El culto a Jesús en esta consoladora advocación está extendido por toda la ciudad
De nuevo, las circunstancias que nos afligen, piden que escriba un artículo religioso en el cual implore que pasen estas dolorosas circunstancias por las que pasa Dos Hermanas, España y el mundo. Así es, la catástrofe que se ha precipitado ha llenado de desasosiego los cuerpos y las almas que luchan por encontrar un asidero ante lo que estamos viviendo. Ese asidero no puede ser otro que Jesús, el Mesías, y su Madre, a la que me gusta llamar, con mística palabra, la Guebirah mesiánica, palabra que ya saben que hace mucho que entra en la lógica de mi discurso pues la Virgen es Mediadora que, no otra cosa, es lo que significa Guebirah, reina Madre del antiguo Israel que intercede ante su hijo el rey. Así María, Nueva Eva, intercede por nosotros, ante su Hijo, Cristo. Está claro y, así, yo, pido su ayuda y patrocinio.
Pues bien, hoy quiero hablar de la devoción en Dos Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús que tiene unos antecedentes muy antiguos. En Santa María Magdalena se veneró una imagen de tan consoladora advocación que luego pasó a la Capilla o Ermita –que de los dos nombres me gusta llamarla- de nuestra Patrona, Santa Ana y que hoy se guarda en la clausura de las Religiosas Dominicas del Santísimo Sacramento de la Congregación del Beaterio de Jerez de la Frontera, que, antes, custodiaban la Capilla. Pero, hoy, se venera en la Parroquia una magnífica imagen cuyo origen es oscuro. Siento no tener a la mano –lo cual es difícil en estos momentos- las actas del Apostolado de la Oración de la Parroquia –institución que le da culto- en el cual se pone que es obra de un escultor de apellido Palomar, del cual, por más que he indagado, no he obtenido referencia ninguna. Sólo, puedo decir, que es una imagen con un enorme atractivo devocional. En ella, se presenta Cristo como un varón joven, enormemente bello y llamativo. Ayuda, también, su tamaño pues no es nada chico. La efigie, está en la línea de las grandes de esta advocación como el del Sagrario de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción del Almonte, obra de Sebastián Santos Rojas, o el de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Jesús, de Nervión, en Sevilla, obra de Antonio Illanés Rodríguez o, un tercero, el de la Parroquia de San Juan Bautista de La Palma del Condado, obra de Enrique Orce Mármol. Con el nuestro, son tres ejemplos de gran belleza. Pero, también, recuerdo un ejemplo de Sagrado Corazón de Jesús Niño, el de Juan de Astorga de la Parroquia de Nuestra Señora de la Antigua de Almensilla, delicioso retrato de Cristo Niño que imanta los corazones de los fieles, obra de Juan de Astorga Cubero, natural de mi querida Archidona –ciudad donde viví dos años-. La dicha imagen procesiona con la patrona de Almensilla, la antes nombrada Virgen de la Antigua.
Pero, hay que hablar de los antecedentes de la devoción en España y en Dos Hermanas. Aunque, tiene antecedentes medievales, fue San Juan Eudes el que en 1670 celebró en 1670 por primera vez una fiesta al Sagrado Corazón de Jesús. Por su parte, en 1675 la visitandina o salesa Margarita María Alacoque–monja de la orden fundada por el gran San Francisco de Sales, patrono, por cierto, de mis compañeros los periodistas, con los cuales trabajo sin serlo- en 1675, oyó que Cristo le pedía que se instituyera una fiesta a su Sagrado Corazón el viernes después de la festividad del Corpus Christi. Por cierto, yo recomiendo que se lea la autobiografía de Santa Margarita María Alacoque, delicioso libro de piedad que me marcó en mi juventud y que, es un libro fundamental para toda alma cristiana pues, en él, se une el misticismo y la ascesis con el Amor de Dios para la salvación de las almas. Es, muy recomendable, para estos difíciles momentos por los que pasamos. Pues bien, posteriormente, con la precaución que suele tomar la Iglesia, el ocho de mayo de 1873, el Beato Pío IX, aprueba formalmente la devoción y, el 21 de julio de 1899, León XIII recomendó, con urgencia, que todos los obispos del mundo observaran las fiestas en sus diócesis.
En España, por su parte, el Corazón de Jesús se la había aparecido en Valladolid a un jesuita el Beato Bernardo de Hoyos el 14 de mayo de 1733, día de la Ascensión, y le dijo: “Después de comulgar, tuve la misma visión del Corazón…rodeado con la corona de espinas y con una cruz en la extremidad de arriba….Dióme a entender que no se me daban a gustar las riquezas de este corazón para mí solo, sino que por mí las gustasen otros. Pedí a toda la Santísima Trinidad la consecución de nuestros deseos. Y pidiendo esta fiesta (del Corazón de Jesús) en especial para España, en que ni aun memoria parece que hay de ella me dijo Jesús: Reinaré en España y con más veneración que en otras partes”. Esta promesa para España y sus colonias se le hizo al citado jesuita siendo estudiante en el colegio vallisoletano de San Ambrosio de la Compañía de Jesús, hoy Santuario de la Gran Promesa, lugar que llega a emocionar y donde también se venera a la Virgen de Guadalupe de Méjico y a la Virgen de la Paz o Buen Viaje, también llamada de Antipolo, devoción que proviene de Filipinas. Lo importante, desde luego, es que dicho santuario es uno de los más devotos y emocionantes de toda España. Sin duda. Y todo lo es por la consoladora advocación de Jesús que, en él, se le da culto.
