La Compasión o un proyecto de Vida (y II)

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Compasión

La Fundación Compasionista pone hincapié en proyectos que inciden en el pueblo

Hoy, vamos a seguir hablando sobre el Colegio de Nuestra Señora de la Compasión de nuestro pueblo que responde a la inquietud de una Congregación religiosa, las Hermanas de Nuestra Señora de la Compasión, fundación insigne del sacerdote francés Mauricio Garrigou.

Pero, primeramente, quisiéramos centrarnos en la labor que en las diversas parroquias de Dos Hermanas han hecho las religiosas. Hoy, se encuentran insertadas en la Parroquia de Santa María Magdalena, a cuya feligresía pertenece el colegio, y acuden a misa a este templo. Ahora bien, durante mucho tiempo las Compasionistas han hecho una encomiable labor en la Parroquia de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando, ocupándose prácticamente de todo en este templo, ayudando al que fue párroco mucho tiempo don Antonio Borrego Cobos. Muestra de ello es que cuando la ciudad ha dedicado una calle a este inquieto sacerdote, al que debe la citada parroquia su construcción, le ha puesto su nombre a una calle lateral del colegio. Muestra también de la vinculación de la congregación con el templo, es que la titular de la Hermandad Sacramental de la Sagrada Cena, Jesús Humillado y Nuestra Señora del Amparo y Esperanza ha sido llamada durante muchos años Amparo y Compasión, siendo una pena que este original y significativo título se perdiera para recuperar el primitivo de Amparo y Esperanza, que une dos advocaciones ya existentes en el pueblo, el Amparo de la Hermandad de Pasión y la Esperanza de la Hermandad del Cautivo. Sinceramente, y así lo decimos, creemos que ha sido una pérdida irreparable la desaparición de tan consolador título. Ahora bien, doctores tiene la Iglesia y la hermandad ha hecho lo que ha visto oportuno, volviendo, como ya hemos dicho, al primitivo, que, de todas maneras es el fundacional.

También, tenemos que decir que en un vestíbulo de la parroquia se veía un bello azulejo de Mauricio Garrigou que fue mandado retirar, todo sea dicho, por el párroco don Manuel Orta Gotor y sustituido hoy por un cuadro de la patrona de la ciudad, Santa Ana. De todas formas, quede constancia que existió este azulejo, que era muestra del agradecimiento de los feligreses a la ingente labor que ha llevado a cabo la congregación en la parroquia y que, muchísimos, recuerdan todavía.

Las compasionistas en la Parroquia de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando mostraron que eran mujeres de Iglesia, insertas en la vida parroquial y dispuestas a atender las numerosas labores de este templo de vida tan activa.

En fin, con estos párrafos queremos dejar constancia de su labor para que sea conocida por las generaciones futuras.

En cuanto al colegio, que ha sido su gran obra en beneficio de Dos Hermanas, podemos decir que fue creado entre los años 1955 y 1956 y que se levanta hoy en la Huerta de las Mercedes, una de las varias que tenía este nombre en el pueblo. De la vieja huerta conserva el gran caserío que hoy es residencia de la comunidad. Tuvo mucha importancia en la fundación doña Carmen Corral, mujer del famoso veterinario de la calle Alcoba don Francisco Miranda Pasán, la cual quería un colegio de la Iglesia donde se formara íntegramente a la persona. Así nace el Colegio Nuestra Señora de la Compasión, el cual fue un estímulo para una mejora del Colegio de la Sagrada Familia de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, sito en la calle Real Utrera. Así pues, ambos colegios el nuestro, de una congregación de religiosas y la Sagrada Familia, de una sociedad de vida apostólica de mujeres –son instituciones distintas según la Iglesia pues el primero es de religiosas de votos perpetuos y el segundo de consagradas de votos anuales renovables-, han luchado por renovarse y, en cierta manera, han competido por mejorar su enseñanza, siempre en una fraternidad que todos los que conocemos ambas obras hemos apreciado.

Pero, digamos, que hoy el colegio tiene setecientos alumnos de Infantil, Primaria y Educación Secundaria Obligatoria. Tenemos que decir que, en un tiempo, hoy superado por los inexorables cambios de época y de los tiempos, los alumnos varones permanecían en el colegio hasta Segundo de Educación General Básica, teniendo que abandonar el colegio cuando llegaban a este nivel. Exactamente igual pasaba en la Sagrada Familia. Además, la enseñanza era separada entre varones y mujeres.

