a la carreta. Y la vuelta, por aquí, por las calles del centro, creo que es lo que menos me gusta pero porque veo que se acaba.
¿Qué significa Valme en su vida?
Es una gracia que se nos ha dado, somos privilegiados. Yo me digo, muchas veces, y pienso no sé qué sería de mi vida sin Valme.
Una devoción en herencia
Entrar en casa de Juan Gómez es respirar Valme por todos los rincones: fotografías, imágenes, estampas, cuadros,… Ella es parte fundamental de su hogar. Así, él y su mujer, Consuelito, se lo han inculcado a sus hijos y a sus nietos.
Pese a sus 80 años, este valmista de corazón, vive intensamente las vísperas y cada año, un día lo dedica a su amigo, Manolo Moreno, para ir a ver las carretas y departir, conversar y revivir momentos de su etapa en la Junta de Gobierno.
Hablar con Juan Gómez de Valme es acercarte a Ella y comprobar cómo La quiere, emociona.