A todo ello, tengo que añadir que, el 30 de mayo de 1919, festividad de San Fernando, el rey Alfonso XIII, que en gloria esté, consagró solemnemente España al Sagrado Corazón de Jesús ante el monumento levantado en el Cerro de los Ángeles, en la provincia de Madrid y municipio y obispado de Getafe. Dos Hermanas, se había consagrado antes pues lo hizo en el año 2001. En la sesión del 28 de junio de ese año, el ayuntamiento, presidido por don Manuel Rodríguez y Rodríguez, quedo enterado de la invitación del director del Apostolado de la Oración para que el municipio asistiera a la novena, función principal y procesión en honor al Sagrado Corazón a partir del día 29. La corporación, imbuida de un celo elogiable pero también delirante. tomó varios acuerdos:
1) Agradecerle al padre jesuita José María Oliver Copons que predicara los cultos y la consagración que el 15 de julio de 1900 había hecho al “Corazón Deífico”.
2) Mostrarle cuán provechosas eran sus enseñanzas. Todo se expresa en un acta, cuya literalidad no podemos copiar, pero, para ello, nos remitimos a una revista de fiestas del año 1990.
3) Para acabar, la corporación municipal de la entonces villa decide asistir con todos sus empleados a los cultos que organizaba el citado Apostolado. De la misma manera, se procuraría que asistiera el mayor número de vecinos posibles para que acompañasen a la “Sagrada Imagen del Cordero sin mancilla” en su desfile procesional –carrera triunfal dicen las actas- por las calles del pueblo en el domingo, día siete de julio.
Eran épocas de amores al Sagrado Corazón, un tiempo en que se bautizaba a los niños con el nombre al que seguía “… del Sagrado Corazón de Jesús” como el caso de mi abuelo Antonio del Sagrado Corazón de Jesús Alonso Madueño.
También, hay que decir que en Dos Hermanas predicó el célebre jesuita padre Francisco Tarín Arnau, apóstol, igualmente, del Sagrado Corazón, como recordaba mi tía Patrocinio Caro Díaz y su hijo Manuel Castro Caro.
Pero, llegando ya a hoy, tengo que decir que el Apostolado de la Oración, reorganizado por última vez en el curato de don Lorenzo Nieto Frutos, pervive en la Parroquia de Santa María Magdalena, siendo la presidenta Adela Campo Varela, camarera a su vez de Jesús Sacramentado, y la tesorera Adelaida León Campo que es también camarera del Sagrado Corazón de Jesús, tareas que ambas cumplen óptimamente.
Mas, a su vez, tenemos que decir que en otros templos nazarenos y no voy a ser exhaustivo, del mismo modo se venera el Sagrado Corazón. Existe una imagen de serie en la Capilla de San Sebastián, otra pequeña en la Parroquia del Ave María y San Luis –al que debe llamarse Gonzaga-, la cual salió en el último Corpus Christi de la Parroquia en el año 2019, otra pequeña en la Parroquia de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando, etc. etc. Como hemos dicho antes, se guarda en Santa Ana, la antigua de Santa María Magdalena. Pero, sobre todo es muy bella y valiosa a la que se le rinde culto en el retablo mayor del Colegio de San Hermenegildo, junto a otra del Sagrado Corazón de María y es que si, por un lado, está el Corazón de Jesús, por otro, está el de su Bendita Madre y eso, lo sabemos bien, los que nos hemos educado con los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, vulgo Claretianos, a los que quiero dedicar este artículo, por todo lo que me enseñaron, fieles hijos como son de este gran santo, tan vilipendiado, como fue San Antonio María Claret.
Sólo, me resta decir que muchas congregaciones en nuestra diócesis tienen por titular al Sagrado Corazón como la Sociedad de Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, fundación insigne de Santa Magdalena Sofía Barat que lo mismo atiende a los más favorecidos que a los más desfavorecidos de la sociedad; las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, de Santa Rafaela Porras –tía de mi amigo Joaquín Moreno Gutiérrez-; las Esclavas del Divino Corazón del beato Marcelo Spínola y Maestre y Madre María Teresa Méndez y las Misioneras Hijas del Corazón de Jesús del Padre Florentino Alcañiz García y la Madre Carmen Méndez Márquez. En todas ellas, se encuentra en su carisma la devoción al que todo lo puede e imploramos diciéndole: “Sagrado Corazón de Jesús en vos confío”. Eso es, desde luego, lo que todos tenemos que decir en estos trágicos momentos. Tenemos que tener fe, no podemos perder la esperanza, dirijamos la caridad al Sagrado Corazón. Él nos librará de nuestros males y nos llevará a su banquete de bodas, el banquete de bodas del Cordero.