Ahora bien, muestra visible de la modernidad de la Compasión, que anticipaba el tiempo actual, es que los niños y las niñas se juntaban en los recreos. Recordamos nuestro segundo colegio, el nacional de Nuestra Señora del Amparo, y la separación era tan estricta que ni siquiera veíamos a las niñas, separadas por una tapia. También como es sabido el actual Colegio San Sebastián era de varones y el Colegio Vicente Aleixandre, hoy Escuela de Idiomas, era de niñas. Tal era la separación –y discriminación- de la época, hace ya muchos años felizmente superada.

A su vez, nos gustaría referirnos haciendo mucho hincapié en lo que ya dijimos la semana pasada: al colegio han acudido tradicionalmente niños de todas las clases sociales de Dos Hermanas. Ciertamente ha sido un símbolo de status ir a la Compasión, status para los niños de las clases obreras del pueblo y status para los niños de la burguesía del mismo pueblo. Pero ello ha pasado en todos los colegios de la Iglesia –guardería Santa Ana de Dominicas del Santísimo Sacramento, Sagrada Familia que como hemos dicho es de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Calasancio Hispalense de Escolapios, San Hermenegildo, conocido por los ‘Frailes’, de Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores y, hoy en día, el Colegio de Fomento Entre Olivos con un ideario del Opus Dei y Highlands de Legionarios de Cristo- que existen en Dos Hermanas, donde muchos padres católicos se han esforzado en llevar a sus hijos. También, como es sabido, muchos niños nazarenos han estudiado en otros colegios de la Iglesia de fuera del término municipal, sea el Colegio de Fomento de Tabladilla del Opus Dei, Nuestra Señora de las Mercedes de Hermanas de la Doctrina Cristiana, Bienaventurada Virgen María de Irlandesas, San Antonio María Claret de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, vulgo Claretianos, entre otros de Sevilla, o el Colegio de Nuestra Señora del Águila de Alcalá de Guadaira o el Colegio Nuestra Señora del Carmen de Utrera, ambos de la Congregación de San Francisco de Sales, vulgo Salesianos. Ello ha sido fruto de la inquietud de muchos padres porque su hijos tengan una enseñanza cristiana. Mas, en fin, en nuestro colegio podemos certificar que no se han hecho distingos entre los niños de los diversos sectores de la sociedad nazarena. Ella es nuestra experiencia de la infancia, y hay que tener en cuenta que entramos en el colegio cuando llevaba muy pocos años asentado en la entonces villa. Las diferencias ciertamente se notaban por los alumnos pero no podemos decir que las religiosas hicieran distinciones, en ellas reinaba el espíritu de su fundador que quería enseñar a los menos necesitados precisamente para poder atender a los que más lo estaban.

E, igualmente, nos gustaría decir algunas palabras sobre el nivel educativo de los niños de la Compasión. Nuestra experiencia como docente en institutos de bachillerato del pueblo donde acudían niños de la Compasión, de la Sagrada Familia o de San Hermenegildo nos mostraba que traían un nivel muy bueno, lo que no quiere decir, por supuesto, que fuera malo el de los institutos estatales. Pero, es cierto, que muchos de nuestros alumnos de estos tres colegios brillaron en sus respectivas clases. Es nuestra experiencia y así creemos que debe constar en este artículo, por muchos motivos tan particular y personal.

Pero debemos ir acabando. Y lo vamos a hacer con la referencia a la Fundación Compasionista, nueva creación bajo el patrocinio y paraguas de la comunidad que intenta elaborar proyectos que incidan en el pueblo y no sólo en la comunidad educativa, de donde parten. Un proyecto de la fundación es la creación, ya efectuada, de una medioteca, que tiene una biblioteca con espacios multimedias y que aspira a convertirse en un centro de aprendizaje. Y lo más importante, la medioteca no sólo está abierta a los alumnos del colegio y pueden venir a ella niños de otros centros. En fin, la fundación proyecta incidir en la vida de nuestro pueblo de una forma activa, de esa forma tan activa, podemos añadir, que ha tenido siempre la congregación, siempre en la avanzadilla de la vida cultural y religiosa de Dos Hermanas.

Y ya es hora de acabar. Desde nuestro recuerdo de la vieja Piedad que presidía la vieja capilla del Colegio, Nuestra Señora de la Compasión, hemos escrito estos artículos resumiendo el espíritu de la benemérita Congregación de Nuestra Señora de la Compasión y su labor, tan extensa y encomiable, en la Dos Hermanas de los siglos XX y XXI.