Katia Simone: «La igualdad se puede conseguir, a pesar del sistema y la sociedad»

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Katia Simone

Katia Simone dejó la estabilidad de un contrato indefinido por perseguir su sueño de emprender en colaboración con cooperativas de mujeres africanas

Hoy 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Una fecha señalada en el calendario para reivindicar la igualdad real entre hombres y  mujeres. Katia Simone es un ejemplo de una mujer luchadora, emprendedora, que persigue sus sueños que ya son una realidad.

Katia Simone afirma que: «La igualdad se puede conseguir, a pesar del sistema y la sociedad» y cree firmemente que esta igualdad nace «de empoderarte como mujer, de tu actitud, de tu seguridad, de perseguir tus sueños».

Llegó a Dos Hermanas en el año 2007. En 2018 da un cambio radical a su vida y abandona la estabilidad y seguridad de un contrato indefinido en una empresa por perseguir su sueño de emprender.

Es cubana de nacimiento aunque cuenta con una mezcla de culturas: sus padres son de origen africano, de Guinea Bissau, sus abuelos son portugueses… Siempre creyó que España era un buen lugar para vivir.

Con 16 años salió de su Cuba natal hacia Portugal. Con 19 años, llegó a España para «buscarme la vida», según explica ella misma. Trabajó como camarera, dependienta en una zapatería, de teleoperadora…

Katia Simone se define como una mujer independiente. Le gusta leer, conectar consigo misma a través de la meditación y estar actualizada, sobre todo, en temas de emprendimiento.

«Yo quería descubrir mundo, ganar libertad y volé. Y en ese camino de autodescubrimiento conocí a mi pareja, Fran. Estamos muy compenetrados y compartimos la misma filosofía de vida. Está a mi lado en este proyecto de emprendimiento», explica.

El nacimiento de su hijo Piero fue el detonante para que se decantara por dar a conocer un producto que ella había utilizado en casa desde pequeña y que comenzó a utilizar, con magníficos resultados, en la piel de su hijo.

La manteca de karité la llevó a emprender. Katia Simone es la fundadora y CEO de AOKlabs, la joven marca de cosmética natural africana con sede en Dos Hermanas.

La fundadora de AOKlabs asegura que hay que «avanzar más» en este camino hacia la igualdad y que las mujeres no deben dejarse «influenciar por lo que dicta la sociedad, como ocurría en el pasado, cuando estábamos dominadas o no teníamos libertad de expresión». 

En este sentido, cree firmemente que «las mujeres están tomando el relevo y diciendo: somos un equipo y debemos trabajar con los hombres, mano a mano».

Simone recuerda que ha tenido «suerte», ya que, «a pesar de ser mujer, emigrante, no nacida en España», el camino de emprendimiento por el que optó «ha sido fácil», gracias a su «actitud y seguridad», puesto que «encuentras barreras independientemente de si eres hombre o mujer: el sistema no se lo pone fácil a los emprendedores».

Desde que AOKlabs nació, el empoderamiento de la mujer africana ha sido uno de sus pilares fundamentales. Actualmente trabaja de forma directa con 68 mujeres de la cooperativa Kanvli (Ghana), que elaboran los principios activos con los que trabaja: karité 100% natural y ecológico, Baobab y Moringa.

Katia Simone responde a nuestras preguntas:

¿Cuándo y por qué llega a Dos Hermanas?

España siempre me ha gustado y sabía que Sevilla estaba hecha para mí. Es como mi intuición, que me decía que yo tenía que venir a España. Y mira por donde, he creado mi familia, tengo mis raíces, tengo mi empresa, me estoy convirtiendo en empresaria… Y toda la vida voy a ser emprendedora, evidentemente.

¿En qué momento decide emprender?

Llevaba un tiempo, no iba ni para adelante ni para atrás, estaba estancada. Sabía que podía aportarle algo más a la sociedad pero donde estaba no lo iba a conseguir. Yo estaba bien, tenía mi puesto de trabajo fijo, tenía mi reducción de jornada por ser madre, trabajaba de lunes a viernes… pero no iba a tener un crecimiento personal y tampoco iba a llegar a la madurez a la que he llegado hoy en día con este camino. Y surge. Entre las ganas de hacer algo bonito, con mi etapa de madre, cuando nace Piero, ahí es cuando probé y confirmé todas las propiedades que tenía el producto del oro africano, que es nuestro producto estrella.

Cuanto estás en un grupo de madres, que todas somos primerizas y lo que hacemos es ayudarnos entre unas y otras, y les das a probar el producto y te das cuenta de que es efectivo. Pensé que era una oportunidad para darlo a conocer también a otras personas, no solamente a tu círculo más cercano.

Esto, unido a las ganas de ayudar, fue cuando dí con la asociación que trabaja con estas cooperativas de mujeres africanas. Ya estás uniendo un producto maravilloso con un proyecto de empoderamiento. No sólo vas a dar un impacto positivo aquí en España con un producto de calidad si no que das otro impacto positivo con la ayuda a la sociedad en Ghana, a esas mujeres que se están empoderando, que tienen un sueldo digno, equitativo, a través de un comercio justo. Todo esto te anima a seguir con la idea y el proyecto.

¿Por qué en el sector de la cosmética?

Realmente, mi intención inicial no era hacer una línea de cosmética. Mi intención inicial era dar a conocer este producto que utilizaba yo desde pequeña. Pero el camino se va haciendo al andar. Yo veía que era un sector muy amplío que ofrecía muchísimas oportunidades. Me metí en un nicho, que no había tratado antes, pero poco a poco te vas informando, te vas formando y te das cuenta que tienes muchísimas cosas que ofrecer porque África tiene muchísima materia prima extraordinaria para hacer formulaciones o darlo en su estado más puro. De ahí nace luego la línea de cosmética pero nosotros nacimos con un producto.

¿Cómo fueron sus comienzos empresariales?

En 2012 hice mi primer viaje a Guinea. Sentí una conexión muy intensa con África. Ahí vi como se hacía el proceso de la manteca de karité. En Guinea no nace directamente el árbol. Mi idea era, que ojalá hubiera sido así, que el árbol de Guinea Bissau, de dónde son mis padres, pudiera trabajar allí. No fue posible. Nos trasladamos a Ghana.

En 2016 nació mi hijo Piero y ahí comencé a probar el producto y  a darlo a conocer.  A las personas les gusta, hay un «feedback» muy positivo, hay resultados asombrosos.

En 2018, que estoy viendo que el producto tiene salida, lo estoy dando a probar y gusta, es cuando digo «hasta aquí». Por que no me puedo dedicar a mi trabajo y a lo que yo estoy soñando al mismo tiempo. Ya era inviable. Ahí es cuando tomo las riendas y digo, me voy a lanzar. Pido el pago único y me hice autónoma. Y me metí en el sector farmacéutico. 

Creo que el sector farmacéutico es un canal donde das una seguridad, credibilidad y garantías al consumidor. Y que el propio farmacéutico avale y recomiende tu producto te da más fuerza en el mercado. Irrumpimos en el sector farmacéutico con un producto que es artesanal, poco elaborado, una materia prima pura, ecológica, sin ningún producto añadido y sin perfume.

En este sector sí se conoce la manteca de karité como materia prima para formulaciones pero no con este estado de pureza para utilizarlo directamente sobre la piel.

Llevaba un expositor de madera, el logo que es la foto de la fundadora con su hijo, porque la foto soy yo con Piero… Todo eso ha ido llamando la atención. Luego nuestra forma de comunicar y de contar nuestra historia. Toda esta conexión es lo que ha hecho que desde el 2016 al 2018 me plantee hacerme autónoma y en 2020 nos hicimos sociedad limitada.

Ser mujer, joven y de color, ¿le ha perjudicado en algún momento? ¿Ha notado desigualdad o discriminación?

Me considero una mujer con mucho carácter, soy muy decidida y cuando me enfoco y vuelco toda mi energía en un objetivo no hay quien me pare. Sí que es cierto que me he encontrado con muchísimas barreras. Puede ser que, en algún momento, mi condición como mujer, emigrante, negra… me haya cerrado puertas pero, igualmente, me ha abierto otras más. Puede ser que para alguna persona eso haya sido una barrera a la hora de apostar por nuestros productos pero para otras, que yo esté reivindicando que es un producto que viene de África, un producto que viene de mi tierra, siendo mujer negra, apostando por el empoderamiento de la mujer africana, da más credibilidad. Creo que son las dos caras de la misma moneda, aunque lo veo más positivo. 

Al final, creo que el emprendimiento es duro para cualquier persona: hombre, mujer, blanco, negro, asiático…

La carrera del emprendedor es de fondo y es de personas valientes. Saltar todos esos obstáculos y no rendirse. Al final es de lo que se trata en la vida, en general, de no rendirte.

Como empresaria y como persona que está empezando a ser empresaria, me gustaría dar un pequeño consejo a esas personas que están ahí, luchando por sus sueños, que ven que es imposible o que tienen tantas trabas… que lo más importante es seguir ese sueño, seguir luchando, no es malo nadar a contracorriente, tienes que estar enamorado de tu proyecto, de tu idea, y te garantizo que eso al final sale y merece la pena.

La vida no es fácil, hay que coger las riendas de la vida, que tú guíes tu vida no que la vida te guíe a ti. Que cojas el volante de tu vida.

Ganó el Concurso de Proyectos Empresariales de Dos Hermanas, ¿qué supuso para su proyecto?

Supuso que, realmente, el trabajo tan duro que habíamos hecho de manera silenciosa, porque no nos conocía apenas nadie, y que ganáramos ese premio era un reconocimiento a que estábamos haciendo un buen trabajo. Es un invento reconocido. Vieron que teníamos potencial para crecer y para estar dentro del sector de la cosmética que es tan competitivo, fue extraordinario. Te da más fuerza para seguir. Fue un chute de energía.

¿Cómo ha evolucionado la empresa desde entonces?

Desde nuestros comienzos, siempre hemos sido, Fran, mi marido, mi hijo Piero y yo. Hemos sido siempre parte del equipo porque los tres íbamos en el coche de farmacia en farmacia. A puerta fría. Iba con el expositor, se lo presentaba al farmacéutico, era algo que también chocaba. No empecé con una red comercial como otras marcas con delegados en toda la geografía. Empecé sola, captando farmacias y puerta a puerta. La zona a la que podía llegar de manera más inmediata era Sevilla y Cádiz.

Cuando llega el confinamiento, estuvimos donando, porque no queríamos estar con las manos cruzadas, donamos 10.000 unidades del oro africano a hospitales, farmacias, centros de salud… y mascarillas hechas con telas africanas.

Esas ganas de ayudar por no quedarnos de manos cruzadas, luego regresó, porque las propias farmacias a las que le dimos el producto a probar para aliviarse las manos de tanto uso de gel hidroalcohólico y del equipamiento EPI, se le sanaba, le ayudaba a regenerar esa piel dañada. De hecho muchos de ellos apostaron después por trabajar con nosotros porque comprobaron que el producto era bueno y nos vieron diferentes, novedosos, jóvenes…

Hemos crecido a lo largo del año. 

¿Cuál es la principal baza de los productos de AOKLabs?

El cariño con el que hacemos el producto. En la cooperativa de mujeres africanas se realiza desde una receta ancestral que va pasando de generación en generación. Ellas cantan cuando están haciendo el producto, meten toda su energía. Nosotros, aquí en España, una vez que lo envasamos también le metemos mucho cariño, mucha ilusión. Nosotros creemos en los productos porque sabemos que son eficaces y que son productos seguros. Y seguir investigando para hacer formulaciones que el consumidor se merece… Creo que el secreto de nuestros productos es que se hacen con cariño. Trabajar bien y hacerlo con cariño. Lo que se hace con cariño sale bien. Es así para cualquier cosa en la vida. Cuanto tú le metes ganas… sale.

Acaban de estrenar sede en Dos Hermanas, ¿con qué instalaciones cuenta?

Pues trabajábamos desde casa. Pero imáginate, hemos tenido un crecimiento exponencial, gestionar toda esa logística, gestionar todos esos pedidos tanto de farmacéuticos como del consumidor final desde una habitación de tu casa. Es bastante complicado. De hecho, la materia prima no la podíamos tener en gran volumen porque no teníamos espacio. Hemos pasado por varias rupturas de stock por esto mismo, por no tener capacidad de almacenaje. Tuvimos que irnos a un local de alquiler. Desde donde estuvimos operando. Y ahí tuvimos a nuestra primera empleada de atención al cliente.

Y ahora estrenamos sede. Contamos con una instalación de casi 1.000 metros aproximadamente. Cuenta con oficinas, un área de logística y almacenaje y queremos contar con nuestro propio laboratorio, en el que envasar nuestro producto y realizar nuestras próximas formulaciones.

¿Cuántos trabajadores tiene la empresa?

Pues desde esa primera empleada de atención al cliente, hemos pasado a tener otra persona de atención al cliente, un chico que se encarga de los pedidos y del tema de logística, nuestra administrativa, nuestra formadora y dermoconsejera y también tenemos el puesto de Director General. Hay que saber crecer bien para no morir de éxito. Nos ayuda porque nos hace ver el camino mejor, nos hace plantear mejor el modelo de negocio y hace que sea un crecimiento más sostenible y que no tengamos caídas bruscas de empresas que han crecido mucho y han caído por no saber controlar el crecimiento.

Aquí somos ocho más las 68 mujeres de las cooperativas y nuestros proveedores externos: departamento de comunicación, fotógrafo, tres delegados comerciales en Sevilla. Para este año 2022 queremos tener, aproximadamente, en plantilla a unas 40 personas. Crear estos puestos de trabajo sería extraordinario.

Además colabora, codo con codo, con cooperativas de mujeres africanas…

Estamos continuamente en contacto con ellas. Tenemos una asociación, Global Shea Alliance, la alianza del karité, que lo que hace es agrupar a todas esas cooperativas de mujeres para trabajar la manteca de karité. No solamente a través de un comercio justo, con salarios dignos y equitativos, que revierten en la sociedad y permiten darle una educación a sus hijas para que puedan labrarse un futuro mejor, sanidad…

También sembramos árboles de karité, para cuidar el medioambiente, crear oxígeno, … Además, el karité está cogiendo mucha fuerza ahora mismo y hay muchas empresas que están apostando por la producción de karité.

Además, estamos trabajando en miniproyectos, queremos cubrir ciertas necesidades. De hecho, ahora en abril nos vamos a Ghana. Ver qué necesidades tienen y qué podemos cubrir. Tenemos una responsabilidad social muy alta no sólo en España también hacemos ese impacto allí.

También ha firmado un acuerdo de colaboración con AMAMA, ¿cuál es su objetivo?

Se ha realizado porque tenemos muchos valores en común. El primero es el empoderamiento de la mujer. Nosotros como marca apostamos por el empoderamiento de la mujer africana y la asociación AMAMA apuesta por el de la mujer que está pasando por esta etapa, por este parón en su vida. Una paciente oncológica necesita mucho apoyo, emocional, presencia… Nuestro cometido es unir nuestras fuerzas y ayudar a estas mujeres con su piel.

Nuestro oro africano ha sido avalado y testado por un comité de médicos de la asociación AMAMA, tanto oncólogos como dermatólogos, y han dado apto nuestro producto para ser utilizado por pacientes oncológicos. 

Que esa mujer, una vez que pasa por este etapa de su vida, tenga al alcance este producto con tan alta capacidad regenerativa de la piel, eso alivia y mejora la calidad de vida de estas mujeres.

Donamos 1.200 unidades porque en las visitas que esta asociación hace van a poner nuestro oro africano para esas cicatrices postoperatorias y para la piel en general. También, en su web, tienen artículos solidarios, cuyos beneficios se donan para la investigación del cáncer. Nuestro producto está ahí en ese apartado.

¿Son sus productos hechos por mujeres y para mujeres?

Son hechos por mujeres pero para todo el mundo. Y para todas las pieles: hombres y mujeres, y tonalidades. Está hecho para todas las mujeres y hombres que quieran tener un piel saludable, y que estén a gusto con sus imperfecciones. No somos la típica empresa que queremos la piel perfecta, clara y luminosa.

¿Cómo ha vivido la pandemia?

He sufrido varias etapas. Primero tuve una preocupación enorme por mis padres. Mis padres cuando llegó la pandemia estaban en Guinea. Imáginate, si aquí nos hacía falta tantísimas cosas y recursos, falta de materiales básicos, allí fue muchísimo más notorio. Estaba pasando una época en la que estaba bastante preocupada por mis padres, de hecho, en el momento que abrieron la frontera me los traje.

Pero la pandemia también me ayudó a reflexionar. A entender lo afortunados que somos, que no lo sabemos hasta que ocurre una cosa como esta. No sabes la suerte que tienes primero de estar vivo y después de poder compartir con personas que te quieren. Me ayudó mucho a conectar conmigo misma y conocerme más.

También trabajé mucho en el confinamiento. Nosotros nos pusimos a donar. Estábamos todo el día preparando paquetes, mascarillas, batas… Nos sentimos muy gratificados por poder prestar esa ayuda.

Yo tenía claro que con la pandemia podía pasar dos cosas: serviría para reforzarte y salir con más fuerza y comerte el mundo de verdad, después de haber interpretado el parón que nos dio la vida, o para hundirte. Yo lo que quería era salir.

¿Le ha perjudicado a nivel empresarial?

Al contrario, nos ha ayudado mucho. De hecho nuestro crecimiento ha sido por la pandemia. Porque también supimos ver las oportunidades dentro de la pandemia. No todo el mundo tuvo esa visión. Hay muchas empresas que cerraron. No supieron actuar a tiempo. Nosotros vimos oportunidades a través de redes sociales, de la tecnología, de nuestra página web. Lo que hicimos durante la pandemia es darnos a conocer más y mejor. Lo vimos como una oportunidad.

¿Algún proyecto de futuro?

Proyectos tenemos muchísimos. Pero ahora queremos enfocarnos en realizar nuestro propio laboratorio de fabricación que es una de las cosas que más ilusión nos hace. Tener delegados representativos en toda España para que se pueda llegar de una forma más rápida y efectiva a las farmacias. Para que todas las personas que quieren probar nuestros productos, aunque vendemos online, hay personas que no quieren comprar online, que vayan a su farmacia de confianza. Tenemos que estar en esas farmacias de confianza, y cómo se hace, teniendo una buena red comercial. Nuestros próximos proyectos, tenemos Infarma, que vamos el 23 y el 24 de mayo a Madrid, y el viaje a Ghana. También está en nuestro modelo de negocio internacionalizar la empresa.

Katia Simone anima a luchar por lo sueños para hacerlos realidad.